Imposiciones.
Phebe.
Mi corazón bombea a una velocidad descomunal, mi garganta está completamente cerrada y arde… todo se fue por la borda gracias a Malakai.
Mis manos se mantienen apretadas en puños, tengo mucho coraje y pena. No sé qué diré cuando lo vea, como le explicaré que otro hombre contesto mi teléfono, además de decirle un mentira.
Odio esta situación y lo mejor que podría hacer es mudarme de país, de continente o de planeta. Siento asco de misma ahora, ya había aceptado la idea de que no me buscarían y que todo había terminado. Que me casaría con Dalton y tendría mi adorada familia feliz. Pero no todo se acabó y…
Jackson se detiene frente a la casa de Dalton, yo solo me ahogo por que no puedo respirar correctamente. Más aún cuando lo veo salir embravecido y se acerca a grandes zancadas a mi puerta trasera y la abre con furia.
—Dalton no es lo que crees… — me toma de la muñeca y me hace bajar del auto. Me deja frente a él y me toma de lo brazos sacudiéndome.
—¿Qué mierda esta sucediendo? — me grita en el rostro, esta furioso y jamás lo había visto así, ardiendo en celos — ¿con quien carajos te atreviste a engañarme? Lo matare…
—Dalton, suéltala ahora mismo — espeta y quedó pálida cuando Jackson saca un arma y se dispone apuntarle a Dalton.
—¡Habla! — me grita y sacude… mis lágrimas aparecen como un río desbordado.
—Te lo voy a explicar, no es lo que crees… — le suplico.
—¡Suéltala ya! — exige mi escolta nuevamente sin dejar de apuntarle, Dalton niega — La llevare a su casa aquí no es seguro — se dirige a mi y niego.
—Hablemos a dentro, por favor — le suplico nuevamente, intento acariciarlo y sostiene mis manos fuertemente y me empuja, entrando a la casa. Se voltea a verme y me señala que entre.
—¡No es seguro, está descontrolado! — me sujeta mi escolta cuando doy un paso para entrar a la casa.
—Vete… estas despedido Jackson… — me zafó y camino con las piernas temblorosas a la casa.
Entro en la casa y siento el portazo que me hace respingar, camina al bar y toma una botella de whisky bebiéndola de golpe, se limpia con el dorso y su mirada me acribilla de la peor manera posible.
Se planta frente y respira ruidosamente, bajo la cara. Pero no es temor lo que siento, es vergüenza y miedo. Miedo de no ver el amor en sus ojos.
—No seas cobarde y mírame a los ojos — me obliga a verlo y mis ojos se empañan con las lágrimas — ¿son reales o falsas?
—Lo siento mucho — sollozo…
—¿Fue en el viaje? — pregunta con dureza, intento bajar el rostro pero me sostiene aún más fuerte, ve el si plasmado en mi cara y me suelta asqueado.
Me cuesta mentirle con una cosa así, más cuando se lo han dicho y yo misma eh rectificado con mi actitud. Debí ser sincera y dejarlo, pero mi estupidez me llevó a creer que el no se enteraría, que ellos no me buscarían… me equivoque.
Se da vueltas y comienza a patear el sofá una y otra vez descargando toda su ira. Voltea la mesa de centro y hace un completo desastre, bota la botella de licor.
—¡Pará! Pará… pará por favor — le pido entre sollozos, alejándome cuando comienzan a volar mas cosas.
—¡MALDICIÓN! ¿NO SUPONÍA QUE AMABAS? — me grita acercándose a mi, sacude mi cuerpo. Yo solo se llorar y rogar que me escuche — MALDITA MENTIROSA. NO QUIERO OÍR TUS MENTIRAS…
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Pureza & Maldad (+18)
RomanceCuando planeas tu vida se supone que debes vivirla no. Pero yo no quería esa vida que tanto había planeado, yo quería más... Todo mi mundo hizo un giro 360 cuando fui secuestrasa con el fin de ser un anzuelo, que le daría libertad a uno de los seis...