Capítulo 26

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Confesiones…

Melker.

Maldición, maldita mujer que me hace perder lo cabales y todos los putos sentidos, es deliciosa una completa diosa que me hechizo de la misma forma que a mis hermanos . Sus labios son el abismos que te atrae a él y no te dejara volver... Le pertenezco y eso es lo que temía. Desde ese día en él yate que no sale de mi cabeza.

La maldita frase de hasta que se aburran paso a segundo plano, ¿quién se aburriría de ella? La eh detallado y como toda persona no es perfecta, pero esa imperfección la hace aún más perfecta. Dejando su hermoso atractivo, revise su calificaciones, pudo ser abogada y mucho más, hasta un maldito policía. Pero no, le gustan los niños, cocina muy bien y se apasiona por su trabajo. La vi estando en la mansión como armaba material para eso desgraciados que acaparan su tiempo.

Ellos no la van a dejar y yo tampoco. Ya caí y no hay vuelta atrás, sus ojos azules como el mar no dejan de observarme. Como relame sus carnosos labios, su sexo gotea por mí, está preparada para mí.

Rozó sus pliegues untándome de su humedad, llevó el dedo a mi boca para saborearla, sabe y huele delicioso. Le abro más las piernas y bajó a beber de sus sagrados fluidos, esos que te hechizan y te condenan a ella.

Le paso la lengua con voracidad como un poseso hambriento. Le alzó la pelvis comiendo el coño que tanto eh deseado todo este tiempo, lamidas certeras que la ponen a temblar. Entierro mis dedos en sus suaves muslo y sus gemidos son un canto celestial para mis oídos.

—No pares, por favor — súplica en un gemido, sus dedos que me arañan solo me ponen mas duro aún… — Quiero — musita en un ruego…

No se de que habla pero lo único que le daré ahora es mi verga en su boca, me incorporó y la tomó del cabello guiándola y el que abra la boca de inmediato me hace gruñir.

—Chupa hasta el fondo — sus labios aprietan y llegó hasta el fondo de su garganta, lágrimas le brotan y cuando quiero salir de ella no me lo permite y arremeto fallándome su boca — A sí, trágalo todo…

Acaricio su angelical rostro que sólo demuestra lo pervertida que es, le encanta tenernos a su merced, y demostró que es una egoísta cuando impuso serles fiel. Sus tácticas empleadas para atraparnos cree que han pasado desapercibidas, pero no. Lo hacemos por que nos gusta corromper y cuando crees tener el poder sobre alguien te levanta el ego y te sube pedestales que si no son de materiales sólidos puedes caer.

Todo es un juego que si no sabes jugarlo, perderás más rápido de lo que crees haber avanzado . La vida es uno.

Sacó mi verga antes de desbordarme en su boca y se lo arrojó al pecho, queda asombrada y no duda en pasar la mano esparciéndolo todo. <<me puso duro otra vez>> malditos enfermos que tengo como hermanos le enseñaron muy bien.

La ayudó a limpiarse y me paseo desnudo llevándole una botella de agua que comparte conmigo después de beber bastante.

—Tienes excelentes maestros… Maestra — murmuró en su oreja tocando sus suaves pechos.

Echa la cabeza hacia atrás invitándome a lamerle el cuello, pero yo soy más sádico y me encanta marcar, entierro mis dientes siendo suave para luego ejercer presión y hacerla gemir de dolor… me separo de ella y no me sorprende que me ofrezca su otro lado para que la marque. <<nos aguanta a todos>> y eso que aún no sabe los que es tener dos vergas al mismo tiempo.

—Márcame cómo quieras, también soy tuya si es que quieres — musita con voz seductora. Se voltea y me lanza al sofá para subirse arriba de mi — ¿Quieres que yo sea tuya Melker?

Pureza & Maldad (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora