Capítulo 32

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Mats.

Diciembre 28, 2022.

El agua recorre mi cuerpo, quitando la sangre que cargo encima. Buscar contienda en el bajo mundo es mi mayor distracción siempre. Me deje atrapar antes, pero ahora es diferente.

Seco mi cabello que esta bastante largo, afeito mi rostro y me atuso el traje para esta noche. Camisa blanca y pantalón negro, arremango las mangas enseñando la tinta de mis antebrazos, mi reloj Rolex con incrustaciones de diamantes queda en mi muñeca izquierda y mi perfume Dior en mi cuello.

Todo para una estúpida reunión de la mafia, Maldito Alemán de mierda.

Cuando bajó mis hermanos me están esperando y me adentró al auto junto a ellos.

—La muerte de ese bastardo fue muy placentero — comenta Micah y lo ignoró.

No me interesa nada que tenga que ver con esa basura.

—Pero quien fue a su funeral si que lo disfruto — comenta mordaz Malakai y todos miran a Melker.

Este idiota encoje de hombros y se saborea los labios, de seguro hizo algo que no debía. También lo ignoro, no me interesa nada ahora y el interés que teníamos en común lo libere para no atarme a nadie.

Después de una hora, llegamos a dicha reunión… Mircea ya está aquí y no me molesto en saludar a nadie, pasando de largo y yéndome al bar. Me empino la botella de whisky y me siento alrededor de la mesa de póker.

—Bienvenidos señores Lyall — extiende sus brazos el maldito de Antón, socio y aliado. Quien al igual que su padre besa nuestros pies. — Qué gusto verlos aquí.

—Siempre es bueno seguir manteniendo relaciones con la mafia más poderosa de América — Inquiere el italiano enseñando su acento. — Y las Americanas son lo que me trae aquí.

Viejo inmundo, si no fuera por su padre no estaría aquí. Tiene 50 años y hace dos que es el líder de la mafia italiana, su padre no quería dejar el trono y le tocó esperar…

—Son una verdadera delicia — lo secunda el alemán y mis hermanos se tensan. Mira a Mircea — Aun no me dices donde puedo encontrar a mi futura esposa.

—No tienes dos ya ¿para que dejar insatisfecha a una más?  — inquiere Micah y todos sueltan a reír.

El alemán ríe, pero se ve que no le cayó en gracia.

—Me sobra para complacer a una mujer — espeta airoso, y mira a las mujeres que tiene al lado. Estas sonríen y le besan la mano.

—Si claro — se burla Malakai y como siempre Micah se ríe con el.

—Mejor comencemos el juego y celebremos a los policías caídos — Alza la copa de champagne Mircea en un brindis.

Estas últimas semanas han muerto muchos agentes que no eran más que ratas, quieren jugarle sucio a la mafia sacándole dinero y no se esperan el golpe que los manda a seis metros bajo tierra. Todos quieren ser parte de la mafia cuando notan la montaña de dinero que se mueve, pero no todos pertenecen y creen que nos hacen un favor, pero no saben que la muerte conlleva a eso.

Al igual que la rata que vendió a… ese maldito bastardo murió ahogado hasta el cuello.

El crupier reparte las cartas y todos juegan atentos la partida, los italianos el vejestorio y su hijo, el alemán y sus putas. De mis hermanos quien siempre gana es Melker o Máximo, los otros son todos unos inútiles incluyéndome.

Me empino el whisky intentando olvidar los ojos azules que tanto me atormentan, el solo recordar su mirada aquel día me revuelve el estómago… no me eh sentido bien y todo me da vueltas… aunque no eh sido el único. Micah se la pasa en el inodoro.

El juego sigue las horas pasan y la algarabía de los ganadores aumenta, las mujeres llegan cuando todo termina y Mircea no hace más que levantarse eh irse <<Nos está ignorando>>.

Una castaña de ojos azules se  me arrima y parpadeo dos veces para notar que no es ella y es solo otra mujer común con ojos falsos… la hago aun lado dándole a entender que no quiero nada y otra rubia se me monta encima.

—Hola Mats — dice la voz que creo reconocer — ha pasado un tiempo que no pruebo nada de ti…

Dice con voz melosa, no la distingo bien y se me viene encima besando mis labios, la recibo. Necesito apagar mi pecho el cual está en una incesante hoguera, siento que arde y no hay nada que calme la quemazón que genera.

Se monta arriba mío pero la tomó de la mano y la guio a una habitación cercana, o más bien ella me guía a mi. Estoy borracho pero quisiera estarlo aún más.

—Me harás el amor — pregunta con voz melosa y niego bebiendo lo último de la tercera botella. — Eso me agrada.

Se desnuda enseñando sus grandes senos y me voy encima de ella, busca mi boca pero no quiero besos, solo quiero apagar mi mente que no deja de evocarla, sus recuerdos pasan en fotos fugaces por mi cabeza y no logro concentrarme.

—Qué rico, dame más cariño — Gime y me pongo un condón para follarle coño. — No es necesario, estoy limpia…

—Si y yo soy Santa Claus — la abro de piernas y arremeto con estocadas duras y rápidas. — Voltéate.

Se gira quedando en cuatro y es que no le quiero ver el rostro. Por qué no me estoy follando a la que quiero en este momento, no es a quien deseo ahora, ayer y desde que decidí torturarme.

Sigo arremetiendo y no se cuanto minutos llevo haciéndola gritar, pero no logro acabar con el dolor de huevos que cargo. Maldita mujer que acapara toda mi cabeza, día y noche.

Salgo de la rubia cuando noto que no da mas, esta temblando y quejándose que le duele la fricción, pero ni siquiera me corrí en ella. <<Ella nos aguantaba a seis>>. Comienzo a sentir asco de ella y de mi y terminó vomitando todo el alcohol en el baño.

—¿Estas bien cariño?

—Lárgate…

Logró controlarme y me levanto buscando la salida, en las camioneta entran mis hermanos y me adentró escupiendo todo nuevamente.

—Te vez fatal — empieza Máximo y no lo determinó.

—Quién te pregunto.

—¿No folla bien la rubia? — empieza Maxhell.

—¿No follan bien las empleadas? Te las has cogido a todas… tiene una lista o que.

—Basta — inquiere Melker — Si quieres pelear resuélvanlo en el ring.

—Y al primero que le romperé la puta cara será a ti por romper mis putas reglas — Lo amenazó y se encoge de hombros.

—Lo disfrute bastante — inquiere y todos lo miran mal, rueda los ojos y me encara. — ¡Yo no la rompí en pedazos, así que tu carga con la maldita culpa que te carcome por dentro!

Suelto a reír.

—¿Seguro? — inquiero irónico — ¿Qué hiciste a parte de fallártela y de  hacerla sentir como una zorra?

Se me viene encima adentro de la camioneta y esta se empieza a mover, cuando arremeto a puños en su cara y el me lanza uno que me manda atrás. Siento como nos separan y le escupo en la cara.

—Creíste que buscarla la haría sentir mejor Jodido imbécil…

—Así como tu creíste que desecharla no sería tu puta debilidad — me grita apuntándome — ¿Por qué mierda retenerla tanto tiempo? ¡Dime!

—¿Se calmaron par de putos? — inquiere Maxhell — ¿Pelearán por una mujer? Ella está mejor así, no vale la pena perder la cabeza por nadie.

—¿Quién lo dice? — inquiere Kai — El alfa… el mismo que no pudo controlarse y callo en sus redes…

Estamos todos contra todos y es que la pequeña no hizo más que dejarnos vacíos.

—No, lo dice quien tomó la mejor decisión para la organización, estábamos perdiendo el tiempo en putas cursilerías y no en lo que debemos, coños hay en todos lado y se acabó la puta discusión.

***

Llegamos al castillo que está aquí en Toronto. No podemos quedarnos en Chicago o me volveré loco eh iré por ella. Este lugar es seguro y apenas llego mi madre nos esta esperando, y cuando nos visualiza niega.

—Espero que no tarden demasiado… cuando un amor nuevo llega el viejo es remplazado con mejores y más bonitos recuerdos.

Se levanta del sofá para venir donde nosotros y depositar un beso a cada uno, y cuando llega a mi me susurra:

—Recupera la cordura hijo…

Se va y yo no hago más que tomarme todo el bar, intentando caer rendido. Kai y Micah lo hacen drogando. Los demás trabajando y yo me refugio en el alcohol que nunca me fallará.

Maldita y hermosa mujer que me hace sentir lo que siento acelerando mi puto corazón…





***

Yo lo amo y ahora estoy triste, el es mi red Flag favorita junto a cinco más :(

En breve subo el siguiente...

F <3.




Pureza & Maldad (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora