Capítulo 25

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Novios.

Phebe.

Octubre 11, 2022

Una gota de sudor me recorre la espalda, ondeo mis caderas de adelante hacia atrás disfrutando toda su extensión en mi interior, me cierno sobre el mirando sus hermosos ojos verdes aunque la tenue luz de la ventana nos indique que aún no anochece del todo…

Gimo cuando toma mis caderas soltando los empellones que me hacen temblar, me voltea quedando arriba de mi… sus labios rozan los míos mientras clavo mis pies en sus glúteos exigiendo que no retire ni un centímetro de mi interior, mi dedos se pierden en su cabello negro azabache queriendo abarcarlo todo…

Se apoya en sus rodillas  y me alza la pelvis dándome estocadas certeras que me alteran la hormonas y me alocan los sentidos, su pulgar frota mi intimidad sensible por los recientes dos orgasmos anteriores…

—¡Santo Dios! — Gimo cuando la fricción y las estocadas me tienen al borde.

—Nena, ya te dije que no me confundas — acelera aún más y vuelve a mis labios avivando lo que se forma en mi interior — Me veo como uno, pero me gusta más ser un demonio…

Recorre mis pechos con su lengua y muerde mis pezones erectos. Sus gruñidos varoniles me hacen detallar su musculado cuerpo y como se tensa cada que la mete toda en mi, como ondea sus caderas y a pesar de tener músculos tiene una cintura definida y la V marcada en su pelvis. <<Hermoso>>, sus labios, su sonrisa, la forma de su ojos, y el cabello que lo complementa aún más, su personalidad sarcástica y airoso, diría que ególatra… pero el es mucho más que eso.

—Malakai… — Gimo cuando no puedo contener mi orgasmo que sale a chorros. Gruñe volviendo a llenarme de sus fluidos que recibo gustosa…

Ni siquiera se molesta en levantarse, ya que tiene un paquete de toallas para poder limpiarme, siempre insiste en hacerlo él.

—Esta muy rosada — suelta sin ningún tipo de tabúes, esta de cabeza en mi íntimidad limpiando todo lo que ensucio y ensucie — Rosada y también muy hinchada…

—¡Ay! Con cariño por favor — me quejo, suelta a reír y deposita un beso en ella después de limpiarla, lo observó mirándome y sonrió — Te ves muy bien ahí abajo…

—¿Me estas coqueteando? — dice y vuelve depositar besos asiéndome reír.

—Puede que si — le sonrió y vuelve a cernirse sobre mi para abrazarme rodeándome con sus trabajos brazos.

—Eres una embaucadora — deja besos en mi labios y en toda mi cara, haciéndome cosquillas en las costillas… —Me encantas…

Vuelve a besarme y se acomoda a mi costado izquierdo, me acurrucó en su pecho. Delineó sus pectorales y bajó por los cuadritos bien marcados… su cuerpo arde bajo la yema de mis dedos, conecto mi mirada a la suya cuando la alzó y vuelve a besar mis labios.

—¿Hasta cuando me tendrás secuestrada para ti? — pregunto.

—Hoy eres mía, ya todos lo saben… — me apega más a su cuerpo — descansa un momento que no pienso soltarte esta noche.

Me apoyo en su pecho dejando que nuestras respiraciones sean lo único que escuchemos, pero siento latir su corazón acelerado y no puedo evitar bajar mi mano a su miembro que vuelve a estar erecto. Se incorpora y de un movimiento brusco me deja boca abajo, tira de mi cabello y me obliga a separar las piernas para introducir su dureza sin previo aviso. <<Aún seguía mojada>>.

—¡¿Te gusta que te folle?! — gruñe en mi oreja, tirando más fuerte mi cabello.

—Si, me encantas tu también — Gimo.

Pureza & Maldad (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora