Capítulo 2

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Corre...

Phebe

Junio 2, 2022.

Me despido de las chicas en la entrada del preescolar donde ejerzo mi práctica, esta por terminar el semestre y se vienen las vacaciones de los niños. Y mi graduación obviamente.

Las chicas Grase y Giselle se despiden de mi. La segunda es la maestra a cargo y la primera es su asistente junto a mi. Aún no obtengo mi titulo de docente. Son muy agradables y estos casi seis meses que hemos compartido han sido la mejor experiencia, los niños son muy manejables si los tratas con amor y respeto. Y eso es lo que me encanta de esta profesión.

No digamos que estoy loca por tener hijos, pero los anhelo con el hombre a quien amo.

Entro en mi auto y conduzco hasta la casa de mi novio. Dalton Reynolds un agente del FBI, a quien conocí por el trabajo de mi padre. Un fiscal muy conocido por ser el mejor a la hora de atrapar criminales. Mi padre siempre me insistió que siguiera sus paso, jamás me lo impuso, solo quería que lo siguiera. Pero mi corazón es aún más grande que abarca la felicidad que me dan y me darán cientos de niños.

Observó mi pantalla en el auto que indica baja la gasolina. Así que me desvío de mi camino a la gasolinera más cercana. El chico me atiende de inmediato pero el calor me hace bajar eh ir directo a la tienda por agua embotellada. Por el rabillo del ojo veo como una gran camioneta estaciona de tras de mi auto.

Gente rica obviamente, no digo que no lo soy. Pero jamás en mi vida me ah gustado ser el centro de atención. Prefiero pasar más desapercibida. No lo logro al cien pero lo intento que es lo importante. Voy por el agua donde están las máquinas enfriadoras y saco la que tiene gas. Pago en la caja y de inmediato abro la botella, ya que el calor es insoportable y me encuentro con la garganta seca.

Mi intento queda a medias cuando un torso musculoso choca conmigo en la entrada de la tienda, yo iba saliendo y el entrando al parecer. Pero lo peor no es eso, lo peor es que el agua se me vino encima justo en mis pechos trasluciendo la camisa blanca que llevo y dejando ver la lencería rosa de encaje sexi que había decidido utilizar hoy, con un solo propósito hacer caer a mi novio.

—lo siento nena — dice el chico con una voz ronca que me eriza la piel y me pone nerviosa eh incomoda. Alzó la vista y conecto mis ojos azules con el verde intenso de el.

—no es nada descuide — creo que el calor se me subió demasiado que ni hablar bien puedo hacer con tremendo semental que tengo parado frente a mi y no deja de lanzar miradas lascivas a mi escote que intento despegar sujetando mi camisa con mis manos.

Me muevo de un lado a otro intentando salir, pero el hace lo mismo quedando sincronizados. El ríe con su voz que enserio me pone la piel de gallina. Me contagia su buen humor y le cedo el paso.

—lo siento en verdad — dice amable volteando en mi dirección antes de adentrarse a la tienda — te comprare otra agua ¿si gustas?

—no es necesario, aún le queda — le digo amable mostrando la mitad del agua aún en la botella. El sonríe y me tiende la mano para estrecharla.

—soy Kai, un placer — me sonríe enseñando su perfecta dentadura. Su cabello negro hace contraste con su piel bronceada y los ojos verdes esmeralda que adornan su rostro cincelado, un rastro de barba lo hace ver aún más atractivo de lo que es. Lleva camiseta blanca de cuello en V y unas bermudas grises. Tiene tatuajes a lo largo de su brazo izquierdo que no logró divisar de un todo.

El es el típico chico con cara de karma que te hace pagar por lo pecados que no has cometido, pero aún así quieres hundirte en ese infierno. Me despabilo mentalmente cuando carraspea y le estrecho la mano.

Pureza & Maldad (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora