Capítulo 34

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Sorpresa.

Phebe.

Enero 22, 2023.

Quisiera creer que todo es un sueño y una fantasía, que no tengo a una madre loca, una amiga traicionera y no es por la acción. Es por el echo de no confiar en mi y contarme.

Yo intente muchas veces decírselo a Dalton, la culpa me carcomía. Pero y a ellas, ¿no tienen remordimientos? , lo de Maya fue antes de irse a viajar, ósea más de un año. Y mi madre quizás desde que tiempo vive engañando a mi padre. Y ella es la peor de todas, lleva años fingiendo ser un ejemplo de mujer y digna de admiración, yo la tenía en un pedestal que se cayó abruptamente.

Todo quedó claro y mi padre no merecía ser engañado de esa forma. Si ella ya no lo quería debió dejarlo a tiempo, no engañarlo por años. <<habla quien es exactamente igual>>. Dios hasta mi mente me juzga y yo no puedo confrontar a mi madre, no quiero verla.

Me levanto de la cama, sintiéndome pesada. Veo la hora <<8:00 am>> en día domingo. Sin importar nada me voy a la ducha y lavo mi cuerpo… voy a mi armario y busco mi ropa deportiva me observó en el espejo y noto lo inflamada que estoy. <<Seguro me llegara la menstruación mañana>>

De igual forma no sabia que podía cambiar tanto el cuerpo de una mujer al tener relaciones sexuales, muchas a decir verdad, caderas más anchas y hasta… me volteo mirando mi trasero y noto lo gordo que está. Hasta los pechos me crecieron más.

Si creo que iré al GYM. Bajo las escaleras y mi padre ya está en pie preparando el desayuno de ambos. Tomo una tostada y la llevo a mi boca saboreando la mermelada de fresa.

—¿Sabes que le falta a esta tostada para ser perfecta? — comentó mordiendo aún lo comido…

Mi padre alza una ceja y me enseña el envase de salsa de chocolate y me pongo muy feliz que me dan ganas de llorar…

—Te conozco demasiado — me entrega el chocolate y la volteo echándole en hilo,  jugando así y dibujando una flor — Qué infantil aún no cambias... ¿Por qué vas vestida así?

—Iré al GYM… — el suelta a reír. Le doy una mirada de pocos amigos — ¿Qué tiene?

—Nada — se encoje de hombros y come su desayuno — Solo no te vayas a lesionar…

—Gracias por tu voto de confianza — me acerco a él y le dejo un beso en la mejilla. — Adiós, regreso pronto.

Tomo mi bolso, donde llevó mi ropa de cambio y bajo al estacionamiento para tomar mi auto.

Conduzco hasta mi destino y me inscribo en el GYM, siempre cargo mi identificación y los dos teléfonos. Hago todo el trámite y un chico del personal me detalla de pies a cabeza.

—Hola soy Hugh — extiende su mano y lo saludo. Siento mucha calor y es que aquí casi todos van desnudos.

—Phebe — Dios parezco quinceañera sonrojándome por conocer a alguien diferente.

—Seré tu entrenador guía, para que de poco a poco vayas subiendo la intensidad en los ejercicios — me detalla el cuerpo — ¿imagino que solo quieres tonificar verdad? Aunque veo que no lo necesitas.

Asiento y el me guía hasta el camerino de mujeres y me indica donde dejar mi bolso. Solo saco el candado y guardo mis pertenecías. Había investigado todo antes de venir aquí.

Me guía hasta la caminadora y me enseña a usarla, y me ayuda a firmarme cuando casi resbaló.

—Puedes soltarme, ya lo tengo — le sonrió y con la mirada le indico su mano en mi cadera, el se sonroja y retrocede… un punzada me ataca el pecho y vuelvo al mismo sitio que hace dos meses — ¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto?

Pureza & Maldad (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora