𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀𝐒 |𝐎𝟓|

103 23 9
                                    



❝aquel día❞



𝐋𝐄𝐕𝐈 𝐌𝐄 𝐎𝐅𝐑𝐄𝐂𝐄 𝐔𝐍 𝐏𝐎𝐂𝐎 de su té helado. Tiene en su rostro una expresión chistosa al mantenerse tan serio, aunque sé nada le enoja. Acepto el té con gusto. Muero de calor aquí afuera. Sin embargo, cumplir con mi palabra es lo primero. Quedamos en que íbamos a hablar, pues teníamos cosas pendientes que decirnos. ¿Cómo podría empezar? Engancho algunos mechones de pelo en mi dedo índice, dándole vueltas hasta formar un bucle que se desarma con los segundos. Me muerdo el labio, nerviosa; ni siquiera sé qué decirle. Sin embargo, es él quien toma la palabra:

—El beso que nos dimos por el juego de la botella no significó nada —dice con calma, mirándome de reojo—. Lo sabes, ¿no?

Sonrío levemente. La sensación en mi pecho es cálida.

—Fue un juego muy tonto, pero... —¿Sería correcto decírselo? A mí no me corresponde, pues podría enojarse. Sin embargo, podría pedirle disculpas cuando nos veamos en persona—, a Reiko le gustas, Levi.

—Estás diciendo tonterías —dice con rapidez, mirando hacia otro lado. Ver esa intranquilidad provoca que mi sonrisa se ensanche todavía más.

Conocía este parque solo por fotos. Lo usual es que escogiéramos lugares amplios, sin tantos sitios para juegos sólo por buscar más tranquilidad. Pero este, a diferencia de otros que hemos visitado, es casi pura y exclusivamente para niños pequeños. Levi está apoyado en un tronco, viéndome sobre una hamaca. La tarde es dulce y fresca como para albergar un recuerdo tan frío o amargo.

—Son tercos por igual —Subo los hombros con diversión—. ¿Por qué no le dices? No puedes mentirme, Ackerman. Te conozco mejor que nadie, y eso que no fui yo quien te sacó de las piernas.

El chasquido de su lengua es su reproche; si le busco la mirada, él la quita con vergüenza. Sobre temas de amor él nunca fue el indicado para hablar en voz alta. Le da pánico cuando arrancan la sábana y descubren que es un humano tan sensible como amoroso. Esmerarse tanto en ocultarlos no iba a servir si yo estaba aquí para desenmascararlo. Hablando del amor, ese que se escapa por los ojos, ¿podría alguien sobrevivir sin mencionarlo?

—Lo más seguro es que a ella le guste Eren.

—No le gusta Eren.

—¿Y tú qué sabes?

—Porque me lo dijo —suelto sin pelos en la lengua. Parpadea con lentitud, procesando lo que dije, destilando curiosidad en cada expresión o movimiento de su rostro. En algún momento de nuestras vidas le dije: «Ackerman, romperé esa seriedad cuando descubra lo que estás ocultando».

Estiro el cuello hacia atrás. Conversando con esta clase de tranquilidad, nadie diría que corremos el riesgo de morir en cualquier momento por algo que no conocemos. Antes de ser devorada por las causas indescifrables, quiero dejar estas cosas claras e irme sin arrepentimientos.

—¿Qué te dijo? Me refiero a... ¿Te dijo específicamente que yo le gusto? ¿Dijo mi nombre o tú lo supones? Kaori.

Levi Ackerman es adorable cuando se enamora.

—No tendría que estar diciéndote estas cosas, Ackerman —bufo—. Me sentí la peor amiga del mundo cuando le vi la cara.

—¿Por eso se fue afuera sola?

Hago una mueca; no vuelve a insistir con esa pregunta. El silencio le ha concedido la respuesta. ¿Fue esto una buena idea? Empiezo a dudarlo..., pero si puede servir para poder remediar mi error, puede que haya valido la pena rozar esa herida, aunque no haya sido yo quien la pasó peor.

—Ella piensa que tú estás enamorado de mí —Levi abre los ojos de par en par. Ese comentario lo tomó tan desprevenido, que su boca se abre y sus labios se separan. Incluso yo, de decirlo, pienso que es lo más descabellado del mundo—. Quizá por esa razón no te dijo nada. Eh, o puede que ya te lo haya dicho y tú no captaste la indirecta.

—¿Por qué pensó eso? No tiene sentido.

—Bueno, tú crees que ella está enamorada de Eren porque siempre están juntos. Nosotros hacemos la misma cosa y es sencillo malinterpretar todo. Pero, yendo al grano, ¿desde hace cuánto te gusta?

—Yo, no sé... —dice, bajando el tono de su voz. Nadie va a escucharnos más allá de los pocos niños que juegan alrededor de las hamacas—. No es que haya hecho algo necesariamente para enamorarme. Simplemente ocurrió. Reiko es... muy linda.  

𝐇𝐎𝐖 𝐔𝐍𝐅𝐀𝐈𝐑 | 𝗹𝗲𝘃𝗶 𝗮𝗰𝗸𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora