Una discoteca. El local donde sería la cacería, era una discoteca.
Dylan estacionó la camioneta en la parte de atrás, alcanzando a escuchar el corazón de Macy. Se quitó el cinturón, girando hacia ella. Estaba nerviosa, y sus dedos temblaban en la oscuridad. Él tomó sus manos, notando que estaba helada.
—Macy, ¿qué sucede? —Él encendió la luz del auto—. ¿En qué piensas?
—En que no quiero entrar ahí. —Macy se aclaró la garganta—. Tengo miedo.
Dylan acarició su rostro, pensando qué decirle. Debían entrar al salón, y participar de la ceremonia. Habían invertido tanto tiempo y esfuerzo en la cacería, que no podía permitir errores.
—¿A qué le temes? —Gruñó bajo, acercándose más—. ¿Qué es lo que te aterra?
—No lo sé... —Ella pasó saliva con dificultad—. No me siento lista para matar.
—Te va a gustar —Dylan le prometió, viéndola a los ojos—. Yo me aseguraré que disfrutes cada momento de esta noche; lo juro.
Macy acarició el rostro de Dylan, inclinándose hacia adelante. Su voz seductora la cautivaba, y se acercó a sus labios.
—¿Cómo logras que algo tan horrible parezca tan deseable? —Preguntó, rozando su nariz con la de él.
—Lo mismo pensé la primera vez que maté. —Dylan ladeó una sonrisa—. Comienzas a disfrutar sentir cómo la vida se escapa de tu víctima, y cómo tomas su último aliento. Se vuelve adictivo con el tiempo.
Macy pasó saliva con dificultad, soltándose el cinturón. Abrió la puerta, bajando antes que él pudiera decir algo más. Dylan lograba asustarla en cuestión de segundos, y prefirió terminar aquella conversación. Estaba más confundida que antes.
Dylan la tomó de la muñeca, caminando hasta la entrada principal. Notó la larga cola que se formaba en la entrada, y maldijo. Él detestaba esperar.
—Vamos por la otra puerta. —Murmuró, retrocediendo—. Ingresaremos directo.
—Espera —Macy se soltó, cruzándose de brazos—. Yo quiero formar la cola.
Dylan rio, peinando su cabello hacia atrás.
—¿Lo dices en serio? —Habló incrédulo.
Macy asintió, colocándose al final de la fila. Mientras más demoraran en entrar, mejor sería para ella. Dylan se acomodó la chaqueta, deteniéndose a su lado. Aunque no estaba de acuerdo con ella, no la dejaría sola.
Macy empezó a desesperarse después de quince minutos, creyendo que la fila nunca avanzaría. La discoteca quedaba en uno de los extremos de la ciudad, y varios autos pasaban por ahí. Esperaba que nadie la reconociera, ni supiera quién era. Todavía no había matado, y ya tenía la conciencia intranquila.
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Aka Zaba: Reina de Sangre
VampireMacy es la heredera al trono de los vampiros. El problema, es que ella todavía no lo sabe. Durante un campamento de verano, Macy descubre que los vampiros son reales; y ahora es una de ellos. Teniendo que lidiar con su nueva naturaleza, y el impuls...