Macy es la heredera al trono de los vampiros. El problema, es que ella todavía no lo sabe.
Durante un campamento de verano, Macy descubre que los vampiros son reales; y ahora es una de ellos. Teniendo que lidiar con su nueva naturaleza, y el impuls...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Macy se sentó en el sillón rojo de Dylan lentamente, como si fuera la primera que estaba ahí. Lo observó caminar de un lado a otro de la habitación, buscando entre sus cajones. Ella sabía que él era bastante ordenado, y le pareció extraño que tardara tanto en encontrar lo que necesitaba. Macy suspiró, pensando que Dylan estaba demorando a propósito.
Dylan apretó los labios, recordando dónde fue que escondió su hoja del libro de juicios. Levantó su colchón, y tomó el papel que por tanto tiempo trató de destruir. Volvió a acomodar el colchón, y se sentó a los pies de la cama. Trató de planchar la hoja con las manos, viendo los bordes quemados por la vez que intentó de prenderle fuego.
Dylan tomó una gran bocanada de aire, entregándole a Macy el papel. Lo hizo en un movimiento rápido, rogando no arrepentirse de lo que hacía. La caja de pandora de lo que fue su pasado ya había sido abierta, y solo le quedaba aguardar a que los fantasmas terminaran de salir. Sin embargo, esperaba que Macy pudiera perdonarlo por todos los errores que cometió.
—Esta es mi hoja del libro de juicios. —Él soltó un largo suspiro. —Puedes leerla, Macy. Ya no hay más secretos entre nosotros.
Macy la tomó con duda, y examinó el pedazo de pergamino que le dio. A pesar que los pliegues de las arrugas estaban muy marcados, la letra resaltaba del fondo.
—Merrick Farley Blackwell. —Ella comenzó a leer. —Dieciocho años. Vampiro purasangre capturado en Whitechapel, Inglaterra. Cabello castaño oscuro y ojos marrones. —Macy elevó el rostro hacia él. —¿Regresaste a Whitechapel?
—Me capturaron en el segundo aniversario de la muerte de Alehna. —Dylan se encogió de hombros. —Yo volvía en esas fechas a colocar flores en la finca de los Dankworth. —Él relamió sus labios. —Pero, no te detengas. Sigue leyendo.
—Crímenes cometidos desde Europa hasta el oeste de Asia, en agravio de la primera ley de los vampiros. —Macy se aclaró la garganta. —Acusado de exposición innecesaria de la raza vampira en el mundo humano y de atentar contra el Pacto de Todas las Sangres. Hallado culpable del asesinato de cuatrocientos doce humanos en asociación ilícita con Jansstrome Iskandar Kovacevic. Condenado a la pena máxima de la decapitación.
Macy bajó la hoja, con la vista perdida en el suelo de la habitación. Aunque aquellas tres oraciones lo hacían parecer como algo simple, ella ya comprendía la gravedad de cada una de las acciones de Dylan. Lo poco que logró aprender con Salvatore le ayudó a asimilar las acusaciones que el Concejo escribió.
—Fueron más de cuatrocientos doce. —Dylan habló bajo, captando su atención. —Ellos comenzaron a contar los cuerpos desde el día que sospecharon que se trataba de un asesino serial. Hubieron más víctimas antes de eso.
Macy lo vio de reojo, y volvió a desviar el rostro. Un escalofrío la recorrió al notar la frialdad en la voz del chico, y se estremeció. Esa versión de Dylan que estaba conociendo era peor de lo que imaginó.
