Macy es la heredera al trono de los vampiros. El problema, es que ella todavía no lo sabe.
Durante un campamento de verano, Macy descubre que los vampiros son reales; y ahora es una de ellos. Teniendo que lidiar con su nueva naturaleza, y el impuls...
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—¡Conviértete! —Ordenó Dylan, empujándola contra un árbol.
—¡No puedo! —Macy sollozó, extenuada.
—¡CONVIÉRTETE! —La voz de Dylan resonó en todo el claro. —¡AHORA!
—Ya te dije que no puedo. —Macy carraspeó, arrojándole una piedra que recogió del pasto—. Ya no puedo más.
Dylan atrapó la roca en el aire, dejándola caer a su lado. Llevaba más de dos horas tratando de entrenar a Macy, pero ella no cooperaba. Él necesitaba que ella mostrara los colmillos sin necesidad de enojarse, pero no lo conseguía. Macy no se concentraba lo suficiente.
—Si no te transformas, no comes. —Él sentenció, aburrido—. No te alimentaré hasta que logre ver tus colmillos.
Macy levantó una ceja, indignada por la forma en que habló. —No te refieras a mí como si fuera tu mascota. —Ella se tiró al piso, rendida—. Además, no he comido nada desde el día que me mordiste. Me moriré si sigo así.
—No morirás a menos que alguien te decapite. Y como yo no planeo hacerlo, tendremos mucho tiempo para seguir practicando. —Dylan respondió con sorna—. Levántate ya; continuemos.
Macy negó, respirando con pesadez. —Te odio —masculló, arrojándole otra roca—. ¿Por qué no me haces enojar y terminamos con esto de una vez? —Inquirió—. Estoy exhausta.
Dylan rio, sacudiendo la cabeza. Se recostó sobre uno de los árboles, sin dejar de mirarla. Ella podía ser muchas cosas, pero no predecible.
—Eso ya no va a funcionar —se encogió de hombros—. Ayer logré enfurecerte porque pensabas que todo lo que decía era verdad, y que yo iría tras tu familia. Ahora que eres consciente que es una farsa, no te enojarás con nada de lo que te diga. El único modo de lograr que te conviertas, sería golpeándote.
—Hazlo —Macy soltó un suspiro—. Estoy tan cansada que ya no me importa nada.
—No quiero llegar a ese extremo —Dylan le extendió la mano para ayudarla a levantarse—. Concéntrate un poco más.
Macy retrocedió después de ponerse de pie, aburrida. El estómago le ardía, y creyó que se desmayaría en cualquier momento. La vista se le nublaba de tanto en tanto, y solo quería probar bocado. Nunca estuvo tan mal; ella no se enfermaba con facilidad.
—No, Dylan, ya no puedo. —Macy frotó sus ojos, pasando la saliva con dificultad—. Dame un pan, o un poco de agua. Me siento demasiado débil; ya no puedo más.
—La comida humana no debería preocuparte —Dylan se burló, caminando hacia la mochila que llevó—. Lo que deberías ansiar por probar en estos momentos, es la sangre.
Macy hizo una mueca de asco, negando. Ella sabía que los vampiros se alimentaban de eso, pero prefería no recordarlo. Le parecía desagradable y repulsivo el solo imaginar tener una gota de sangre ajena en su boca.