CAPÍTULO 37

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Macy abrió los ojos lentamente, sintiendo los párpados pesados

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Macy abrió los ojos lentamente, sintiendo los párpados pesados. Escuchó un pitido cerca suyo, pero no tenía fuerza suficiente para tratar de ver de dónde venía. La cabeza le daba vueltas, y no lograba terminar de enfocar la vista. La visión se le nublaba de tanto en tanto. 

Macy parpadeó varias veces, dándose cuenta que se encontraba en una habitación completamente blanca. Estiró una mano para frotar sus ojos, y se asustó al ver que tenía conectada una vía intravenosa. Quiso sacársela, pero el otro brazo tenía varios catéteres también. Le aterraba verse conectada a tantas máquinas, e imaginar la gravedad de sus heridas. El último recuerdo claro que tenía, era la pelea entre Dylan y James.

Shh, shh. —Alguien siseó cerca suyo. —Tranquila, no te muevas. 

Una joven de cabello rubio se acercó a ella, y revisó los monitores. Tomó el control remoto de la camilla, elevándola un poco. Macy demoró unos segundos en reconocerla; pero esbozó una leve sonrisa cuando descubrió quién estaba a su lado. 

—¿Gia? —consultó, con un hilo de voz. —¿Dónde estoy?

—Estás en una de las habitaciones de la enfermería del castillo. —Gia respondió bajo. —Te trajeron aquí después de que saliste de cirugía. 

Las palabras de la joven resonaron en su cabeza, aturdiéndola. Macy terminó de sentarse, y pudo apreciar por completo el lugar en el que se encontraba. Era la primera vez que iba a la enfermería, y creyó que se parecía mucho a una sala de hospital. Habían cinco camillas más junto a ella, pero Gia era la única enfermera que los cuidaba. 

—¿Cuánto tiempo llevo inconsciente? —Macy preguntó, tosiendo. —¿Hace cuánto estoy aquí?

—Poco más de veinticinco horas. —Gia le alcanzó un vaso de agua. —Te colocaron un sedante para que tus heridas terminaran de sanar. 

Macy se desesperó al escucharla, sin creer que había pasado tanto tiempo dormida. Ella trató de arrancarse las sondas de sus brazos, pensando en todos los que estuvieron a su lado en el ataque. Su corazón se agitó, y el monitor cardiaco comenzó a sonar con más fuerza.

Gia intentó inmovilizarla, pero Macy tenía más fuerza que ella. Alcanzó a tomarla por los hombros, luchando por mantenerla tranquila.

—Macy, espera. —Gia intentó detenerla. —Te vas a lastimar. 

—¿Dónde está Salvatore? —preguntó, sacudiéndose. —Necesito salir de aquí y ver que él esté bien. Perso lo tenía...

Gia empujó a Macy, logrando detenerla. Percibió el dolor en sus ojos, y tomó fuerzas para continuar con aquella conversación. 

—Macy, Salvatore murió durante la redada. —Gia confesó de golpe, sin saber de qué otra forma decirlo. —El concejo vampiro anunció su deceso hace un par de horas. 

Aka Zaba: Reina de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora