Macy es la heredera al trono de los vampiros. El problema, es que ella todavía no lo sabe.
Durante un campamento de verano, Macy descubre que los vampiros son reales; y ahora es una de ellos. Teniendo que lidiar con su nueva naturaleza, y el impuls...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dylan se acomodó sobre su cama, sin quitar la vista de Macy. Ella se retorcía en el sillón, haciendo muecas graciosas mientras leía. Daba pequeños brincos, apretando el libro entre sus dedos. Aunque le costaba admitirlo, ella se veía adorable.
Dylan soltó una pequeña risa, fingiendo leer también. Cambió las páginas con rapidez, antes de sentir algo caer cerca suyo. Macy acababa de tirarle un cojín.
—Ya sé que me estás mirando— Macy rio, cerrando el libro—. No tienes que fingir que no lo hacías.
—Lo lamento— Dylan continuó riendo, acercándose a ella—. Es que haces gestos muy extraños cuando lees. Es divertido mirarte.
—Pues perdón por emocionarme con los libros que me prestaste—. Macy habló con superioridad—. Pero tuvieron que pasar treinta y cinco capítulos para que los protagonistas se dieran un beso. Es obvio que me iba a ilusionar.
—El libro no es de romance— Dylan se burló—. No se supone que debas de emocionarte con ese beso.
Macy negó, levantándose. Se acercó a Dylan, rozando su nariz con la de él. Enredó una de sus manos en el cabello del chico, y lo jaló hacia adelante con suavidad.
—Tú no me vas a decir qué hacer— susurró cerca de sus labios.
Macy rio con fuerza, dejándose caer sobre la cama también. Dobló una de las esquinas para no perder la página en que estaba, antes de cerrar el libro. Observó de reojo a Dylan, notando que las heridas en su rostro comenzaban a desaparecer. Él se peleó con James en el patio de la escuela antes que empezaran las clases, y ambos decidieron irse de ahí. Macy no se sentía bien con el escándalo que se armó.
—¡Te dije que te alejaras de Macy! —Dylan le gritó a James, pateándolo en el suelo—. No quiero volver a verte cerca de ella.
—Descuida, que no tengo interés en volver con una perra como ella—. James se levantó como pudo, sorbiendo por la nariz—. Después de todo, el resto de la escuela ya se enteró de la clase de chica que es—. Se burló.
Dylan lo golpeó en el rostro, viéndolo tambalearse. Estaba harto de James, y de la forma tan desagradable que tenía de hablar. Deseaba arrancarle la lengua, y tirársela a los perros para que se la comieran.
—¡Retráctate! —Ordenó, furioso—. ¡Pídele perdón por todo lo que dijiste! ¡Arrepiéntete de haber sido un patán con ella!
James soltó una risa amarga, pasando una mano por sus ojos. Le dolía todo, y apenas podía mantenerse en pie, pero no se rendiría todavía. No pasaría esa humillación frente a más de la mitad de la escuela.
—Es ella quien debería pedirme perdón. ¿Acaso me crees tan estúpido como para no darme cuenta que Macy lleva meses engañándome contigo? —James escupió un poco de sangre, manchándose la camisa—. Además, ni siquiera es tan buena en la cama— gritó, burlándose—. Tal vez podrías entrenarla antes que regrese arrastrándose a mí.