CAPÍTULO 26

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Dylan empujó a Macy contra la puerta de la armería, cerrándola debido al impacto

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Dylan empujó a Macy contra la puerta de la armería, cerrándola debido al impacto. Apoyó ambas manos sobre la madera, atrapando a Macy bajo suyo. Escuchó su corazón agitarse, y sonrió. 

—¿Por qué me estabas espiando? —Dylan inquirió, mirándola a los ojos. —¿Qué hacías vigilándome?

—Solo quería ver a mi esposo en su trabajo. —Macy respondió con falsa inocencia. —¿Acaso eso está mal?

Macy no esperó respuesta, besándolo con pasión. Le quitó la chaqueta de cuero que llevaba, arrojándola sobre las lanzas. Se aferró a su cabello, tomando impulso para subir a su cintura. Ella enrolló las piernas a su alrededor, frotándose junto a él. Siempre le excitó verlo actuar como un general. 

—Joder, Macy... —Dylan masculló, apenas separándose de sus labios. —Sabes que no me concentro cuando cuando estás cerca. 

—Es bueno saberlo. —Ella rio, sintiendo que él besaba su cuello. —Fue divertido ver cómo Theo te golpeaba con una lanza en la cabeza. 

Dylan gruñó bajo, haciendo bajar sus colmillos. Rozó la piel de Macy con suavidad, escuchándola jadear. Lamió su cuello entre risas, tocando su cuerpo por encima de la ropa. 

—Dylan, hazlo. —Macy gimió, cerrando los ojos. —Muérdeme. 

—¿Por qué? —Dylan la provocó, separándose de ella. —Sigo en horario de trabajo; no puedo descuidar mi puesto como protector. 

—Has descuidado tu trabajo por más de dos semanas. —Macy se burló, pasando las uñas por su cuello. —Creo que la guardia podrá arreglárselas sin ti por media hora. 

Dylan volvió a besarla, callándola. La empujó de nuevo contra la pared, enredando una mano en su cabello. Ladeó una sonrisa al oír sus gemidos, resistiendo la tentación de morderla. 

—He pasado las últimas dos semanas follándote de todas las formas que me lo has pedido. —Dylan gruñó en su oído. —Te he hecho mía en cada rincón de este maldito castillo. ¿Es que quieres más?

—Hemos follado, sí, pero ni siquiera me diste una luna de miel. —Macy reclamó bajo, besándolo. —¿O piensas que pasaremos el resto de nuestro matrimonio solo teniendo sexo y viendo televisión?

Dylan negó con la cabeza, mordiéndola. No quiso discutir más, y disfrutó el sabor de su sangre. Macy gimió ante su tacto, mordiéndolo también. Se separó unos centímetros de él, y lo tomó por los hombros. Lo ayudó a echarse en el suelo, desvistiéndolo. A ella le gustaba tener el control. 

Macy se sentó sobre él, desnudándose con lentitud. Sabía lo mucho que Dylan disfrutaba viéndola, y sonrió cuando él intentó acariciar uno de sus pezones. Ella pasó una mano por el pecho de Dylan, arañándolo. Lamió los hilillos de sangre que salían de las heridas, extasiada por el aroma. 

Dylan gruñó bajo suyo, hipnotizado por los movimientos de Macy. La sostuvo fuertemente por la nuca, acercándola a sus labios. La besó con pasión, sonriendo cuando ella empezó a morder con suavidad su cuello. 

Aka Zaba: Reina de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora