One-Shot Fics

✨STEREK✨

Parte 2

Después de que Stiles enviará a el par de bobos Hale, se fue a dormir, en verdad necesitaba descansar y con esos dos en la casa era prácticamente imposible de hacerlo.

En las montañas Derek no paraba de reírse al ver como su tío intentaba subir la gran pared de rocas con sus garras.

—¡Dejá de reírte de mí! —le rugió a su sobrino—. ¡Si crees que es fácil ven a intentarlo tú!

El moreno no había parado de reír por la rabieta que estaba haciendo Peter por no poder subir la montaña.

—Apartate novato —le dijo con arrogancia.

Llegó hasta donde él, lo tomó por la parte de atrás y lo tiró al suelo.

—¡Bestia! —sus ojos brillaron en azul—. ¡Le diré a Stiles!

No le prestó atención a las palabras y al igual que mayor intentó usar sus garras para subir, pero cada que subía el polvo que salían de los orificios donde incrustaba sus garras le caía en los ojos.

Por otro lado, Peter no paraba de reírse de su sobrino. En verdad se veía ridículo intentado escalar.

—Ya veo porque no dejabas de reírte —volvió a soltar otra carcajada y comenzó a tomar fotos—. Sonríe, ésto lo tiene que ver toda la manada.

Y así siguieron toda la mañana.

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Después de pasar horas y horas intentando subir la montaña se rindieron y fueron directo a sus hogares con sus parejas.

El primero en llegar fue Derek, apenas entro al loft un rico aroma a costillas en salsa bbq invadía cada rincón del lugar. Dejó el equipo al lado de la gran puerta y se dirigió hasta la cocina.

Allí vió a su castaño solo con unos bóxers y una de sus grandes playeras. Un sentimiento de posesividad se implantó en su pecho y un rugido de deseó brotó de su garganta.

—No sé si comer esas ricas costillas —abrazó a Stiles, sorprendiendo lo—, o comerte a ti.

Empezó a dejar besos por el cuello del castaño hasta que sintió como su cuerpo dejo de responder.

—No... No me puedo mover —intento mover sus dedos.

Atrás suyo se escuchó una risa, al no ver fue girado y se dió cuenta de que era Stiles.

—Pero... Si tú estás.

Stiles tronó los dedos y lo que parecía ser él, era solo una especie de muñeco se puso frente suyo, tenía veneno de Kanima por todos lados.

—A  la próxima que no me dejes dormir te mandaré directo al polo norte a que se te congelen las bolas —el muñeco desaparecido—. Ahora ¿Cómo estuvo tu día?

—Bien, súper bien —sonrió pícaro—. Podrías ayudarme y así podremos.

—Nop —fue hasta donde estabas las costillas—. Te quedarás allí hasta que pase el efecto.

Caminó hasta la puerta de la cocina con una de las costillas en su boca.

—Podrías al menos darme una —el moreno hizo un puchero.

—Nop —le respondió con la boca llena—. Es tu castigo —mando un beso a Derek—. Disfruta de la noche junto con las ollas y demás.

—¡Stiles no me dejes aquí! —hizo una rabieta—. Quiero hacer cositas.

—¡Pues sueña en eso¡ —el castaño grito desde arriba.