One-Shot Fics

No te metas con él

Stiles Stilinski se encontraba caminando por las calles de Beacon Hills, era una agradable tarde por lo que decidió salir a dar un paseo.

En eso unos tipos en motocicletas vieron a su nueva presa, a toda velocidad fueron directo al castaño y comenzaron a hacer un círculo para encerrarlo.

—Amigo, hoy fue un mal día para ti el haber salido de casa —decia uno de los motociclistas.

El castaño no se veía para nada sorprendido, ni siquiera con miedo ante la situación.

—Oh, entonces eres un chico valiente que no le teme a un grupo peligroso, chico —otro de ellos habló.

Al ver que sus palabras y acciones no infundían temor en el castaño los hizo enfadarse.

—Adoro tus agallas, niño —le habló el que parecía ser el líder—, pero tu actitud nos esta molestando, en especial a mí por lo que voy a darte la golpiza de tu vida.

Pararon y aún rodeándolo el líder se bajo de su moto y fue directo a golpearlo, pero una voz lo hizo detener.

—Yo que tú no me metería con él.

Al voltearse se dió cuenta de un grupo conformado por varios chicos y chicas.

—Yo no recibo ordenes de nadie —dijo altanero—. Yo las doy.

Se giró para comenzar a darle los primero golpes y justo uno de sus pandilleros lo tomó del brazo.

—Tenemos que irnos de aquí —le iba a refutar—. Esa es la pandilla Hale, el moreno de allá se supone que es el líder.

Al escuchar ese nombre sintió el miedo invadir su cuerpo.

—Pero si mal no estoy un castaño de piel Nivea es quién domo al Lobo, no solo lo domo, también se volvió el más importante —se fijo en Stiles que tenía una ceja levantada—, además de que dicen que su padre es el sheriff.

—Será mejor que se larguén de mi ciudad o no dudaré en partiles su madre uno por uno —su voz sonada oscura.

Sin que se lo dijeran dos veces se fueron de allí como alma que lleva al diablo, ya habían escuchado historia de la pandilla Hale y no querían quedarse a ver que tan cierto era.

Derek se acercó a su pareja para cuando estar frente suyo tomarlo de los brazos, atraerlo a su cuerpo y darle un sucio beso, esos besos que hacían que el libido del castaño se elevará por los suelos y que el muy encantado lo hacía volver a la normalidad.

—Debiste dejarme darles su merecido —le reprochó Stiles después del beso.

—Y que tu padre me dejé una semana tras las rejas como la vez pasada —froto la espalda baja del castaño—, no gracias, prefiero pasar la noche contigo en nuestra cama.

El moreno no se vió venir que su chico lo tomará de su chaqueta y le hablará al oído.

—Preparate, Lobo Hale —su tono era lo más erótico—. Esta noche voy a exprimirte tanto que no quedará del jugo Hale por un tiempo.

Y con eso Derek se había ganado el paraíso esa noche y las que se venían más adelante.