One-Shot Fics

El escape de Eli

La casa Hale-Stilinski no era nunca una casa en silencio, inclusive los vecinos ya estaban acostumbrados al nulo silencio en la cuadra y cuando hacía mucho silencio era porque la familia había salido o que estaban en la escuela y el trabajo, del resto siempre era una sinfonía de voces.

Y esta no era la excepción, Eli seguía a su papá Stiles por toda la casa intentando que éste le diera el permiso que quería para ir a una fiesta en una de las discotecas de Beacon Hills. Creyó ser más listo en pedírselo a su padre Derek, y la respuesta que obtuve fue.

—¿Ya le pediste permiso a papá? —Eli se quedó en silencio.

—Siiii —su voz iba disminuyendo cada vez que alargaba la i.

—Buen intento muchacho —dejó de usar su computadora para ver a su hijo—. Ve a pedirle permiso al patrón.

—Pero no es justo —se cruzó de brazos—. Tu también me puedes dar permiso.

—Sí, pero tú papá manda y yo no desafío al patrón.

Eli se fue resoplando y pisando fuerte. No es que Derek le tuviera miedo a su esposo, pero siempre que permitía que su descontrolado y muy manipulador hijo fuera a lo que quisiera, porque él no podía negarse ante los timos de sus hijos, era él quien pagaba los platos rotos.

—Vamos papá, no seas aguafiestas —grave elección de palabras.

—Mañana tienes clases temprano, si te dejo ir no vas a querer levantarte de tu cama —decía mientras preparaba la cena—. Así que no, eres igual que tú padre con el sueño y no puedo perder el tiempo en levantarte, preparar a Laura y llevarla a la escuela

—Nada más un ratito.

—Elias Andrés Hale Stilinski.

Laura de cinco años, que iba pasando por la cocina al escuchar el nombre completo de su hermano salir de los labios de su papá Stiles, se dio la vuelta y así huir de allí.

—Ya te dije que no vas a ir y es la última palabra —nada más escuchar a Stiles hablar sin gritar, pero de forma dura ponía los pelos de punta—. Ahora ve y pon la mesa por favor, la comida estará en unos minutos.

Derrotado fue a poner la mesa y a los pocos minutos ya estaban comiendo la deliciosa lasagna que Stiles había preparado, una receta familiar que Thalía le había enseñado a Stiles cuando él y Derek eran novios.

Luego de que terminaron de cenar y recoger la mesa, Eli llevo a su hermanita a dormir después de que está saliera de su baño de la noche, eso mientras ambos padres terminaban de limpiar y acomodar el desorden en la sala.

Eli se encerró en su habitación, esperando a que sus padres entrarán a la suya y así nada más era cuestión de paciencia para que ambos se quedarán dormidos y así poder escapar para ir a la fiesta.

Cuando ya sintió la casa en silencio, acomodo las almohadas y la sábana para que parecieran que estaba durmiendo, tomo las llaves del Jeep y de forma lenta paso entre las habitaciones de sus padres y de su hermana para bajar y salir de allí.

En menos de cinco minutos ya estaba conduciendo hasta la discoteca. Nada más llegar y esperar un poco a entrar, él y sus amigos se dejaron llevar por el ambiente, los encargados tenían unas pistolas de agua de punta a punta para bañar a los presentes y que estos se divirtieran más.

Stiles no era un tonto, sabía muy bien que Eli no se quedaría con el no, así que apenas escucho que salía de la habitación y a sus oídos llegó el sonido del Jeep, su apreciado Jeep, del que ya conocía todos sus sonidos y que le regaló a su hijo, levantó a un dormido Derek.

—Levantate.

Y así ambos vieron como el Jeep se alejaba de la casa para luego perderse de su visión. La cara de Stiles estaba roja del coraje y muy, pero muy enojado con su hijo mayor.

—Cariño, creo que estás exagerado un poco —trato de calmar a su esposo—. Volvamos a la cama.

—Ese mocoso se escapó, Derek —seguia viendo el camino por el que se fue Eli—. Cuando vuelva estará en serios problemas.

Y mientras Eli junto con sus amigos se estaban divirtiendo, sintió un leve picor en su oreja y sabía perfectamente que alguien estaba hablando de él.

—Papá Stiles me va a matar.