One-Shot Fics

✨STEREK✨

Era una noche estrellada, en lo alto la luna brillaba con tanta intensidad, su reflejó en el agua daba un toque mágico, armonía y encanto.

Y es que esa noche, no era como todas las anteriores, no, simplemente era... Perfecta.

En una habitación se encontraba un moreno de unos profundos ojos verdes. Vestía un traje azul marino y zapatos cafés, su peinado aplastado como si se hubiera aplicado todo el pote de gel en el cabello para que no se viera ni un solo pelito rebelde.

Su frente y sus manos sudaban a más no poder y los nervios le estaban matando... Que novio el día de su boda no está igual, era un momento importante y el miedo de que su pareja decidiera dejarlo plantado no salían de su cabeza.

Los que estaban allí con él no podían soportar un minutos más el ver al pelinegro caminando de un lado al otro y apestando todo el lugar con sus nervios.

—Podrias por favor quedarte quieto de una buena vez —Jackson ya estaba harto.

—Sobrino —Peter lo llamó—, deja de apestar el lugar y sientate o te pegaré con cinta a la silla.

Derek al darse cuenta de lo que estaba haciendo dió un gran respiró y se sento en la primera silla que vió más cerca.

—No puedo evitarlo —comenzó a comerse las uñas—. Cualquiera en mi situación se pondría igual que yo.

Los presentes suspiraron.

—Solo cálmate, hombre —Isaac se acercó a él—. Sabes bien que Stiles esta que llega a la luna de tanto saltar por las ansías de casarse contigo.

Esas palabras lograron calmar al novio.

—Tienes razón —se levantó de la silla y su semblante cambió a uno muy seguro—. Llegó la hora, vamos.

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Todos se encontraban en la playa, justo frente al altar, justo donde dos personas se unirían y todos ellos serían testigos del momento.

El moreno estaba justo frente a todos y el juez, esperando por esa persona que llegó a su vida para iluminar su mundo.

Dos personas se pararon en la entrada en arco de rosas. Noah Stilinski tenía agarrado a su hijo del brazo, unas cuantas lágrimas escaparon de sus ojos y una sonrisa apareció en su rostro al ver la felicidad de su hijo.

Caminaron hasta el altar en medio se todos los presentes y al llegar al final ofreció la mano de su hijo al hombre con el que pasaría el resto de su vida.

—Te entregamos el mundo de Claudia y mío, Derek —Noah le sonrió al moreno—. Cuídalo bien.

—Como a mi propia vida.

El amor que ambos se profesaban era tan puro y verdadero que nada, ni nadie podía acabarlo. En esa noche la madre Luna fue testigo de cómo uno de sus hijos encontró la paz y el amor que merecía, junto a un increible ser humano que nunca se alejó de su lado aún si eso ponía en riesgo su propia vida.

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El moreno se encontraba sentado en las escaleras de la parte trasera de la nueva mansión Hale-Stilinski, viendo a su esposo jugar con sus cachorros.

Cuatro años después de haberse profesado ante sus más allegados y a la madre Luna el amor que sentían él uno por él otro.

Stiles vió a su esposo sentado y no dudo en acercarse hasta donde él. Se sentó a su lado y unió sus manos las cuales llevaban la alianza de de amor.

—¿En que tanto piensa, Sr de Stilinski? —le dio un beso en la mejilla.

—Pienso en el mejor día de mi vida, Sr de Hale —acaricio la mejilla del contrario—. Bueno, uno de mis días favorito.

—Ahh si —las caricias lo atontaron—. ¿Y cuales son esos días favoritos?

Derek sonrió y le dio un beso al castaño.

—El primero cuando te vi por primera vez, el segundo cuando aceptaste mi cortejo —fue diciendo uno en uno—, el tercero cuando nos casamos y el último...

—¿Cuál es el último?

—El último fue cuando me hiciste padre, mi amor —volvió a besar a su esposo—. Todavía faltan muchos días más, pero esos son los mejores.

Y con la cuesta de sol ambos se dieron un apasionado beso.