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Capítulo 12 – Si tu lo dices
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Mis padres habían sabido lo que había pasado y entre todos habíamos tomado medidas.

Con la ayuda de mi madre decidí ir al psicólogo a hablar y a que me ayuden, sinceramente, no estaba bien.

Ir a clase después de que todos supieran lo que pasó y me apoyarán, era diferente, todos se preocuparon por mí y me apoyaron. Me sentía bien.

Estaba sentada en mi mesa esperando a que las clases empezaran, solo pensaba en lo miedo que me daba todo últimamente, me costaba pensar en otra cosa.

— Ivy, ¿cómo va todo? —me pregunto Marc acercandose a mi.

— Bueno, dentro de lo que cabe —suspire— mejor.

— Mejor, me alegro —dijo tocando mi cabeza.

— Gracias Marc. —sonreí antes de que se marchara.

— Ivy, ¿necesitas hablar? —me pregunto Tània sentandose a mi lado.

— Hablamos luego val —dije agachado la cabeza.

— Vale, tranquila —sonrio y me abrazo.

Merlí entró y empezó la clase, hoy hablo sobre Foucault, no estaba escuchando mucho pero fue interesante.

El conto que foucault hablaba sobre la homosexualidad y se refirió a Bruno, su hijo.

Bruno y Tània empezaron a hablar en un grupo de whatsapp que teníamos los tres, yo preferi no responder.

— ¿Veis normal que Bruno esté usando el movil en clase? —pregunto Merlí.

Empezo una discusión padre e hijo frente a todos que termino con Bruno fuera de clase.

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La clase acabo y antes de irme, vi como Joan se iba de clase mirándome de reojo. Decidi hablar después con el, ¿qué estaba pasando?

Busque a Tània con la mirada, pero seguramente ya se hubiera ido con las demás, así que decidí ir. No antes sin notar una mano rodear mi cintura.

Me asuste un poco y me aparte. — ¿Que haces?

— No hablamos, quiero saber cómo estás. —hablo Pol.

— Estoy mejor, de verdad.

— No —el nego apartandome— se que no lo estas.

Suspire mientras negaba rotundamente, nos miramos fijamente y el puso sus manos en mis hombros.

— Voy a ayudarte a salir de esto Ivy, te prometi que estaría contigo.

— No tienes porque hacerlo Pol, no soy una carga, puedo cuidarme sola.

— Lo se, pero no quiero que te vuelvan a tocar. Te hicieron daño y yo no lo voy a permitir. —dijo mientras acariciaba mi mejilla— ¿me oyes?

Afirme y volví a negar antes de abrazarle, el me correspondió el abrazo. Me sentí segura y eso me tranquilizó.

— ¿Vamos? —pregunto Pol acercándome su mano.

— Vamos.

Agarre su mano y el entralazo sus dedos a los míos, me miro y cuando cruzamos la puerta separo su mano para poner su brazo rodeando mis hombros.

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Fui a mi casa, por suerte Pol me acompañó y se lo agradecí. La verdad, era el que más me cuidaba de mis compañeros y era bonito.

merlí • flashlight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora