Capítulo 25 – ¿Celos?
━━━━━━✧⊕✧━━━━━━Merlí nos estaba llevando a hacer clase, ¿en el patio? Fue raro en un principio pero lo dejé estar, a veces Merlí hace cosas raras que nadie entiende. Ni si quiera Bruno.
Bueno, al llegar explicó que nos trajo porque se quejaba del aire acondicionado, y con razón. Hacia muchissima calor.
— ¿Si tuvierais poder que cambiariais de este instituto? —pregunto Merlí.
Todos empezaron a dar ideas muy buenas mientras Merlí empezaba a hablarnos de Thomas Hobbes, todos le estábamos prestando atención hasta que una señora mayor se plantó a la ventana y nos miró hacer clase.
— Esa tía tiene una pinta de ser más plasta dando clase que flipas —le comente a Pol.
— No la conoces.
— Ya verás, el nuevo demonio del Guimera.
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Ya habíamos vuelto del patio y estaba sentada con Oliver y Ivan, ellos se habían echo grandes amigos y me parecía genial. Me alegraba saber que Ivan tenía un apoyo después de todo.
— Hitler, tutor de Ivan Blasco en el trabajo.. flipo —comento Oliver tocandole el cabello.
— Vaya dos —dije riendo.
— ¿Vaya dos que inútil? —me pregunto Iván cabreado.
— Eh inútil tu Blasco —comente indignada.
— Que te den.
Ivan me grito en la cara y se marcho a su sitio, ¿qué coño le pasaba?
— ¿Y a este? —me pregunto Mónica.
Me gire. — Da igual, se a levantado girado —suspire— ¿qué pasa?
— Nada, ¿de qué haces el trabajo?
— Todavía no lo se —me rei— soy una indecisa.
— Tienes tiempo.
— No mucho.
De repente entro la profesora que me daba tanto pánico, la cale desde que la vi a través de la ventana. Por su forma de mirar y de actuar ya sabia como era, no hacía falta ser tan lista.
— Todos a sitio.
Y la hicimos caso, al hacerlo mire a Pol y este movió la cabeza frunciendo el ceño, a lo que yo me reí.
— Me llamo Coralina y os enseñaré la historia de este ridículo país.
Joder, ¿pero lo fuerte que empezaba? Desde luego si, hasta le dijo Roberta a mi amiga, no le sento muy bien creo.
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— Ivy tenía razón, Coralina es el nuevo demonio del Guimera —comentó Pol.
— Y si, no te rayes Berta.. seguro que a sido pasajero, aunque es una cabrona —dije para animar a mi amiga.
— Me he rayado, ¿cómo se atreve tío?
— Pues a mi me cae bien —comentó Bruno ganándose la sorprendida mirada de todos.
— A ti te gusta porque la historia te gusta, pero es rara la chica.
— Lo reconozco, si, es rara.
— Con tu padre, se matan o follan.
— Esos si que van a terminar follando —dijo Pol señalando a Joan y Mónica.