Capítulo 3 – La Cena De Maquiavel
━━━━━━✧⊕✧━━━━━━Pol y yo estábamos en un parque sentados en un banco con unas pizzas. Era un poco cutre y rápido pero eso realmente no nos importaba.
— Que conste que otro día te voy a invitar yo —dijo Pol mordiendo un trozo de pizza.
— Que va Pol, no me vas a invitar a nada —le advertí— de algún modo te tengo que compensar el haberme ayudado.
— Deja que te invite, joder Ivy, cuando se te mete algo en la cabeza, eres difícil. —frunció el ceño— dejate conocer.
— Yo no soy difícil, es más, me caes bien —él sonrio— peró me gusta que todo vaya a su debido tiempo.
Le miré mientras mordía mi labio inferior, Pol me estaba mirando muy atento mientras yo esperaba una respuesta.
— Bueno, va, está bien. —él suspiro aliviado.
La noche siguió pasando, nos lo estábamos pasando muy bien y esta vez había conocido la faceta personal de Pol Rubio. Fue divertido.
Entonces a lo lejos vi a una persona acercarse, a alguien que poco a poco iba reconociendo y al verla con claridad entrecerre los ojos.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo, me entró el pánico. Yo, no sabía que hacer.
— ¿Qué pasa? —pregunto Pol, queriendo cojer mi mano.
Nege y me levanté. — Pol perdóname por esto, de verdad.
Y salí corriendo.
— ¡Ivy!
Le dejé solo, lo hize y nunca me había sentido tan mal en mi vida. Nunca había dejado tirado a nadie de esa forma.
Me sentí mal, pero quise protegerme.
__________________
Llegaba al instituto acompañada de Tània, ella me estaba contando sus sentimientos hacía Marc y me gustaba, me encantaba saber que a ella sentía algo así por alguien.
— ¿Crees que algún día podremos estar juntos o que?
— ¿Porqué no te lanzas? Digo, igual él siente lo mismo. —le respondí.
— No lo creo, ¿y tú que?
— ¿Yo que de que? —la miré.
— No lo se, últimamente te juntas mucho con Pol y Joan. —insistió ella.
— Ayer cené con Pol. —ella me miró picara— terminó mal.
— Siendo Pol no me extraña, es un capullo con las tías.
— No fue por él, fue por mi. —confesé agachado la cabeza.
— ¿Y eso? —abrió un poco la boca, sorprendida— me lo esperaba de Pol, pero de ti.
No quise responder. No quería contar esa historia de nuevo.
— ¿Tenemos que tener esa charla de chicas? —preguntó acariciando mi brazo.
— Yo...
— Te la robó. —me apartó el rubio acelerado— ¿tu qué?
— Yo nada Pol.
— Me dejas tirado a media cena y no te pasa nada. —negó— no soy idiota.
— No es asunto tuyo lo que me pase.
— Si, si lo es. —suspiró enfadado— ¿porqué lo hiciste?
Sonó el timbre. — Hay clase rubio.