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Capítulo 43 – ¿Problemas?
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Las clases de hoy estaban siendo un chiste, primero Silvana nos hace jugar a un juego de preguntas y respuestas y luego Merlí nos llevó a la cocina.

Fue divertido aunque, no entendí el porqué de Merlí.

Al terminar nos fuimos todos al patio a hablar sobre lo que pensábamos de Merlí y las nuevas clases de Silvana, empezamos a dialogar.

— Debe ser por lo de mi madre, como lo han dejado —comentó Gerard.

— ¿Que dices tío? —pregunte mientras todos hablaban a la vez.

— A mi esto que ha echo la Silvana, me a molado —dijo Berta contenta.

— A mi me hubiera gustado más preguntas como, ¿cuál es la capital de Murica? —bromeo Gerard.

— ¿Tu que problema tienes con Murcia? —pregunte curiosa.

— Es un sitio que me da curiosidad —me respondió riendo.

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Volvimos a clase, nos tocaba a Elisenda. Nos hizo sentarnos con parejas para hacer los ejercicios, eran bastante fáciles la verdad.

— ¿Que has puesto en la 4?

— He resumido que hay en libro —le di mi libreta— probablemente este mal, pero bueno —dije antes de ponerme a jugar con el boli.

— ¿Quedamos hoy?

— ¿Hoy? Vale, no tengo que hacer nada. ¿Me paso por tu casa?

— Si —sonrio— ¿y tu madre que?

— Mi madre se a ido al pueblo con la abuela, vendrá por la noche —suspire— oye Joan.

— Dime enana.

— ¿Que piensan tus padres de mi?

— Ya lo sabes, todo bueno. Te quieren como una más.. el problema no eres tú, sino yo.

— ¿Por?

— Por qué dicen que he cambiado y eso les molesta. La verdad, ellos son los que no paran de preguntar cosas absurdas, me he cansado de hacer siempre lo que dicen.

— No quiero que te enfades con ellos.

— No es tu problema.

— Si lo es cuando se trata de ti, que hayas cambiado no significa que tengas derecho a tratarlos como les tratas. Son tus padres.

— Si tu lo dices.. ¿estás enfadada conmigo?

— No, tranquilo.

— ¿Quedamos igual no?

— Si claro.

Sonrei antes de verlo copiar los ejercicios y al momento levante las cejas y desvié la mirada.

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Habia ido a casa de Joan para pasar la tarde y sinceramente, había mucha tensión.

— No pensaba que habría tanta tensión en tu casa —dije mirándole.

— Ven anda —dijo mientras me atraía hacia el para besarme.

— ¿Porque no hablas con ellos? —pregunte entre sus labios.

— Ivy, mi relación con mis padres es cosa mía. Ahora bésame.

— Pero son tus padres, no se...

— ¿Lo dices tú que te peleabas con tu padre cada dos por tres?

— Era distinto, los tuyos no te han echo nada.

— ¿Y tú que sabes?

— Ay Joan, no me venido a discutir.. me voy.

Me puse la chaqueta y me fui, pero antes de que abriera la puerta este me agarró la mano y me acorraló contra la pared.

— No te enfades porfa —me suplico.

— No me enfado, solo... quiero hacer las cosas bien. Ellos no merecen que les trates así.

— Lo pensaré.

Sonrei y me puse de puntillas para besarme. — Tengo que irme.. te veo mañana.

Me fui y Joan se dirigió a la cocina donde su madre le había llamado.

— ¿Que queréis ahora? —pregunto Joan serio.

— No se que relación tienes con Ivy, pero no me gusta que discutas con ella. Ha sufrido mucho y no quiero que la hagas sufrir más —dijo su padre.

— Estabamos haciendo deberes, de lengua dijo irónicamente Joan.

— Ay Joan, no hagas broma —dijo su madre.

— Mi relación con Ivy no es asunto vuestro, me prometí que no dejaría que me manipularais más con mis novias.

— ¿Pero tu no sabes lo mal que lo a pasado esa chica? —pregunto su madre.

— Claro que lo se.

— Pues mas te vale cuidarla, no quiero enterarme de lo contrario —defendió su padre.

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Habia quedado con Mónica, después de la discusión absurda que había tenido con Joan necesitaba desahogarme.

Ibamos caminando por la calle hablando sobre cotiellos y mal de amores.

— ¿No te molesta que este así con Joan? —la pare.

— Ya te dije que no, estate tranquila.

— Vale..

Mónica desvió la mirada y nego.

— Mira Pol —dijo ella negando.

— No aprende —dije caminando de nuevo.

— ¿Te llevas guay con el no?

— Bueno, si.. no hablamos tanto como antes, pero si.

Mónica se tuvo que ir y yo antes de hacerlo aproveché para hablar con Pol, seguía enfadada pero merecía que me diera una explicación.

Así que fui directa hacia el y sin decir nada me senté a su lado.

— Si vienes a decirme que no te gusta que haga esto, ya puedes irte —dijo el serio— necesito hacer esto.

— No, no lo necesitas.

— ¿Tu que sabes Ivy? No sabes nada —dijo marchándose.

— Alomejor no se nada, pero se que eres Pol Rubio y eres capaz de conseguir trabajos distintos y todo lo que se proponga —dije alcanzo la voz.

Hize que se parará en seco y cuando lo hizo aproveché para acercarme a el de nuevo, el agacho la cabeza y yo frunci el ceño esperando una respuesta.

— Esta es la última salida que me queda Ivy, estamos muy mal y no quiero volver al comedor social —dijo el con tono triste.

— ¿Crees que no se que haces esto por que estáis muy mal? —suspire— claro que lo se, pero tienes que hacerlo.

— ¿Y qué hago? Dime, que coño hago.

Suspire. — Lo único que quiero decir, es que si eres capaz de seguir estudiando a pesar de todo lo que pasa en tu familia, también eres capaz de buscarte otro trabajo decente.

El me miro confuso y yo apoyé mis manos en sus hombros.

— Joder Pol, eres mi mejor amigo y confío en ti.

Sonrei y me fui dejando al rubio plantado, esperará que en algún momento reaccionara y pensara seriamente en lo que hace.

merlí • flashlight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora