Capítulo 21 – La campaña
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— El tenia un problema con la idea que nos hacemos de las cosas, de acuerdo, pero de lo que no tenia ninguna duda era de los sentimientos —hablo Merlí— estaba convencido en que los seres humanos había un sentimiento natural de benevolencia.
Escuchaba atenta a Merlí mientras de vez en cuando cruzaba alguna que otra mirada con Pol, este estaba sonriendo y muy más atento que yo.
Realmente no sabia que pensar de Pol, ¿qué era lo que teníamos? En ningún momento hablamos de ser nada pero, parece que lo seamos y es extraño.
— Por eso habéis llevado comida para la campaña de alimentos —continuo Merlí.
— Si —hablo Joan— te entiendo perfectamente, porque mis padres son los que organizan la campaña cada año.
— Esta campaña es muy hipócrita, das un kilo de arroz y hasta dentro de un año no te preocupas por ello —siguió hablando Merlí— ¿si lo tenéis tan claro por que colaboras con la campaña?
— Esque nosotros ya teníamos que participar con los lotes no? —dijo Joan— pues que nadie lo haga.
— Exacto, boicot a la campaña —grito Mónica.
Entonces Merlí empezó a abrir una caja de galletas y todos los acercamos a comer.
— Esto cada día se esta volviendo más loco —dije comiendo.
— Calla y come Shepherd —me ordeno Pol.
— No, ella mejor no —dijo alguien agarrando lo que tenía en la mano.
— Pues nada —me quede con los brazos cruzados.
— ¿Y tú porque le quitas la comida invecil? —pregunto Pol al chico enfadado.
— Dejalo, no importa.
Entonces entró Toni y todos nos sentamos.
— ¿Que haces Merlí? Esto es para los necesitados hombre.
— Si, exacto. Y yo soy profesor.
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Al sonar el timbre Bruno me agarró de la mano y me apartó, supongo que querría hablar sobre algo.
— ¿Que te pasa Bruno? —pregunte confusa.
— Nada, quiero hablar contigo. ¿No puedo?
— No, si claro que puedes. Eres mi mejor amigo.
— Entonces, dime.. ¿qué pasó entre Miguel y tú?
— No... no quiero hablar de eso Bruno —agache la cabeza.
— Lo siento... y este Oliver tio —se quejó.
— ¿Que le pasa?
— Llega así no se, es raro.. ahora encima está con Tània como si la conociera de toda la vida.
— No te rayes, seguro que estará siendo amable con ella y... —mordí mi labio— ¿y tú que? ¿vas a contar lo tuyo?
— Por el momento no, no quiero que piensen que soy como Oliver.
Seguimos hablando mientras nos dirigíamos al patio con todos.
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Estaba en la cantina comiendo y desayunando cualquier cosa que coji por casa cuando Joan se me acercó y se sentó sin decirme nada.
— Pensaba que estarías con Pol.
