Capítulo #1

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                                  35 años después de implantadas las normas. Actualidad

KLARA:

La nieve que comenzaba a caer adornaba la recién clausurada tumba. William permanecía aún allí arrodillado, ensuciando el fino traje negro que de seguro estrenaba hoy.

Ni siquiera ese desgarrador llanto le devolvería a su esposa. ¿Es qué no se daba cuenta? Hay ocasiones en las que es mejor tomar ciertas medidas aunque no sean las más certeras. Debería entenderlo.

—¡William! ¡Para ya por el amor de Dios hijo mío! — decía desesperada su madre mientras lo tomaba por los hombres — Susana hizo cosas indebidas, tú mejor que nadie deberías de saber eso.

Terco, seguía aferrado. ¿No se daba cuenta de que le había sido infiel? Al parecer los rumores eran ciertos. Él no estaba de acuerdo con las normas de este pueblo y si seguía así pronto sería echado en el mejor de los casos.

—Klara hazme caso que estoy hablando hace más de 10 minutos sola.

La voz de chillido de Denisse fue la que me sacó de mis pensamientos
Era mi mejor amiga desde que éramos pequeñas y nos hacíamos pis en los pañales, una muchacha de las más lindas del pueblo, de cabello corto color negro y unos ojazos azules sacados de película de fantasía.

—¿Qué decías?

—Nada ya olvídalo, no tiene importancia — era dramática — uno se muere aquí y tú no te enteras.

Muy dramática.

La miré de reojo y poniendo mis ojos en blancos miré al frente para ver a Luxan que se acercaba con paso firme y una sonrisa de medio lado en su rostro.

—Hola chicas, bendiciones. ¿Cómo están?

Luxan era mi otro mejor amigo, alto, bien fornido y de ojos verdes, un chico perfectamente vestido y peinado, la imagen intachable de este pueblo.

—Lo propio Luxan, lo propio.

La voz de Denisse sonaba amargada, manera de exagerar la de ella.

—Bueno chicos los tengo que dejar, mi hermanito quedó solo en la casa y tengo que ir a verlo. Nos vemos más tarde.

Maicob era mi hermano pequeño, al muy dormilón le gusta dormir la mañana y como esto debía durar poco preferí dejarlo durmiendo.

—Espera, ¡espera Klara!

Luxan me sostuvo por el brazo y no me dejó marchar, se veía alarmado.

—¿Qué pasa?

—Miren, no debería comentarles esto, pero llevo muchos años junto a ustedes y no quiero que les pase nada, eso sí. No comenten nada ¿vale?

—Te encanta la intriga. A ver ¿Qué sucede?

Denisse tenía razón, la cara, los gestos y la voz de Luxan eran en plan suspenso, una pequeña risita se me escapó por lo bajo al ponerle atención.

—En la iglesia me dijo en la mañana el padre que habían encontrado un cuerpo deshuesado en las afueras.

—Dios mío.

Exclamé cubriéndome los labios al darme cuenta que lo había dicho demasiado alto.

—Aún no se sabe quién fue ni nada pero chicas, no anden solas por ahí prometanmelo. Al menos hasta que se aclare todo.

Un cadáver y un asesino suelto, ahora las calles habían dejado de ser seguras. ¿No nos pensaban informar sobre eso?

Salí del cementerio sin detenerme a mirar los rostros inexpresivos de todos, necesitaba llegar a casa rápido con mi hermano a darle de comer, y era bueno asegurarse de que no estuviera pasando nada fuera de lo normal, después de una noticia como la que Luxan nos acababa de dar el miedo nos iba a consumir.

Devoción a CiegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora