Capítulo #33

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ANDRÉ:

El cuerpo de Daniel había caído de costado y la sangre no hacía más que salir a una velocidad alarmante del brazo de Daniel, por suerte no había sido en algún lugar vital pero la cantidad de sangre que salía de la herida estaba comenzando a preocuparme.

Posé mis ojos en Jason y el muy cabrón estaba parándose del suelo aún con el cuchillo entre sus manos.

Corrí hacia él y lo lancé contra la pared agarrándolo por el cuello del abrigo negro que traía.

Arremetí contra su pómulo en un fuerte puñetazo y sentí como intentaba subir la mano donde traía el cuchillo aún sujeto.

Bajé mi mano libre y sujeté la muñeca donde sujetaba el arma con una fuerza desgarradora que hizo que sintiera el palpitar de sus arterias contra mi agarre.

Las ganas de verlo retorcerse de dolor me estaban consumiendo y verlo así, con esa mirada cargada de odio me hacían preguntarme si alguna vez había querido ayudarme de verdad o si solamente hizo todo por esta mierda de plan que tenía en mente.

Intensifiqué el agarre en la muñeca y por fin soltó el cuchillo.

El cuerpo de Jason comenzó a forcejearme pero logré moverlo a mi antojo y lo lancé al suelo subiéndome encima de él.

—¿¡Por qué le metiste droga a Elisa!?

Le grité en el rostro recordando el maletín que había en el sótano y entendiendo de una vez que este maldito imbécil había sido quien había querido acabar con la vida de mi única amiga. Lo lancé contra el suelo en el lugar una y otra vez provocando que de su rostro saliera una risa cínica que me hacía hervir la sangre.

Rió cínicamente y le lancé un puñetazo justo en la nariz y sentí como algo crugió y comenzó a sangrar pero ni aquello hizo que el muy maldito borrara la maldita sonrisa del rostro.

—¡Responde! ¿¡Por qué lo hiciste!?

—¡Porque era un estorbo! No tenía nada que hacer en Edmentong y tú solo vivías para cuidarla.

—¡Eres una mierda! — le grité luego de darle otro puñetazo en el rostro —¿¡Y a Klara, dime que pensabas hacerle a Klara pedazo de estiércol!?

—¿Qué tú crees?

Preguntó cínicamente y de nuevo volví a arremeter contra él.

Un gemido a mis espaldas me hizo despistarme y miré hacia atrás para ver a Klara que comenzaba a despertar con ayuda de Daniel que había logrado pararse del suelo y soltarla.

Jason aprovechó la oportunidad y logró levantarme del piso y caminó con largos pasos hasta donde estaba Klara y le agarró las manos.

Daniel nuevamente había caído en el suelo y se había llevado la mano a la herida con un trozo de camisa que se acababa de safar de su atuendo para intentar cohibir la hemorragia.

—¡Te dije que la soltaras!

Dije empuñando nuevamente el arma apuntando directamente a su cabeza.

Jason se giró lentamente hacia mí y sonrió mientras la sangre aún le corría por el rostro.

—¿O qué?

Preguntó y por detrás de él pude notar como Klara volvía a caer tendida contra la camilla con una lucha interna por mantener los ojos abiertos.

—O aprieto el puto gatillo y te mato.

—¿Tú? — preguntó ladeando la cabeza para mirarme mejor — ¿tú qué no sabías que mierda hacer cuando acabaste con tus padres? Tú no eres más que un traumado de mierda que no tienes los huevos para apretar el gatillo.

Devoción a CiegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora