Deja que tus demonios salgan a jugar un rato, y verás de lo que eres capaz
KLARA:
Pocas horas habían pasado para cuando sentí el ruido de un auto estacionarse en la entrada de la pequeña casa de madera.
Con un poco de sobresalto me asomé por entre las rendijas de la ventana de plástico y ví a André sacar a Denisse del auto cargada en brazos.
Abrió la puerta de madera y corrí para ayudar a sentarla en una de las sillas, sus ojos estaban cerrados y su cuerpo caía pesadamente sobre la silla de madera, André sacó un trozo de cinta adhesiva negra de abajo de la meseta que estaba en la cocina y la colocó en sus labios, para amarrar sus manos y pies utilizó una cuerda que traía en su bolsillo y verla en semejantes condiciones realmente me hacía sentir lástima.
—¿Qué le diste?
Pregunté por fin.
—Fui hasta su casa diciéndole que estaba mal porque tú habías escapado del hospital —André caminó hacia el pequeño refrigerador y sacó un pequeño pomo de agua— me dijo que haría café mientras hablábamos y aproveché cuando se giró para verterle un sedante —Abrió la tapa del pomo y ver como sus labios se mojaban me hacían perder el hilo de la conversación para recordar cómo anoche tenía los labios así mismo de mojados pero de otros fluídos — la metí en el auto y aquí está. —Tomó otro trago de agua y me detuve a ver cómo se le tensaban los músculos del rostro al tragar— Fue un sedante ligero, su efecto dura poco.
Hubo una larga pausa y tuve que tragar saliva, necesitaba más de André, y tenerlo allí de frente tratándome con tanta moderación solo aumentaba mi desespero.
—¿Qué harás con ella?
—No lo sé todavía. —Y era verdad, aún no sabía en qué iba a parar mi conversación con Denisse. —Gracias
Me dió la espalda y colocó el pomo sobre la meseta para luego recostarse a esta.
—Ven aquí.
Me indicó con un leve movimiento de cabeza y yo solo caminé hasta él.
—¿Por qué te pusiste así? ¿Hice algo mal?
Le pregunté una vez parada entre sus piernas sintendo en mi vientre como comenzaba a formarse su erección.
—Calla Klara.
Susurró en mi oído con palabras arrastradas mientras olía el perfume de mi cabello. Llevó una de sus manos libres hacia este y comenzó a tirar de él hacia atrás hasta poner mi rostro frente al suyo
—¿Quiero saber que hice mal?
Pregunté entre gemidos.
—Cállate o te callo.
Rugió en mi rostro y la evidente invitación no la pensaba desaprovechar.
—Cállame tú André.
El beso desesperado no se hizo esperar, me tomó con ambas manos el rostro y devoró mis labios como un animal, chupetió mi labio inferior para luego introducir su lengua en mi boca llegando a cada rincón de esta enviando corrientes de electricidad a cada parte de mi cuerpo haciendo que solo aumentara mi humedad.
Con un solo movimiento me levantó sobre la meseta, sin parar de besarme fue bajando una de sus manos por todo el camino entre mis senos y mi abdomen con suaves caricias que eran toda una tortura, cuando llegó a mi sexo comenzó a trazar círculos sobre mi clítoris y juro que verlo mirar cómo yo disfrutaba de aquello me hacía perder la noción de todo. Detuvo el movimiento y un gemido a modo de queja abandonó mis labios y una risa pícara dibujó sus labios.
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Devoción a Ciegas
Misterio / SuspensoKlara Janner, esa era yo, la chica perfecta de este pueblo y la imagen intachable de mi padre. Pero solo yo sabía lo que era el maltrato, el abuso, la humillación, solo yo sabía lo que sufría en las noches, y por eso quería irme de aquí, de este pue...