Capítulo 3- Una vida organizada.

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Papá no estaba contento. Aunque el pastel que Sakura había hecho, lograba que su ceño estuviera menos fruncido.
Mamá no estaba contenta, seguía escarbando entre las tiras de camisas y restos de pantalones mientras pensaba como iba a reparar la ropa.

Al menos sus chicos lucían muy felices. Cómo para no estarlo, si los había encontrado el alba, enrredados y sudando. Ella había estado cabalgando el pene de Sasuke hasta que cayó rendida sobre su pecho. Su cuerpo necesitaría al menos una semana para recuperarse.

Era la tercer vez este mes que se dormía antes de sus clases de magia. 
Los chicos eran implacables. Ella también tenía lo suyo, no vamos a mentir, podía no ser una loba, pero tenía muchas de las habilidades adquiridas a través de los años de cada uno de sus chicos. Aunque sin dudas está vez se habían pasado. Le dolían la piernas, y la mordida de Itachi en su glúteo, seguro dejaría marca. Otra más a la colección. ¡Benditos lobos obsesionados con marcarla! Parecía que necesitaban ver las mordidas para confirmar que ella les pertenecía. Tontos. Ella los amaba más que a nada en el mundo entero.

Aún así, todavía le parecía un sueño, tenerlos todos para ella. Cada uno de ellos, con sus cuerpos perfectos, tallados por alguna Diosa, que sin dudas la amaba mucho.

Terminó de colgar la colcha de lana, sobre una larga soga al sol. Su cesta de ropa estaba hasta arriba. Le había costado mucho quitar el barro de los pantalones de Obito. Ya lo agarraría luego para poner las quejas sobre dónde se anduvo arrastrando.

Una gran sonrisa tiro de la comisura de su boca. No solo eran suyos, además, la adoraban, a ella y solo ella. Se pellizcó el brazo para despertar del sueño, pero el agudo dolor le confirmó que era real. Ellos eran reales, su vida de ensueño era real.

Muy distinta de la que habría tenido en el Castillo. Del cual no tenía recuerdos. Pero estaba segura que no habría sido tan hermoso como su tiempo en el bosque.

Las noticias llegaban como susurros en el viento.
Orochimaru las podía sentir y les informaba todo lo que escuchaba.

Casi nunca eran buenas noticias, las muertes se sumaban semana tras semana, mes a mes. Por eso se tomaba tan en serio sus clases. Aprender a manejar ese poder en bruto con el que había sido bendecida, era fundamental si quería derrocar a su tío y ayudar a su pueblo.

Sentía los aullidos en el bosque. Ella podía identificar los tipos de ruidos que ellos hacían. Todos los ruidos...
Quería correr al encuentro de sus hombres.
Nunca olvidaría como la protegieron desde que Tsunade la trajo. Sasuke no era mucho mayor que ella, todos eran niños huyendo de la condena de muerte que acompañaba su mágica existencia.

Su mente viajo a esa primera vez que estuvieron juntos. Cuando ella cumplió sus dieciocho años y su cuerpo bañado por la luz de la luna fue poseído por cada uno de ellos. Ese enlace, esa magia que los rodeo aquella noche. La promesa de una jauría que encontró a su beta.
Sakura levantó sus verdes ojos al cielo y lanzó una plegaria de agradecimiento a las diosas por la bendición de sus lobos.

Nunca habían sido como hermanos. No con ella. A ella la adoraban de forma posesiva. Y cuando creció lo suficiente, no dudaron en reclamarla.
Papá casi había tenido un ataque, pero la manada olió su deseo, los lobos sintieron su llamado.

—¿Terminaron tus clases con papá?— la voz de Madara la arrullo antes de que sus fuertes brazos le rodearan la cintura.

—Estaba molesto porque me quedé dormida. Le hice pastel.— giró entre sus brazos y le dió un suave empujón contra el pecho.—Mamá dijo que tú y Sasuke huyeron al bosque para evitar el baño que les tenía preparado.

Madara soltó una risa nerviosa.
—Necesitabamos regar algunas plantas. 

—Cerdo— se quejó Sakura, una sonrisa enorme, adornaba su rostro, antes de apropiarse de los llenos y tentadores labios de Madara.
Sus lenguas alcanzaron a librar una corta batalla cuando alguien carraspeo a su espalda.

Tsunade estaba mirando a Madara con el ceño fruncido.

—Hola Má... Eres tan oportuna.— dijo con voz cantarina, el alfa de la manada.

—Tú eres un pésimo ejemplo para tus hermanos.— él tuvo la decencia de parecer compungido—  ¿Y dónde diablos está el chiquillo?— resopló.

Madara soltó a Saku para tomar de la cintura a la mujer que lo había salvado de una muerte horrible, a él y sus hermanos pequeños, la levantó en el aire y dio varias vueltas con ella, hasta que Tsunade gritó que vomitaría su almuerzo sobre él, a menos que se detuviera.

Saku reía a pocos pasos.

—Te amo, Má.— gruñó Madara antes de tirar de las trenzas de Tsunade y correr nuevamente al bosque.— ¡Estaremos todos en el lago!— gritó mientras se perdía entre los árboles.

—¡Buena pesca!— respondieron ambas mujeres a coro.

El lago era pequeño pero bien abastecido. Un flujo continúo de peces y agua dulce.
Cómo si la naturaleza pudiera compensar la falta de otros animales más grandes.

—¿Cómo van esas clases? Papá cree que tu control a mejorado. Y que tu fuerza se incrementó este último tiempo.— Tsunade rodeo los hombros de Saku y ambas caminaron de regreso a la casa, una vez que ella acabo de colgar la ropa.

—Los entrenamientos con la manada ayudan.— Espetó.

—Esos chicos se encargan de entrenarte demasiado, si me preguntas. — mascullo mientras el rojo teñía las mejillas de Sakura.

—Mamáááá— siseó avergonzada.— ¿Podemos no hablar de esas cosas? Ya tuvimos está charla hace algunos años, lo recuerdo bien.

Tsunade sonrío con picardía.
—Vamos por un té de ajenjo, ruda y caléndula.

—¿Asegurándote de no ser abuela demasiado pronto?— Murmuró Saku.

Tsunade le dio un pequeño golpe en la nuca.

—Correctivo— gruñó mientras Saku reía abiertamente.
La tarde se les pasó entre costuras, y encantamientos. Luego juntas hicieron la cena. Nada muy elaborado, ya que los suministros estaban empezando a escasear.

Reunidos en la sala, luego de terminar la sopa con verduras, que las mujeres habían preparado, tuvieron una nueva discusión, por el mismo asunto de siempre.

Los lobos gruñían. Saku resoplaba... La cerveza seguía pasando entre ellos.
Ponerse de acuerdo siempre era un asunto difícil.

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Seguro hay algún error que corregiré luego. Estaba ansiosa por subirles el capítulo.

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Besitos Húmedos y Vómito de Unicornios para todxs 💕😁

👑 Reina Arcoiris 🌈

Revenge- Saku-harén 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora