Capítulo 9- Liberados, condenados...

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Orochimaru sabía que Sakura se estaba exigiendo demasiado.

Ella levito a uno de los hombres y lo lanzó por el aire, hacía las paredes de la granja.
Volvería a levantarse y arremeter contra su hija. Él no iba a dejar que eso pasara.

En un lenguaje que Saku apenas entendía, su padre convirtió la pared de la casa en lanzas de madera con puntas, antes de que impactara contra ella, al hacerlo, el guardia quedó estacado y muriendo lentamente. 

—Creía que ya no quedaban hechiceros capaces de hacer eso.— gruñó el otro guardia con la espada. Orochimaru, le sonrío de lado antes de recitar otro conjuro. Su poder no era natural como el de Saku, era producto de años de práctica de las artes oscuras mágicas. Su orden estaba casi desaparecida.
Cómo todo, la magia requería un precio muy grande, los hechizos lo desgastaban, consumiendo su propia vida poco a poco.

La espada empezó a temblar en la mano del hombre, cuyos ojos se abrieron de terror y pánico al darse cuenta que no podía controlarla ni soltarla y en ese momento el arma que portaba apuntaba a su pecho.

Quedaban dos guardias, presos del miedo, corrieron hacía los caballos tratando de huir.
Uno montó el corcel del Capitán, el animal era muy rápido y salió disparado hacía el pueblo. No alcanzaron a detenerlo.

El otro, subió a la carreta, y se estaba alejando con la jaula y su familia.

—¡Ni lo sueñes!— le gritó Sakura mientras avanzaba hacia él.

Sasuke les gruñó a los caballos que se detengan, su voz sonó más animal que humana.
Los corceles obedecieron, reconociendo al depredador en él; clavaron las patas en el suelo y empezaron a rebuznar.

—¡Muévete animal estúpido!— gritó el guardia. Espoleó al caballo una y otra vez, pero el animal no se movía.

Se bajó y empezó a correr hacia el pueblo, gritándole a su compañero que no lo abandone, pero el otro ya estaba alejándose rápido del lugar, tan rápido como podía.

Sakura camino lento hacía la carreta. Sasuke e Izuna sonreían mientras ella contoneaba las caderas hacia ellos, como una jodida loba a punto de clavar sus colmillos en su presa atrapada.

—¡Bruja!— le gritó el guardia. Que se mostraba aterrado.

—Huele a orín— dijo ella con una sonrisa burlona y una mirada que prometía dolor hacía cualquiera que amenazara a los suyos.

—El Rey va a cazarlos y acabar con todos ustedes.— Sentenció apuntándole con su dedo sucio y lleno de sangre.

—No me apuntes con tu dedo.— Siseó Sakura

—Pudrete bruja.— escupió al suelo frente a ella.

El último guardia que quedaba, gritó de horror cuando su mano estalló.

—Te dije que no me apuntes.— Sakura sonrío satisfecha.
El dolor de cabeza empezaba a punzar en su sien, pero no mostró ninguna sola vez el cansancio que le recorría el cuerpo tras el despliegue de poder que había realizado.

Era un increíble poder el que latía en su interior. Tan destructivo, tan temperamental.

—Creo que ella se ocupará de cumplir la promesa que te hice. Ya vez, puede que no saliera de aquí, pero tú vas a morir y será muy doloroso.— le prometió Sasuke desde la parte trasera de la carreta.

El tipo lo miró horrorizado, su mano no dejaba de sangrar. Había literalmente estallado frente a sus ojos.

Entonces, empezó a correr, en un intento inútil de salvar su inservible vida.

Sakura se detuvo frente a la jaula y rompió la cerradura.
Sasuke salió primero, la beso y olió su cuello emocionado.
Ella los rodeo con una fuerte barrera de luz verde. La misma magia sanadora que poseía Tsunade, pero multiplicada.
De inmediato, el más joven de los lobos, se sintió bien. Sintió el particular hormigueo bajo su piel, que le anunciaba que su lobo estaba despierto. Fuera lo que sea que les habían obligado a inhalar, había dejado a sus lobos fuera de servicio.

Ayudo a Izuna a bajar y mientras su hermano era ayudado por Saku a sanar las costillas rotas, Sasuke, se transformó y corrió hacia el guardia que jadeaba tratando de alejarse.

La enorme bestia de pelo negro saltó sobre el hombre, cerró su mandíbula en la cabeza del guardia y la arranco de su cuerpo.

—El maldito cumplió su promesa— afirmó Izuna. Ya podía respirar sin dolor. Gracias a la magia sanadora de Sakura.

Las mujeres seguían llorando junto a los cuerpos de los granjeros.

Orochimaru se acercó, para ayudarles, pero las tres corrieron hacía los restos de la casa, ignorando los cadáveres que las rodeaban. Se encerraron dentro de la granja presas del miedo.

Saku había terminado de curar a Izuna y se disponía a bajar a Obito.

—Dejalo, lo curaremos en el Bosque. Hay que salir de aquí.
Un guardia escapó, traerá refuerzos.— dijo Orochimaru.

Dejaron a su hermano inconsciente en la jaula. Izuna
caminó hacia la granja, pero no entró a la casa, fue hacia la parte trasera, dónde podía oler las presas que habían cazado.

Tomó tres de las cuatro ovejas.
Sakura llegó a su lado y uso su poder para hacer flotar los dos cerdos y la oveja que quedaba hacía la jaula. Las pusieron junto a Obito que seguía dormido.

Luego ella entró a la jaula y se ocupó de cerrar su herida, le paso una mano temblorosa por la cabeza de su compañero. Había estado tan cerca de perderlos. Se sacudió, alejando esos pensamientos.

—Se pondrá bien.— afirmó Izuna desde afuera. Luego se transformó. 

Orochimaru condujo la carreta con la jaula. Mientras ella iba con las presas muertas y Obito dormido.

Uso un hechizo de viento para  borrar las huellas a medida que dejaban el lugar. Izuna y Sasuke, corrían junto a ellos en forma de lobos.

Habían salvado a su familia, pero ella se había expuesto. No pasaría mucho hasta que el Rey empezará a buscarla.


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Uffff 🔥 ¡cuanta tensión!
Confieso que tengo ganas de matar personajes. No me alcanzó con los granjeros y los guardias reales...

Gracias por su apoyo y comentarios. Extraño actualizar a diario. Espero que estás vacaciones de invierno me de tiempo de escribir más.

👑Reina Arcoiris 🌈

Revenge- Saku-harén 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora