36- Saldar cuentas.

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Naruto, corrió con la mujer y el niño a cuestas, antes de que él rey o sus compañeros pudieran acercarse. La nube de polvo, creada por Sakura, cubrió su escape.

Estaba traicionando a los suyos. Se sentía mal, pero al mismo tiempo, sabía que era lo correcto.

Nunca debería haber indagado sobre Hayate, ni su sobrina. Los días trabajando entre los guardias, fueron esclareciendo las cosas.
Había sido su culpa. Sin querer alertó a Baki. Luego para empeorar todo, disparó a Sakura por la espalda.

Quería patearse su propio trasero. La había cagado demasiado en pocos días.

Se desvío de las calles principales y tomó un camino entre las casas más opulentas, nadie les prestaba atención, los habitantes corrían a refugiarse de las aves que seguían atacando a todos indiscriminadamente.

—Debemos darnos prisa— insistió. La mujer estaba débil y él no podía cargarla, puesto que llevaba al niño en brazos.
Frustrado, seguía aminorando su paso, para que la habrá pudiera seguirle el ritmo.

Un águila enorme y furiosa se cruzó en su camino. Dispuesta a sacarle los ojos. Naruto, empuño su espada, decidido a matarla, pero cuando iba a lanzar el golpe de gracia, se detuvo. Todo su cuerpo se negaba a dañar al ave. Aunque está intentará atacarlo.
Sin saber que lo impulsaba, bajo la espada y alzó el escudo.

Shion, se estrelló contra el escudo del guardia rubio con ojos de cielo. El que un día te diría su corazón, según la profesora de Miroku, su madre.

Su ala resultó herida en el impactó, tuvo varios huesos rotos y chillo de dolor mientras caía, tambaleándose sobre la calle, finalmente quedó tendida.

— Debemos ayudarle.— exclamó la mujer. Tratando de detenerlo.

—Es solo un ave. No hay tiempo, moriremos si nos atrapan, debo sacarlos de aquí, se lo prometí a la princesa.— Negó Naruto.

Un resplandor atrapó al guardia cuando se disponía a correr hacia un callejón en el que tenía una vieja carreta con sus caballos, esperando.
Volteó y se quedó pasmado al ver una mujer desnuda, tendida dónde segundos antes estaba el águila. Su respiración era agitada, y tenía el brazo en un ángulo que no era el correcto.

—¡Diablos!— bramo. Le entregó el niño a su madre antes de indicarle que camino seguir y corrió de regreso hacia la mujer.

Era una jodida cambiaformas. Ya intuía él, que todo ese despliegue de aves organizadas no era algo normal. Había supuesto que era obra de Sakura, pero al parecer, estaba equivocado. 

—¡Aléjate!— exclamó furiosa. Naruto la ignoro y se agachó a su lado. La cargó en brazos y comenzó a trasladarse a toda prisa.

La leona y su pequeño ya estaban en la parte trasera de la carreta. Cubriéndose con algunas de las mantas de lana que había dejado, más temprano, ese día.

Shion, sabía que su profecía se había cumplido. Si vida estaba en manos del guardia.
El dolor le atravesaba el brazo y parte del hombro izquierdo, se entregó a la inconsciencia para poder soportarlo.

En sus sueños, su madre le suplicaba que luche, que no se rinda. El amor era el premio. Pero ella se negaba a creer que ese vil traidor sería dueño de su corazón.

Cuando despertó, seguía desnuda, el aire frío de la noche no le afectaba bajo la frazada de lana que tenía sobre su cuerpo.
Una cambiante leona y su cachorro estaban a su lado. El movimiento brusco de una carreta le dijo lo suficiente sobre dónde se encontraba.
El cielo estaba oscuro, pero pudo sentir el aleteo de algunos miembros de su bandada.
Suspiró, sabiendo que no la habían abandonado. En cuanto se recuperará, remontaría vuelo y se alejaría del guardia.

—No te nuevas, él acomodó tu brazo, pero necesitará tiempo, no sanará en esta forma. Deberías cambiar.— la mujer le mostró una sonrisa amigable.

—No confío en él.— escupió Shion. No sería un ave vulnerable, con un enemigo cerca. Prefería ser una humana, de esa forma estaban igualados en tamaño. Al menos un poco. Ya que el rubio era muy grande. Sus malditos músculos, tenían músculos.

—Te salve, cuando podría haberte dejado en la calle.— gruñó Naruto, desde el frente de la carreta. Llevaba las riendas y empujaba a los caballos para  galopar más rápido.

Shion resoplo.
—Nos condenaste a todos cuando atacaste a Sakura. Tú le entregaste a la princesa. El usurpador va a matarla y con ella muere nuestra esperanza. — le recriminó.

Naruto suspiró cansado.
Había tenido el peor día de su vida. Suplicó a su madre que escapara, había decidido abandonar la ciudad y buscar refugio en las tierras de Haruno. Era un largo viaje, pero sabía que de todos los Lores, era el que menos lamía las botas de Minato. Casi nunca se presentaba en el Castillo, y lo acusaban de ser un ebrio mujeriego, pero Naruto, conocía a un par de guardias que habían trabajado para Haruno. El viejo era un estratega, inteligente e intuitivo, cumplía la mitad de las órdenes que le daba el rey, manejaba sus tierras como le venía en gana. Y se corría el rumor de que escondía a algunos cambiaformas entre sus tropas. Aumentando el poder de sus fuerzas. Era la mejor opción para refugiados. Sin embargo, Kushina, se negó a ir con él. Su tonta madre, nunca abandonaría al malnacido de su padre.

Más tarde había tenido que ayudar a montar el escenario donde iban a matar a tres de los machos revoltosos que había visto en las mazmorras. Su intervención, días previos, durante sus azotes, le había valido un castigo. Ibiki lo puso en doble turno para que fuera a cuidar las puertas. Él era un guardia recién nombrado. Sin autoridad, sin privilegios, no le quedó más remedio que obedecer. 

Luego se presentó la posibilidad de enmendar su error y liberar a la joven bruja. Pero ella le había empujado un niño en los brazos y le exigió que lo pusiera a salvo, junto con su madre.

Ahora estaba atrapado con tres seres sobrenaturales. Mientras se alejaba de la ciudad sin saber dónde ir. Las tierras de Haruno ya no eran una opción. El trato a las mujeres no era igual que para los hombres.

— No sabía quién era ella, ni lo que estaba haciendo. La vi matar en pocas horas a hombres con los que me había criado. ¡Por las Diosas!— soltó exasperado.— ¡Hice lo que pensé que era correcto!

—Tu rey nos azota, tortura, encadena y mata por ser sobrenaturales. ¿Qué pensabas que le haría a ella?— rebatió molesta.

—No pensé. Solo actúe. No tienes idea de cuánto lo siento.

Ella se negó a responder. No le importaba si él sufría por los errores que había cometido. El futuro de todos estaba condenado por su estupidez.
Él se merecía sufrir.
La idea de eso le revolvió el estómago, pero ignoró el lamentó de su alma.
El silencio se hizo pesado. La mujer acunaba a su pequeño y sollozaba por su pareja dejada atrás. Cuando Naruto creyó que nada más podía empeorar...

—Llevanos al bosque oscuro. — dijo Shion.



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Uhhh ésto está que arde.
Los próximos capítulos son mas intensos. 🤗😅

Gracias por leer, votar, comentar y compartir la historia.
Esperó que hayan disfrutado la maratón.

Besitos Húmedos y Vómito de Unicornios 💕

👑 Reina Arcoiris 🌈

Revenge- Saku-harén 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora