Revenge- Saku-harén 🔞

43- Camino de sombras

Una poderosa fuerza la impulsaba. Apenas tenía un mínimo control sobre su mente.
El olor de la sangre de su tío la llamaba. Iba a matarlo. Iba a matarlo, por todo lo que había hecho. Por cada llanto y gritó de dolor, que escuchó en lo profundo de las mazmorras. Por las familias rotas, por los cambiaformas torturados. Por las brujas muertas, por todo ellos. Iba a matarlo.

Su mente punzaba. La oscuridad se agitaba reclamando el control. Gritos, aullidos, humo. Mucho humo que le dificultaba respirar.  Alguien había encendido fuego las mazmorras, el suelo se sentía caliente bajo sus pies. Todo iba a desmoronarse en cualquier momento, y ella solo era impulsada por pura irá.

Las sombras lo rodeaban todo, sepultando la que una vez fue, bajo un manto de niebla gris y negra. Se aferró a ella misma, a todo lo que amaba con locura. Su manada, sus padres de corazón, sus amigos en el bosque. La familia que deseaba tener algun día, cuando la tiranía de su tío fuera eliminada de todos los reinos.

"Eres luz en la oscuridad"

No sabía cómo, ni porqué, pero reconocía esa voz que le susurraba en lo profundo de su mente. Anclada por un poder diferente y muy fuerte. Un poder que dormía un sueño profundo y aletargado.

"¿Mamá?" susurró.
Las sombras se agitaban y remolinaban a su alrededor, rechazando está magia diferente.
Sakura, estaba confundida, estaba asustada. El dolor era muy fuerte. Se sentía como los latigazos que los guardias daban a los cambiaformas prisioneros. Se sentía como si algo le desgarrara el alma y absorbiera su esencia. 

"La madre de todo y la llama que vive en tu interior, tienes tanto poder hija de la luz, hay tanta fuerza en tu espíritu." Sonaba orgullosa. Sonaba esperanzada.

"Hay oscuridad en mí, me reclama" Susurró. Su cuerpo seguía moviéndose hacia un destino incierto. La princesa no se sentía llena de fuerza ni espíritu. Percibía la oscuridad, como una bestia dentada que se aferraba a ella, rasgando su ser, consumiéndolo todo.

La oscuridad se agitó, sacudiendo todo su cuerpo y exigiendo el control. Se esparcía y cubría cada vez más partes de su ser.
Sakura, se movía por inercia, era arrastrada, en busca de venganza, dolor y muerte.

Cuando entró en la sala del trono, su padre y algunos brujos, estaban allí.
Miro sin ver, ya que tenía los ojos negros como un pozo sin fin.

Orochimaru, se estremeció al ver a su pequeña, junto a una puerta que conducía a los jardines.
Tenía heridas provocadas por flechas. Los cortes limpios en sus brazos, dejaban un sendero de gotas carmesí tras de ella.

Intentó acercarse de inmediato, pero fue repelido por una energía feroz y sanguinaria.

—¡Sakura!— llamó con toda la autoridad que pudo imbuir a su voz. Las palabras rebotaron sobre el escudo de poder oscuro que la rodeaba.

El hechicero odiaba ver a su niña, sucumbir ante la magia oscura. Conocía las consecuencias de dejarse llevar por ese poder tentador.

Arremetió contra ella mientras pronunciaba un hechizo de lazo.
No permitiría que la oscuridad le robe a su pequeña.

Sakura, se volvió a verlo furiosa.
Su mente pérdida en la niebla, no podía distinguir nada ni a nadie. Todo eran amenazas que debía eliminar, su sangre cantaba reclamando que desate su ira. 

Era atraída hacia la magia oscura de Minato. Como dos partes de un solo ser, que buscaban unirse. El poder oscuro, tratando de hacerse más fuerte.

Kakashi, tenía a su hermano acorralado.
Los cambiaformas rodeaban al Rey mientras los hermanos discutían y soltaban amenazas.

—¡Serás juzgado por todos tus crimenes contra los reinos y sus habitantes!— exclamó. La propia guardia que una vez le sirvió se situaba tras él, eligiendo un nuevo bando.

Una risa sádica escapó de la garganta ronca de Minato.
Estaba perdiendo demasiada sangre por la herida causada en su cadera.

Solo seis hombres, seguían frente a él con sus armas en alto, listos para matar y morir defendiéndolo.
Hombres cuyas mentes estaban infectadas con su oscuridad. Mentes perdidas, dominadas por él como juguetes, piezas sacrificables.

Entonces la sintió. El beso oscuro de poder. Acercándose.

Su risa siniestra se hizo más y más fuerte.

—Ella finalmente muestra su esencia.— se jactó.

—Estas demente hermano. Tanto dolor, tantas torturas. Ésto acaba aquí y ahora. Diles a tus hombres que bajen las armas. No hay adonde huir.
Los lores que te eran leales han sido detenidos. Sus guardias no responden más por ellos.

—Nunca vas a ganar Kakashi.
Fuiste mí rehén por veinte años.
Y ahora verás como tu heredera se vuelve mí nueva marioneta. — afirmó. Sus ojos azules se volvieron negros. Kakashi estaba estupefacto.

El despliegue de poder, arrastró a cada persona que se encontraba cerca al menos diez pies hacia atrás, un camino se abrió entre él y su sobrina.

Orochimaru, sangraba en el suelo mientras insistía sin descanso, llegar a su hija.

Kakashi vio el cambio en Sakura.
Ella caminaba hacia Minato con desición.
Una sonrisa igual de sádica se extendía por el rostro de la princesa.
Cómo si se reconocieran. Cuando parecía ignorar a todos los demás.
Su hermano se regodeaba, aún de pie, sangrando a poco metros del trono.

Nadie dentro de la sala se movía. Parecían estatuas presas del miedo y el asombro.

—¡No es ella!— jadeó Orochimaru.

Minato reconoció al hechicero y tomó una daga de entre sus tunicas.
La lanzó tan rápido que nadie pudo verlo.

Un horroroso gritó de dolor rasgo el silencio.
Los cuerpos se elevaron entre gemidos de terror y súplicas.

La princesa tenía sus manos alzadas y de ella brotaba una inmensa cantidad de bruma oscura.
Solo Minato y ella seguían anclados al suelo, cuando todos los demás flotaban aterrados a su alrededor.

—No puedes ganar, deja de luchar niña, no eres tan fuerte. — gruñó el usurpador.

—¡Sakura, bajanos!— ordenó su padre, el legítimo rey.

La sangre de Orochimaru regaba el suelo, pero la princesa seguía enfocada solo en su tío.

El vínculo que la única a sus lobos era tan fuerte que se resistía a dejar ganar a la oscuridad. Sakura sabía en lo profundo de su ser, que ellos no la abandonarían nunca.

Aun asi, no podía salir del torbellino negro que la retenía, atrapada dentro de su propio cuerpo. Presa consiente de su poder.

"No sé cómo detenerlo" gimió. Esperando una respuesta que no llegaba.

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En breve otro capítulo... 💕😌☺️