45- Regreso a la luz.

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El último resquicio de lucidez que Sakura tenía, se fue en cuanto vió a su padre en un charco de sangre.
La daga, que Minato había arrojado, se incrustó en la base de su cuello y Orochimaru, cayó jadeando y escupiendo sangre.

Venganza, era todo lo que podía pensar.
Venganza por su pueblo.
Venganza por su padre.
Venganza por su madre.

Quería sacar el corazón de su tío, de adentro del pecho y estrujarlo con sus manos. Quería ver como la vida abandonaba al maldito bastardo que había destruido los reinos con su oscuridad. 

Una onda de poder descontrolado, salió de ella. Cada persona inocente en la sala, estaba flotando sobre ellos. 

Sentía que el poder arañaba bajo la superficie. Indómito, incontrolable.
Reunió el poco razonamiento que le quedaba y forzó una correa a la oscuridad. Un último intento de salvar su mente.

— Rindete Sakura, solo entregarme tu voluntad.— Minato, presionó, lanzando golpe tras golpe.

Sakura no podía hablar. Jadeaba y gruñía fuera de si. Sus escudos eran débiles y las ráfagas de poder estaban lastimando su cuerpo lentamente.

Su tío sabía que ella estaba al límite, no podía dejar de presionar. Casi había quebrado su espíritu. Una vez que ella se rindiera a la oscuridad, tomaría el control. Reinaría sobre todo y todos.

Lo que Minato no esperaba, fue al lobo que saltó la bruma oscura creada para contenerlos mientras él se encargaba de debilitar a su sobrina.

El maldito animal cayó sobre él, gruñendo y mordiéndole sin piedad. Otros cuatro animales lo estaban atacando. Trato de defenderse. Respondió a los ataques con furia, hiriendo a los lobos, pero sin conseguir que lo soltarán.

Finalmente fue reducido y perdió la conciencia.

Sakura sintió el calor en su pecho.
La oscuridad en su interior chilló y se retorció. Obligándola a contraerse y gritar.
Sintió a sus compañeros, podía escucharlos llamarla.
Empujó la bruma que nublaba su mente y busco ese vínculo que los unía como un solo ser.
Ahí estaba, la llama cálida que eran sus lobos para ella, el amor y la vida en estado puro, latiendo con fuerza, pese a todo lo que habían pasado.

Se abrazó al cuerpo cálido que la sujetaba. El poder remitiendo lentamente. Podía sentir de nuevo sus manos y piernas, el salado de las lágrimas, que bajaban por su rostro. No eran solo suyas. Enfocó sus orbes jade, sobre los negros de Madara.

—Ahí estás.— Murmuró él cuando sus ojos se encontraron. — Te echamos de menos, Luna de nuestro corazón.

Ella sollozo y gimió cuando la conciencia de todo lo que había pasado, se abrió paso en su mente.

Los cambiaformas muertos. La mujer de la capa, la batalla por la libertad.

Un par de narices húmedas le tocaron el brazo. Sintió una lengua caliente deslizándose por su piel.
Un par de gruñidos y mordidas contra sus tobillos, atrajeron su atención.

Rodeada de enormes bestias peludas, cubiertas de sangre, nunca se había sentido más en casa.

Un destello, y de pronto, cinco hombres se empujaban para tocarla y besarla.

—¿Cómo estás cielo?— cuestionó Itachi.

—¡Nos diste un susto de muerte!— se quejó Obito. Sasuke estuvo de acuerdo con él al instante.

—Aun queda mucho por resolver, pero estoy tan feliz de que estés a salvo.— gimió Shisui.

—Saku, tienes que romper el lazo. Hay que salvar a papá.— suplicó Izuna.

Revenge- Saku-harén 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora