Capitulo 7- Una Batalla inminente.

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Los guardias del Rey estaban en el pueblo. El viento susurraba sobre muerte y miedo.
Tenían que darse prisa. Cuánto antes encontraran a su familia, y volvieran a la seguridad del bosque, sería mejor.
Sabía que esté viaje era una mala idea. Debería hacerle caso a sus instintos.
Sakura estaba furiosa consigo misma. Odiaba tomar estos riesgos. Entendía la necesidad de buscar suministros, pero no le gustaba que su familia se exponga. Mucho menos sus hombres.

—Si algo les pasa...— murmuró angustiada.

—Vamos hacía la derecha.— soltó Orochimaru. Quién venía siguiendo las indicaciones sutiles del aire a su alrededor,  para hallar rápido a los lobos.

—Tenemos que dar con ellos antes de que esos malditos nos encuentren. ¿crees qué estén heridos?— cuestionó Saku, la agonía de no saber se notaba en cada línea de su rostro.

—Algo malo debe haber pasado para que Sasuke rompa el contacto con Madara.— reconoció Orochimaru.

—También lo sentí— dijo ella.— Fue como si tratara de llegar a mí y luego se alejó bruscamente.

Su padre le puso una mano sobre el hombro.
—Se debe a que están emparejados, por eso puedes sentirlos igual que su hermano mayor. Los encontraremos.— aseguró. 
Él odiaba ver a su niña así, como si la vida fuera a terminar en caso de que perdiera a sus parejas.

Entendía el tipo de lazo que los unía, él mismo tenía ese vinculo con Tsunade. Por eso, agudizó el oído para captar el más mínimo susurró sobre los lobos. Iban a encontrarlos, él no dejaría que su niña sufriera.

Seguían atravesando el pueblo, recorriendo calles que se llenaban poco a poco de vida.

La forja del herrero ya estaba humeando. Mujeres pasaban llevando ropa hacía un río que cruzaba el pequeño pueblo.

—Nos miran— Murmuró Saku, no le molestaba tener la atención sobre ella, al menos no, mientras hacían alguna rutina de entretenimiento, pero ahora, cuando estaba tan preocupada por sus compañeros, cuando el peligro les besaba los talones. Ella realmente odiaba la atención que estaban recibiendo.

Los dos salieron hacia un camino que aún tenía polvo revuelto. Las huellas de los caballos estaban frescas.

—Pasaron por acá. Hay que darnos prisa.— mascullo Orochimaru.

El Sol del mediodía estaba bien alto en el cielo cuando se toparon con una granja rodeada de monturas del Rey. Había una familia de granjeros, de rodillas en el suelo frente a la propiedad.

Estaban lo suficientemente a las afueras para que no hubiera vecinos cerca que vieran lo que pasaba.

Se escondieron, tenían que evitar ser vistos. 
—No escucho lo que les están diciendo.— gruñó Sakura.

Su padre y ella estaban cubiertos por un pequeño cobertizo. Habían tomado el camino largo, cruzando establos y chiqueros. Para evitar las miradas de la gente del pueblo.  Llegando por la parte trasera de la granja.

Orochimaru ladeó la cabeza, como hacía cuando escuchaba los susurros del viento.

—El granjero está suplicando por la vida de su familia. El guardia del Rey le dice que no pueden dejar testigos y los demás hombres están riendo. Dicen que los mataran rápido, luego van a divertirse un poco con las mujeres, antes de matarlas también.— Espetó.

Sakura gruñó furiosa. No iba a permitir que lastimaran a las mujeres y niños.

Orochimaru se tensó y su rostro se llenó de pánico.— Se porqué están los guardias reales en este lugar.

Sakura no espero a que su padre confirmara su sospecha.—Tienen a los chicos— soltó sería. Orochimaru asintió.

En ese momento varios guardias sacaron a Obito, Izuna y un terriblemente cabreado Sasuke, de la propiedad.

Las rodillas de Sakura amenazaron que dejarla caer al suelo. Obito sangraba, ni siquiera estaba consiente, Izuna era arrastrado por dos guardias, respiraba con dificultad.
Sasuke no paraba de gruñir y maldecir. Estaba golpeado, pero seguía luchando.
Estaban heridos, y ella se cobraría cada herida de sus hombres, con creces.

—¡Les entregamos a las bestias! Estaban entrando al bosque cuando los emboscamos— sollozaba uno de los hombres.

—¡Señor, el Rey dijo que por cada bestia que le entregaramos, nos daría su peso en oro!— escupió el otro hombre.

Sakura bramaba de rabia.
Debería dejar que esos guardias acaben con la maldita familia, pero no podría con su conciencia si permitía eso.
Resignada se enderezó y se preparó para atacar.

Orochimaru la tomó del brazo, antes de que se lanzará en una peligrosa batalla.

—Debemos esperar a que los chicos estén a salvo— le señaló el carro con la enorme jaula donde iban a meter a sus compañeros.

Los guardias seguían golpeando a Sasuke, que no dejaba de pelear, y se negaba a cooperar.

—Dile que se calme— imploró, Sakura, a su padre. No podía soportar lo que le estaban haciendo— Dile que voy a sacarlos de aquí, que deje de luchar contra ellos.

Orochimaru le acarició el rostro, y limpió con el pulgar las lágrimas que ella estaba soltando, presa de la furia y la impotencia que sentía.
Luego soltó un hechizo al viento. Las palabras, que solo Sasuke podría entender, flotaron con la brisa.

—¡Maldita bestia! ¿Qué eres bajo este disfraz de humano roñoso?— el guardia se burló de Izuna, sujetando su cabeza por el cabello. El lobo siseó de dolor.
Las costillas rotas le estaban matando, apenas podía moverse.

—¡Déjalo en paz! Te voy a arrancar la cabeza con mis propios dientes— amenazó Sasuke.

—¿Oh, eso es amor fraternal?— el guardia soltó una risa entre dientes y le golpeó las costillas a Izuna, que soltó un alarido de dolor.

Sakura estaba furiosa.
Sus uñas estaban dejando marcas en las palmas de sus manos. Apretaba tan fuerte que incluso podía sentir el olor metálico de su propia sangre.

Sasuke se quedó quieto, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo y segundos después aulló en respuesta, se dejó arrastrar hasta la jaula.

—¿Dónde quedó toda esa aura amenazante? ¿Vas a orinarte encima bestia?— se mofó el otro guardia.

Izuna sonreía, sabiendo lo que significaba ese aullido que había soltado su hermano.

—El perro dejó de pelear. Sabe quién es su amo ahora— afirmó el guardia.— seré yo quien por ga tu cabeza en una pica imbécil.

Ambos golpearon a Sasuke un par de veces, por todo el trabajo que les había dado previamente.

Sakura los marcó, sus muertes serían las más dolorosas.

Eran ocho guardias reales. Todos armados y entrenados para matar seres sobrenaturales.
Sin embargo, no sabían lo que les esperaba, escondido a pocos metros.

El capitán se acercó a los dos hombres adultos.

—Fueron unos estúpidos por confiar en nuestro rey.— dijo entre dientes.— Nadie sabrá lo que pasó aquí. Ustedes morirán, las bestias serán culpadas por todo, y nuestro Señor, tendrá más razones para acabar con esos seres.

Entonces los degolló, los gritos de las mujeres, una mayor y dos chicas jóvenes resonaron fuerte, aterradoramente fuerte, por todo el lugar.

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Bueno, las cosas se van a poner muy feas.

Espero que aún después de leer el capítulo, puedan dormir... 😅😈🙏

Les dejo Besitos Húmedos extra, y mucho vómito de Unicornios.💕

👑Reina Arcoiris 🌈

Revenge- Saku-harén 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora