Capítulo 14- La calma anhelada. 🔞

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No fue una tarea sencilla, trabajaron mucho y recibieron ayuda de otros refugiados, pero lograron extender varios de los túneles subterráneos, hacía las tierras humanas, pasando la frontera del Bosque. Colocaron las salidas dónde campesinos o guardias, no podrían encontrarlas, cubiertas de vegetación y plantas.

A medida que el tiempo pasaba, se iba terminando el invierno, y las flores empezaban a brotar, anticipando la primavera. El Bosque Oscuro se llenaba de vida, tras los secuoyas y pinos que lo rodeaban, bien profundo, dónde la niebla no impedía la vista, el césped estaba verde y las flores se estaban abriendo, llenas de color.

—¡Sakuuu!— los gritos de Shisui resonaban en la entrada de una cueva, pero ella ya estaba saliendo de los túneles que conducían al sur, eran los más largos, la tierra debajo le pareció más dura y resistente. Los grupos de excavadores que ampliaron los túneles, se quejaban de lo mismo. Afirmando que la tierra se resistía a ser removida.

—¡Lo sentí!— gritó, arrojandose a los brazos de Sasuke, que estaba más cerca, agitado, por la gran carrera que habían tenido hasta llegar dónde se encontraba su mujer.

Madara salió detrás de ella, con una mirada de alivio en su rostro que no estuvo allí por meses.

—Mamá está ocupándose, pero no deja de llamarte— Sasuke sintió como se estremecía la pelirrosa entre sus brazos.

—Vamos. Los demás van a terminar los trabajos del día.— instó Madara.

Shisui la beso en la coronilla.
Y seco las lágrimas que rodaban por sus mejillas. Los ojos verdes de Saku brillaban, cargados de ilusión y ansiedad.

Empezaron el camino de regreso a la casa. Un poderoso aullido de  Madara, fue la señal para que Itachi se les uniera, junto a Izuna.

— Deberíamos haber traído los caballos— se quejó, cansada de caminar, aún le faltan unas dos horas hasta llegar a su casa.

—Caminar es un buen ejercicio— dijo Madara antes de darle un cachetazo en la nalga.
Sakura saltó y dio un gritó divertida.

—Desearía poder aparecer a su lado.— dijo ella, llevaban tres horas caminando por el bosque.

Como si la magia en su interior hubiera respondido a su deseo, Saku se iluminó cual estrella y luego desapareció.

—¿¡Qué demonios!?— escupió Madara.

—¡Eso fue increíble!— Shisui sonreía.

—Nuestra Luna sigue evolucionando.— resopló Sasuke. Luego cambio a su forma de bestia, su hermano mayor sacudió la cabeza, entre sorprendido y encantado.
No tenía dudas sobre el paradero de su mujer. La felicidad de ella se filtraba a través del vínculo que los unía como jauría y familia.

También cambio, dejó al hombre para ser la bestia, en un éxtasis de vida y fuerza, Shisui ya se había unido a Sasuke.
Madara corrió tras sus hermanos, ambos iban llenos de emoción y entusiasmo.

A mitad de camino, se les unieron dos lobos, mas saltando sobre ellos, desde un sendero más alto, los cinco aullaban de alegría.

—¡Escuchalos!— resopló Tsunade. — están haciendo un escándalo por todo el Bosque.

Orochimaru soltó una carcajada, y rodeo la cintura de su mujer, acercando sus cuerpos, hechos para encajar uno contra el otro.

Obito soltó su propio aullido, cuando sentía que sus hermanos estaban cerca. Y las respuestas hicieron temblar la tierra. Sakura estaba a su lado, en la cama, llorando y riendo como una demente.

— Despídete de la cama.— susurró Orochimaru en el oído de Tsunade. Antes de que los cinco lobos adultos, que a sus ojos seguían siendo niños grandes, entrarán al dormitorio y se lanzarán sobre su hermano.

La sanadora se cubrió el rostro resignada, cuando las maderas del catre crujeron y se quebraron bajo el peso de la jauría.

El matrimonio salió sin que sus hijos lo notarán.

Estaban tan eufóricos que hablaban al mismo tiempo y se propinaban golpes amistosos entre ellos.

Una familia reunida, eso eran.

—Creo que deberíamos ir al granero está noche. Al menos para dormir unas horas.— reflexionó Orochimaru con cierto pesar.

—¿Deseas dormir?— Tsunade alzó una ceja coqueta. — No solo ellos pueden divertirse, sabes...

Su compañero sonrío de lado.
El fuego de su sanadora, ardía más fuerte que nunca.

En el dormitorio, los hermanos, desnudos y amontonados, se ponían al día.

Saku gemía descontrolada, saltando sobre el duro miembro de Obito.

—Mas fuerte nena, tengo meses de acumulación en las pelotas.— gruñó desesperado embistiendo desde abajo con fuerza, clamando la anhelada liberación.

—Siempre tan romántico— reclamó ella, pellizcando las tetillas con ambas manos. 

La estimulación fue suficiente para hacerlo aullar y vaciarse en su interior. Ella se estremeció sobre él, colapsando contra su pecho agitado.

Solo unos minutos, necesito Obito para estar empalmado nuevamente.
Los demás se turnaron para montarla, mientras ella seguía sobre su hermano, dándole todo el placer que les fue negado mientras él estaba dormido.

Ya tendrían tiempo de hablar, ahora solo se trataba de sentir. De conectar sus cuerpos y sobre todo sus almas, que habían estado sufriendo una agonía de largos meses, mientras Obito encontraba el camino a casa, dentro de su perturbada mente.

Horas más tarde cuando la noche había cubierto el cielo de estrellas; se encontraban todos recostados sobre un colchón de paja que había reventado las costuras y estaba largando su relleno sobre las mantas y el suelo.

— Me hacías tanta falta...

La voz de Saku, fue un susurró, cargado de pena. Seguía tumbada sobre el pecho de Obito, escuchando la melodía de su corazón, que cantaba de felicidad para ella.

—Ya estoy de vuelta nena, te amo— le respondió Obito
—¿De qué me perdí mientras tomaba esa larga siesta?— murmuró tratando de sonar casual.

—Además de un jodido y duro invierno.— resopló Izuna.

—Estamos sitiados— gruñó Madara.

—Podrían empezar por ¿qué diablos sucedió cuando estábamos regresando?— soltó con fastidio. Le molestaba saber que había dormido por meses.
Aún estaban tratando de entender porqué no había podido salir de su propia mente.
Y algo se remolinaba en lo profundo, como si un ser oscuro lo estuviera reteniendo.

Izuna y Sasuke le explicaron lo que pasó luego de la cacería, y como fueron drogados y encerrados por unos granjeros.

Saku le contó el resto de la historia, desde su intervención, hasta el regreso a casa.
Luego Madara le relató lo sucedido los meses posteriores.

Con Obito despierto, la gente del Bosque organizada y los túneles listos, cada vez estaban más cerca de dar un golpe al reinado de terror de Minato y liberar a los seres sobrenaturales que estaban en su poder.

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Lamentó el retraso. Ojalá les gustará el capítulo. Tuvieron lemon y un Obito recuperado.
Demasiadas buenas noticias.
Gracias por leer y seguir apoyando la historia. Los amo 💕💕💕💕💕🥰

Les dejo besitos húmedos y vómito de unicornios extra 💕🥰❤️

👑 Reina Arcoiris 🌈

Revenge- Saku-harén 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora