•Capítulo especial II•

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Dereck fue el único en ir solo; primero, porque es el más sigiloso de todos; y, segundo, para  ser el primero en entrar y guiarnos por la mansión del turco hasta llegar a nuestros respectivos lugares y entrar a la fiesta por lo alto.

Malory; mi bella hermana mayor no pudo venir con nosotros, pero nos envió con los bolsillos llenos de dulces y festines para que la fiesta esté mejor decorada e iluminada que antes. Sus explosivos tienen que cubrir por lo menos un tercio de la casa cada uno, así que será más sencillo acorralar las ratas en un solo punto.

Tan pronto pasamos el primer anillo de seguridad con éxito, bajamos de las camionetas y nos adentramos por el bosque. Si seguimos en auto, los ponemos en sobre aviso y todo se puede ir a la mierda. Nuestra mayor preocupación es la vida de Samantha, ella se aventuró a entrar sola en la cueva del ruso. Debo confesar que me agrada y me sorprenden sus agallas. Esa mujer vive para cumplir su venganza.

Nos dividimos en los tres grupos que Damián había formado, cada uno siguiendo por un camino diferente. Jhon se veía pensativo, y no era para menos, es su hermana la que está en manos del bastardo que tanto daño le hizo hasta convertirla en un ser sin alma ni corazón como lo soy yo.

—Tengo curiosidad por saber cómo fue que Samantha llegó a las manos del ruso.

Jhon me miró de inmediato, deteniendo los pasos y endureciendo el gesto.

—Las miradas no me matan, no lo hizo una perra que me disparó por la espalda, mucho menos lo hará que me mires así. Soy un poco curioso.

—Nosotros venimos de una familia pobre. Mis padres se ganaban la vida con diferentes trabajos para darnos de comer a mis hermanos y a mí.

—¿Hermanos? ¿Cuántos hermanos son en total? ¿Por qué nunca los han mencionado?

—Ya no tiene importancia, ellos están muertos — siguió el camino, sorteando árboles sin dejar de apretar los puños a cada costado de su cuerpo—. Samantha fue comprada por Novikov. Mis padres no recibieron dinero, a cambio de ello, les llegó la muerte. Fui el único que quedó vivo de todos — rechinó los dientes—. Los vi morir frente a mis ojos a cada uno.

—¿Por qué Samantha?

—Lo que dijo Damián es cierto; Samantha solo fue un pase para abrirse a la sociedad. Ella era una chica sumisa y tonta, siempre haciendo todo lo que él le dijera. Luego de saborear el infierno en su propia carne, perder a su bebé la llevó a huir de él y ser la mujer fuerte y fría que es ahora. Ya no queda nada de la chica inocente y de mirada transparente como el cielo, ahora solo hay un bloque de hielo dispuesto a aplastarlo todo a su paso con tal de obtener justicia y su libertad. Sami quiere ser libre del yugo de ese hijo de puta.

—Aunque no es la historia completa, me conformo con los datos más importantes — sonreí torcido—. Samantha supo jugar sus cartas con nosotros.

—No los vamos a traicionar, puedes estar seguro de ello.

—Seguro mató a confianza — comenté con simpleza—. Pero les doy el beneficio de la duda por lo que han demostrado en estos dos años que han trabajado con nosotros. Son muy pocos los que se aventuran a atravesar rutas pesadas y poco estables sin temor a caer.

—Es pan comido — se encogió de hombros—. Sobreviví en la calle por años, así conocí a Ian e hicimos dinero para comer cada noche vendiendo pequeñas dosis. Ahora con dinero, es más fácil comprarlo todo.

—¿Qué sería de nuestra puta vida sin el? — golpeé su espalda—. Ella estará bien, no te preocupes.

—No me preocupa, sé que se puede defender si está al borde de la muerte. Yo mismo la entrené durante estos dos años, pero ellos son más que nosotros.

—Más son multitud. Relaja el culo y solo dedícate a no dar un mal paso.

—Supongo que deber ser fácil para alguien que ha nacido programado para matar.

—¿Por quién me tomas? — me reí —. Llegar hasta donde estoy me ha costado, a mis padres les costaron muchas cosas, a mis abuelos también. Vamos perdiendo la humanidad cada día y a pasos agigantados, y no es que me haga falta tampoco, estoy muy orgulloso de ser quien soy, pero pienso en una vida diferente y esto no es lo que quiero para mis hijos. Mi esposa está embarazada, constantemente siento temor que los van a asesinar si doy un mal paso que los ponga en riesgo; son embargo, ella pelea con ciertos juguetes que dan pánico y se me pasan los temores —bromeé—  Después de todo, ratas nos criaron, ratas nos moriremos. En este punto de mi vida ya no hay marcha atrás. Esto es lo que somos y seremos; y el círculo nunca va a acabar. Esta familia seguirá regándose como la maleza por el mundo.

—¿Te arrepientes? Siempre pudiste haber tomado un camino diferente al de tus abuelos y tus padres.

—¿Y perderme lo excitante de la vida? — sonreí malicioso—. Ciertamente tienes razón, de pequeños nos enseñaron a no morir, pero no es hasta que te manchas las manos por primera vez que el gusto queda marcado en el paladar. Así como soy de amoroso con mi familia y mi preciosa esposa; sobre todo con mi belleza exótica, soy un hijo de puta con el resto que quiera vernos caer.

—No sabía que matar fuese excitante — soltó una risita burlona.

—No lo hacemos por deporte, es respeto y porque en este negocio o te bajan la cabeza o la bajas primero. La solución estaría en saber usar las pocas neuronas que el dinero y el poder quitan, de ese modo todo se ganaría al triple, pero ya ves que la inteligencia humana está sobrevalorada.

—Supongo que Samantha eligió sabiamente.

—Desde luego, la chica supo envolvernos con sus preciosos ojos azules y su perspicacia, de no ser así, ya estaría de trofeo en mi sala.

Hicimos silencio al llegar al punto acordado y que Dereck señaló. Que todo esté en calma es lo más natural, pues son tres las salidas de escape de la mansión. Mientras Jhon informaba que estábamos en el lugar, manipulé el explosivo con precaución y lo dejé en su sitio antes de activarlo.

—Ya que todos están en sus respectivas posiciones, denle al botoncito para que en menos de diez minutos todo agarre algo de color. Desde aquí esto se ve muy apagado — dejó la orden, la cual acaté de inmediato después de contar los cinco segundos—. ¿Ya ven lo que pasa por dejarnos por fuera? Siempre llegamos reventado todo.

Diez minutos son más que suficientes para alejarnos de los explosivos, por lo que no perdimos el tiempo y nos aseguramos en el espeso del bosque hasta que nos encontramos todos en el punto más vulnerable de la mansión.

—Un minuto y el show se alza por los cielos — avisó Dereck viendo su reloj.

Un minuto después, los tres explosivos resonaron por todo el lugar. Una bomba poderosa y que alcanzó a llegar hasta nosotros las ondas más bajas de la misma. La mayoría de los presentes tuvieron que haber muerto, espero que entre los muñequitos no esté nuestra querida Samantha. Es una posibilidad que Jhon e Ian conocen a la perfección y aceptaron tomar el riesgo, más no podemos perder la oportunidad que ella nos abrió ante la traición de uno de nuestros más grandes aliados. La traición con muerte se paga.

Perdición[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora