🔸Subjetivo🔸

2.3K 232 15
                                    

Samantha

Las últimas cuatro semanas he vivido enfrascada en una dulce e inocente condena. Logan resultó ser mucho más pasional de lo que había creído en un principio. No voy a negarlo, me encantó haberlo instruido con el pasar de los días, mostrándole el punto exacto en dónde debe tocarme para hacerme explotar en sus manos. Es un hombre muy dedicado y devoto, de eso no me caben dudas. Cada día me demuestra lo que es entregarse con ganas y pasión, olvidando por completo que aún se encuentra atado a su religión y sus creencias. Aún así, me desnuda de una forma indescriptible, ni Novikov ni Cavalli me habían acariciado de esa manera en la que Logan lo hace.

Sus manos a pesar de que son grandes y pueden tener una fuerza dominante, son extremadamente suaves y delicadas. Me enloquece con su tierno tacto, llevándome a lugares que no había ido en manos de dos hombres que, a pesar de ser tan diferentes el uno del otro, tienen un algo que los hace similares; y ese algo es la dominación y la prepotencia. Novikov tiene sexo exclusivamente para complacerse y sacarse las ganas de encima, Cavalli que, aunque pasional, usa el mismo patrón de conducta en la cama que mi adorado esposo.

Y está Logan, tan diferente e inocente en todo el sentido de la palabra. Sus besos, sus caricias, sus atenciones, sus abrazos luego de que lo dejamos todo en la cama; verlo, saberlo y tenerlo en mi pecho cuando duerme es algo que se ha convertido en una obsesión casi enfermiza. Sabía que si me comía ese dulce Pastelito tan rico y puro, me volvería adicta a él.

Salgo de la ducha, envuelta entre la toalla y pensando en lo mucho que este mes he disfrutado con él, pero esa parte racional e intuitiva, me tiene alerta y con ojos abiertos hasta en la espalda. Novikov no es de desaparecer de la noche a la mañana, más cuando ha estado en picada con el negocio. Pensábamos que quitándole rutas y rompiendo negociaciones saldría de su madriguera; no obstante, se escondió más. Sé que algo grande está tramando, ese ruso narcisista es muy orgulloso y egocéntrico como para aceptar que ha perdido ante mí.

Me puse ropa cómoda y ligera antes de salir hacia la cocina, donde un Logan sonriente y muy energético preparaba la cena para los dos. Tengo que aceptar que es un hombre muy atractivo, pero últimamente lo he visto mucho más sexi sin tener esa ropa de velorio encima. Y que cocine para mí me resulta fantástico.

—Ya iba a ir por ti — puso dos platos sobre la mesa, sonriendo encantador—. La cena ya está lista.

—Gracias.

—Toma asiento — me ayudó a sentar como todo un caballero.

Pasé por el alto el arreglo de rosas que había en el centro de la mesa, pues no me las ha entregado y tampoco ha he hecho alguna insinuación de que esto se trate de una cena romántica. Él, comúnmente, prepara la cena, de hecho, es él quien se encarga de alimentarnos a los dos.

—Me estás acostumbrando a mal con tus comidas — rompí la tensión que yo misma había creado con mis pensamientos—. Estoy pensando seriamente en contratar tus servicios.

—No hace falta que me contrates, con gusto lo hago a cambio de nada.

—¿Dónde aprendiste a cocinar así de bien? — cambié de tema intencionadamente, pues a veces resulta un poco intenso, mas cuando me mira tan fijamente.

—Me gustaba mucho ayudar en la cocina a la Sra. Collins. De ella aprendí muchas recetas, como esta que hoy he preparado para los dos.

—¿Quién es la Sra. Collins? ¿Tu Nana? ¿Tu niñera?

Soltó una risita, negando con la cabeza.

—No, ella era la encargada del orfanato donde crecí. Aunque para mí ella es como mi madre, pues me dio amor y protección durante todos los años que estuve viviendo con ella. De hecho, ella me certificó como su hijo antes que cumpliera mi mayoría de edad.

—Oh, ¿así que eres adoptado?

—La Sra. Collins no me adoptó, solo me dio un apellido para no ser un donnadie. Ninguna familia me adoptó, pero no me hizo falta amor por parte de la Sra. Collins, su esposo y sus hijas  — sonrió ante la mención o quizás ante los recuerdos—. Ellos son la única familia que conozco.

Me quedé sin palabras, aunque él no parece estar triste o enojado por ese hecho. Ve a esas personas como su familia.

—¿Y tus padres? ¿Jhon es tu único hermano? — quiso saber tras mi silencio.

—Mis padres fallecieron hace un par de años — enterré la cabeza en el plato, conteniendo las lágrimas y la rabia—. Jhon es lo único que me queda...

—Lo lamento mucho.

—No te preocupes, esa es la ley de la vida, ¿no? Nacer, crecer y, posteriormente, morir. Nadie es eterno, pero somos seres hechos de costumbres.

—Tienes razón, pero sentir tristeza y dolor ante la partida de los seres queridos nos hace humanos — estiró las manos a mi rostro, borrando con la yema de sus dedos esas lágrimas que escaparon de mis ojos—. Ellos deben estar orgullosos de la mujer que eres.

—No lo creo — dejé que limpiara mis lágrimas, pues sus manos resultan reconfortantes—. Ellos están muertos por mi culpa. Si no hubiera nacido...

—No lo digas, porque si no hubieses nacido, no tendría el gusto y el placer de conocer a una mujer tan bella y única como tú — sonrió ladeado—. No me habrías dado vida si no te hubiese conocido.

Me dejé agasajar por él, olvidando todo a mi alrededor y creyendo que no tengo una vida de mierda. Quise soltar muchas cosas que me están ahogando en un pozo, pero temo a que Logan me juzgue al darse cuenta el tipo de persona que soy. Dolería si él me llega a ver con otros ojos.

Esa atracción que sentí por él en un comienzo se transformó muy rápido. Ahora me gusta mucho, no puedo dejar de pensarlo y en hacerme ideas de cómo sería nuestra situación si no estuviéramos condenados a una realidad subjetiva. Tal vez sea porque en este último mes hemos compartido más que la cama y un sexo bastante dulce y perverso, que la Samantha inocente y soñadora de antes ha empezado a idealizar un «nosotros», pero después está esa Samantha que nació del dolor y el rencor, haciéndome dar cuenta que Logan no es más que un platillo lo suficientemente nutritivo para comer y desechar una vez lo termine.

Perdición[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora