No hubo necesidad de decir más palabras, la emoción que me causó su aceptación a pesar de sus creencias y su bondad, fue mucho más grande. El amor que había escrito en sus ojos le dio paso al deseo y a la pasión en solo segundos, haciendo que nuestros cuerpos aclamaran una vez más nuestra unión.
Devoré a gusto sus labios, perdiéndome en el dulce sabor de ellos y su húmeda lengua que no daba tregua a la mía en ningún instante. A los dos se nos aflojaron gemidos con tremendo beso que escalaba a un nivel único de excitación. El hecho de estar unidos piel a piel hace que las ganas crezcan entre los dos y nos lleve a frotarnos lo más que podamos en movimientos simulando el coito. El roce suave y húmedo me tiene palpitando y ansiosa de sentirlo en mis adentros.
Buscando mayor contacto y mayor fricción, me pegué más a su cuerpo, asegurándolo con mis brazos y mis piernas. Sus manos me sostuvieron por el trasero, guiando mi cadera contra la suya en un movimiento muy lascivo y delicioso. Su hombría rozaba furtivamente mis labios menores, desatando una ola de calor y dolor por la ansiosa espera de que se sumergiera en mí y me llenara todos los sentidos a plenitud como solo él ha podido hacerlo.
Descendiendo sus labios por mi barbilla, arqueé la espalda de modo que mi cuello quedase expuesto a sus besos y lamidas. Dejó una estela de besos por mi cuello hasta el valle de mis senos, sacudiendo el rostro entre ellos aun sin dejar de apretarme contra su prominente erección.
—Logan... — no pude controlar ese gemido ansioso y suplicante que se aflojó de mi garganta.
Emprendió camino a uno de mis senos hasta cubrir por completo mi endurecido pezón con sus labios y dientes, tirando tan suave y fuerte a la vez y haciendo que la presión creciera más abajo de mi ombligo. Succionó de una manera tan perversa y tierna mientras me miraba a los ojos, provocando que la sensibilidad me pusiera a temblar sin control.
—Que perverso eres, padrecito.
Guie mi mano al medio de nuestros cuerpos y tomé su erección en mi mano, deslizándola suave hacia abajo y logrando que su succión en mi pezón se volviera más salvaje y dominante. Esta vez no objetó a nada; todo lo contrario, ante mi mención, su mirada se volvió más oscura que antes. Sus dientes fueron los causantes de que me humedeciera el doble de lo que me encontraba, pues apretaba y tiraba como si quisiese arrancarme la piel. La última vez que mostró ese lado salvaje y dominante fue cuando los celos nublaron su razón, pero ahora que conoce mis puntos más sensibles, parece dispuesto a someterme una vez más a su divina voluntad.
—Date la vuelta — ordenó, mordisqueando una vez más mis pezones.
Me di la vuelta, volviendo a quedar en su regazo y con la espalda pegada a su torso desnudo y húmedo. Sus labios se acomodaron en el hueco de mi cuello al tiempo que aspiraba de mi aroma y su mano derecha se cerraba en uno de mis senos y lo apretaba. Moví el trasero sobre su erección, desesperada y con ganas de ser atendida cuanto antes.
De ese modo, deslizó la mano por mi vientre hasta llegar a mi intimidad y separar mis labios con sus dedos. El contacto directo con ellos me provocó corrientes y gemidos involuntarios. Ya no lo soporto más, y él gustoso me tienta y me enloquece con la suave presión que hace con la yema de sus dedos en ese punto que tan sensible se encuentra debido a sus caricias.
Me obligó a elevar el cuerpo un poco y acomodó su pene entremedio de mis piernas, de manera que quedaba tentando para entrar en mí, pero aún no lo hacía; es como si quisiera torturarme hasta la muerte. Su dureza y la fricción me tenía más que caliente, se siente tan deseoso como yo. Deslizó sus dedos por mi vagina, acaparándola por completo de extremo a extremo y verificando que la humedad no es a causa del agua, sino de mis fluidos.
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Perdición[✓]
RomanceEn el mundo de Logan, el silencio y la paz era lo que reinaba desde hace muchísimos años, pero en una noche, esa tranquilidad a la que vivía sometido, se verá interrumpida por la maldad y la tentación de un cuerpo hermoso y un rostro de ángel, dándo...