Logan
Nunca pensé que algo como esto me pudiera suceder. En mi vida había equilibrio y paz, no existía la posibilidad de que un amor diferente a Dios llegara a hacerme dudar de mi fe y de mi vocación, pero Samantha llegó para cambiarlo todo a mi alrededor. Ahora pienso si está bien dejarme llevar por lo que sentí en la piel y en el corazón o hacer distancia de las tentaciones como hasta ahora. Sus besos tienen mucho que ver, su boca es un dulce del cual quiero seguir probando, pero tampoco puedo dejar de lado mi labor como sacerdote.
Hice una promesa, hice un voto fiel a mi Dios que he venido incumpliendo constantemente con hechos y pensamientos indecentes. No puedo y tampoco quiero seguir con la culpa en mis hombros.
Por alguna extraña razón, en mi pecho se instaló una punzada inexplicable cuando vi sus ojos y el mar de tristeza que había en ellos. Samantha no se encuentra bien, pero ahoga su dolor en el fondo de su ser y lo deja escondido para que nadie lo pueda palpar entre sus manos. Y, aunque no quería dejarla así como se encontraba de decaída, es lo más sano para los dos. Yo no puedo brindarle nada más que mi amistad y mis consejos.
—¿Ya está listo, padre?
—Sí, ya nos podemos ir.
—Adelante — el hombre me abrió la puerta del auto.
—Gracias — observé la casa una vez más antes de subir en el auto y emprender camino a mi vida.
El hombre hizo un corto recorrido de la casa hasta un gran portón de color blanco, donde un hombre lo hizo bajar del auto y le dijo varas cosas que lo hicieron retroceder y regresar a la casa.
—¿Algún problema? — me inquieté.
—No estoy autorizado para decirle lo que está ocurriendo. La Sra. Novikova le dirá lo que está pasando.
—¿Te refieres a Samantha? — fruncí el ceño.
—Mierda... sí, la Sra. Samantha dio la orden de no dejar salir a nadie de la mansión.
Frente a la casa habían varias camionetas negras. No supe bien lo que estaba pasando cuando Samantha, su hermano y el hombre que me trajo estaban armados y dando órdenes a todos los guardaespaldas que cuidan de ellos. La Sra. Fedora incluso subió a una de las camionetas con una chica bastante joven y otra mujer que hasta ahora me doy cuenta que vivían aquí.
—¡Samantha, no seas terca!
—Vete con ellas, yo me sé cuidar sola — Samantha subió a mi lado, se veía muy seria y furiosa.
—¡Haz lo que te dé la puta gana entonces! — gritó el que es su hermano y subió a la camioneta donde las mujeres habían subido segundos antes.
—Se van a dividir por los caminos. Toma la ruta quince — ordenó al hombre, sacó su teléfono entremedio de sus senos e hizo una llamada—. Voy de camino. Tengan listas las tres avionetas — colgó la llamada.
—¿Qué ocurre?
En lo que me volteó a mirarme suavizó el gesto. Que se haya dejando puesto el rosario me hace feliz, pensé que se lo iba a quitar tan pronto saliera de su despacho.
—No vayas a pensar que te estoy reteniendo. Surgió un inconveniente de último momento, así que no puedo permitir que salgas de la mansión sin protección. Yo te traje aquí y te puse en riesgo, lo mínimo que puedo hacer es brindarte seguridad.
—¿Qué clase de inconveniente surgió? ¿Puedo ayudar en algo?
—Solo sé obediente y haz todo lo que yo te diga. Cuando haya pasado el peligro y sea conveniente dejarte ir, lo haré. Pero por ahora estás seguro y a salvo estando conmigo.
—Esto tiene que ver con el disparo que recibiste el otro día, ¿verdad?
—Padre, hay personas que me quieren convertir en comida para gusanos.
—¿Cómo así? ¿Qué quieres decir con eso?
—Que no van a descansar hasta que muera. Para muchos soy una piedra en su zapato — sonrió, aunque no se veía feliz.
—No pienses eso. Tienes a tu lado personas que te quieren y se preocupan por ti. Ellos no van a permitir que nada malo te suceda, y yo tampoco voy a permitir que vuelvan a herirte. Si necesitas mi ayuda, no dudes en pedirla.
—Gracias por ser tan comprensivo, pero no hace falta que muevas un dedo. Déjalo todo en mis manos — desvió la mirada, dejando su arma sobre su regazo.
Al verla incómoda y pensativa no quise insistir más en el asunto. Pueda que más adelante me diga lo que en realidad está sucediendo, aunque algo me dice que no es nada bueno con el simple hecho de tener que protegerse con un arma de fuego y salir de la casa con tanta seguridad encima.
No es para menos, pues hace poco sufrió un ataque, pero ¿quién quiere hacerle daño? ¿Por qué matarla? Fueron muchas las preguntas que me azotaron la cabeza, y ninguna respuesta clara ante una amenaza que no comprendo del todo.
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Perdición[✓]
RomansaEn el mundo de Logan, el silencio y la paz era lo que reinaba desde hace muchísimos años, pero en una noche, esa tranquilidad a la que vivía sometido, se verá interrumpida por la maldad y la tentación de un cuerpo hermoso y un rostro de ángel, dándo...