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Samantha

—El objetivo ya se encuentra a salvo, Sra. Samantha — me avisó Brenner por el intercomunicador.

—Perfecto. Manténlo bajo llave hasta nuevo aviso.

—Sí, señora.

Corté la comunicación sin añadir nada más, o antes de que alguno de los hombres de Novikov se diera cuenta de lo que estoy haciendo. Me siento más tranquila al saber que Logan está bajo la protección de Ian y Jhon, que dejarlo por ahí solo siendo vigilado y protegido desde las sombras. Me tranquiliza el alma saber que no le ha pasado nada luego de esa amenaza que ese bastardo me dio.

Aún no sé de dónde pudo haber sacado las fotografías de Logan, ni mucho menos enterarse de la relación tan estrecha que mantuve con él en aquella casa, pues allí solo estábamos los dos solos y todos mis hombres de seguridad. No quiero ni pensar que uno de ellos me haya traicionado, aunque eso explicaría el por qué siempre me encontraba sin importar el lugar donde me escondiera.

Acomodé mis gafas de sol en mis ojos y me llevé a los labios el vaso de agua que estoy tomando para disimular. Las mansiones de Novikov siempre tienen un mismo patrón de diseño, eso no ha cambiado ni con el pasar de los años. Es tan estúpido al dejar siempre las mismas trampas en los mismos lugares. Aunque no por eso me puedo confiar, ese maldito ruso sabe jugar muy bien; y en el lugar menos indicado siempre está la trampa.

—Ты все еще видишь себя таким же впечатляющим, моя любовь.

—Siempre, mi vida — le respondí sin dejar de mirar al frente.

—¿Es así como recibes a tu esposo luego de días de no tenerlo calentando tu cama? — me cubrió del sol, esbozando esa sonrisa que solo usa cuando busca sexo—. Han pasado dos años.

—Y te recuerdo que me has intentado matar más de una vez.

—Это то, что я хочу, и вы это хорошо знаете.

Quise matarlo ahí mismo, pero mantuve la calma y solo lo miré con total indiferencia. Años atrás todo hubiese sido diferente, pero eso era cuando sentía un amor profundo por él. Ahora no guardo más que odio y resentimiento en mi corazón.

—Ya ves, yerba mala nunca muere — le hice un gesto aburrido con las manos—. Ahora quítate, arruinas mi bronceado.

—No comprendes, ¿verdad?

—¿Qué cosa no comprendo?

—No me hagas perder la poca paciencia, Samantha. Tengo una reunión en la noche y vas a venir conmigo como la esposa linda y obediente que eres.

—Oh, qué gracioso, ahora sí soy tu esposa.

Me tomó fuerte de la barbilla con una mano, acercándome a su rostro de un solo tirón y respirando furioso encima del mío.

—Incluso estando muerta lo vas a seguir siendo — besó mis labios, cerrando con su otra mano mi cuello—. Sé obediente y haz lo que tu esposo te dice. Los resentimientos han quedado de lado, pero no me hagas quedar viudo tan pronto. Aún no olvido lo mucho me jodiste.

Solo sonreí torcido, liberándome de sus manos y empujándolo suavemente del pecho. Su mirada sigue tan inexpresiva como siempre, pero ahora me mira con un destello diferente. Ahora no me ve como un ser indefenso e inferior al que estaba acostumbrado a pasar por encima. Su mirada tiene advertencias, pero también desafío y algo más que no supe interpretar.

—Prepárate — se marchó sin recibir repuesta alguna.

Volví a mi habitación, tomé una ducha larga y salí encontrando un vestido dorado sobre la cama. Ni siquiera leí la nota que Novikov había dejado sobre este, solo me lo puse y me terminé de peinar y maquillar. No me interesa saber qué es lo que quiere decirme por medio de papelitos. Su actitud pasiva me tiene alerta, tal vez porque esperaba encontrarme con ese hombre explosivo que siempre ha sido y que ahora parece haberse esfumado.

Bajé las escaleras con precaución a no enredarme con el largo del vestido, recibiendo una marea de cumplidos en ruso que no me esperaba, pero que tampoco me deslumbraron. Tan pronto pisé el último escalón, me vi envuelta entre sus brazos y su aroma.

—Empiezo a dudar en si ir al evento o quedarme haciéndote mía — enterró el rostro en mi cuello, deleitándose con mi olor—. Ahora recuerdo lo que tanto me enloqueció de ti.

No hice ningún comentario, porque mi mente viajó a otro hombre y a otro cuerpo. Imaginé estar entre los brazos de Logan, siendo devorada y adorada por alguien tan puro como él. Los besos de Novikov por mi cuello y mi hombro se tornaron caricias que me estaban matando poco a poco el alma, porque mi yo interno le está fallando a quien verdaderamente ama.

Fue tan duro apartarlo de mi lado y hacerme como que nada me importaba. Aún recordar sus palabras y lo desesperado que sonaba me quema el pecho y me hace sentir miserable. No lo merezco, pero mi lado egoísta no acepta que se pueda llegar enamorar de otra. Quiero tenerlo solo para mí. Quiero amarlo sin restricciones y como mi corazón lo dicta, pero la realidad es otra, y no estoy segura si vaya a salir con vida al tratar de liberarme de este pasado que tanto me atormenta.

—Debemos irnos — lo empujé con sutileza, esbozando una sonrisa traviesa—. Ya tendrás tiempo para hacerme tuya.

—Quiero ver el lado más salvaje y rebelde de mi esposa — murmuró en mi oído, apretando mis caderas con deseo—. Quiero ver como me das pelea en la cama y no solo te quedes a recibirme.

Escondí la maldad detrás de una sonrisa inocente y traviesa.

—Ты взорвешься желанием, моя любовь — le aseguré.

Dejó una última mordida en mi labio inferior, maldiciendo por el problema entre sus pantalones. Un hombre es tan vulnerable cuando está deseoso.

Se encaminó al auto dejando indicaciones a sus hombres, mientras le seguía el paso y con disimulo tocaba el segundo pendiente de mi oreja derecha; avisando para que la función más esperada de mi vida por fin dé inicio.

Perdición[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora