➴ 𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬, 𝟏𝟗𝟖𝟔.
—¿Quién es Vecna?
—Una criatura no muerta de...un enorme poder.
—Un hechicero —agregó Eddie.
—Un mago oscuro —finalizó Blake, comprendiendo el qué pretendían comunicar Munson y Henderson.
—¡Oh, genial! Simplemente...genial —la fatiga de Steve era comprendida y compartida por los allí presentes. No hacía ni un año de la devastación que había causado el azotamentes, ¿y ahora aparecía Vecna en juego?
—Y ahora, ¿cuál se supone que es la siguiente jugada? —la cuestión de Harriet era buena, pero la respuesta aún era una incógnita—. ¿Cómo pretendéis convencer a Callahan de qué una criatura sobrenatural mató a Chrissy?
Otra incógnita más. Probar la inocencia de Eddie resultaría complejo. Si Jim Hopper continuara con vida, la libertad de Munson no peligraría; y buscar una solución llegaría a ser demasiado simple. Pero Callahan era ahora el sheriff de Hawkins. Problemas y más problemas.
—Ahora que sabemos dónde está Eddie y que se encuentra bien, ¿por qué no regresamos cada uno a nuestras casas? —la propuesta de Robin captó la atención de sus receptores de manera inmediata; y obtuvo reacciones dispares—. Mañana regresaremos con provisiones y con la mente fría para trazar un plan, ¿qué opinais?
—¿Y qué pasa si viene la policía? —apresurado, Eddie habló primero, exponiendo su parecer—. ¿A dónde voy, qué hago?
—Me quedo con él —la declaración de Blake, pronunciada de manera prácticamente inconsciente, sorprendió a los presentes. Al percatarse del comentario que había formulado, trató de justificarse—. Si lo pillan y está conmigo...puedo apaciguar el ambiente.
El silenció reinó. Blake no logró descifrar qué rondaba por la mente de sus amigos. ¿Había dicho acaso un disparate, o les parecía una buena idea que ella se quedara con Munson?
—No —y, para variar, Steve fue el primero en negar la oferta de su mejor amiga—. Definitivamente, no.
—Steve... —en un murmullo ahogado, Harriet trató de calmar los nervios de Harrington.
—A mi no me parece una mala idea —añadió Dustin; obteniendo una afirmativa por parte de Max y Robin.
—Al menos nos aseguramos de que Callahan no decida tomarse la justicia por su cuenta y dispare sin hacer preguntas —sentenció Maxine, exponiendo la predilección de ciertos agentes de policía de apretar el gatillo del arma sin tener un verdadero por qué.
—¿Pero vosotros os escucháis? —alterado, Steve se puso en pie. Blake soltó un suspiro cansado ante la actitud del mayor—. No voy a dejar que se quede en la casa de un traficante en medio de la nada y con él.
—¿Qué has tratado de decir con ese con él, Harrington? —las palabras de Eddie habían sonado tensas.
—Steve, ¿no crees que te estás poniendo un poco dramático? —Harriet, en un intento de calmar los ánimos, volvió a hablar. En vano, evidentemente.
—Sabes perfectamente lo que he tratado de decir, Munson.
—¿Cuál es tú problema? —la tensión había envuelto de forma abrumadora el ambiente. Eddie se sentía menospreciado; algo a lo que estaba acostumbrado.
—Mi problema es... —el tirón con el que Blake obligó a Steve a apartarse de Munson lo calló. De un empujón, lo sacó fuera del garaje, cabreada.
—Enserio Steve, ¿cuál es tu problema? —cuando sintió que estaban lo suficientemente apartados de la caseta para poder hablar sin ser escuchados, Blake se pronunció—. ¿Qué te pasa?