ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ → o3o

315 54 34
                                    

➴ 𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬, 𝟏𝟗𝟖𝟔.

La zona de guerra. El área más frecuentada por cazadores, pescadores o paletos con sed de venganza cuya ley de vida era: "tómate la justicia por propia mano". Todo lo imprescindible para una guerra se almacenaba entre las cuatro paredes de aquel alejado local.

—¿No íbamos a evitar a los paletos?

—Cojamos todo lo necesario y larguémonos de aquí cuanto antes.

Todos los paletos de Hawkins se habían aglomerado en la zona de guerra. No era una casualidad; la muerte de Chrissy Cunningham, Fred Benson y Patrick McKinney había sembrado el pánico en la localidad. Y, ante una actuación rápida y eficaz por parte del sheriff y sus hombres, el pueblo había concluido que dar ellos mismos caza a Eddie Munson era la solución.

—¿Qué es exactamente todo lo necesario? —cuando el grupo se dividió, Harriet se arrimó a su mejor amiga. Tenía dudas sobre qué introducir en el carrito de la compra—. ¿Con qué matas a un puñado de...murciélagos asesinos?

—Todo lo que pinche o pueda ser utilizado para acabar con esa bandada de pajarracos, mételo en el carro. Y todo lo que se inflame, ¡también!

Cualquier objeto que descansaba sobre las repisas de las estanterías le parecía útil. Iba a ser una guerra complicada, y toda arma iba a ser necesaria.

—¿Sabes qué Steve quiere tener seis críos? Tres niños y tres niñas. Y quiere viajar a través del país en una caravana —con notable ilusión, Harriet le narró a su amiga la conversación que había mantenido con Harrington. Había percibido la angustia que la había asolado ante tanta cantidad de gente que trataba de cazar a Eddie, y deseaba apartar sus pensamientos de la realidad; misión que logró cumplir con éxito.

—¿El Rey Harrington con seis críos? Al final lo de ser niñera le ha pasado factura —agregó con tono jocoso—. Y, esos seis niños, ¿los quiere contigo?

—Sí. Quiere ir al Gran Cañón, a las Rocosas; quiere viajar y formar una familia, conmigo —cada vez que recordaba las palabras del mayor, su ritmo cardíaco aumentaba de forma considerable.

La emoción con la que Harriet hablaba satisfizo a Blake. Ver a su mejor amiga ilusionada y feliz la llenaba de dicha.

—Espero que entre esos planes de futuro de Harrington se incluya un: que la tía Blake los malcríe y consienta.

—Mientras no les enseñes a allanar viviendas ajenas y no los corrompas... —sus palabras cargaban diversión, y ante ello Blake rio—. Aunque para eso aún queda mucho. Primero hay que derrocar a Vecna, salvarte a ti y a Max, demostrar la inocencia de Eddie, regresar al día a día, la universidad, graduarse...

—Con respeto a lo de demostrar la inocencia de Eddie...

No creía que fuese el lugar ni el momento idóneos para comunicarle a Harriet la propuesta que Munson le había formulado en la caravana. Aún así, se lo contó:

—Cuando logremos acabar con Vecna y todo regrese a la normalidad, Eddie quiere irse de Hawkins —el rebumbio de personas y voces que inundaban el local le permitía hablar sin miedo a que alguien que no fuese su mejor amiga se inmiscuyese en la conversación y prestase atención a sus palabras—. Quiere largarse de aquí e irse a otro lugar del país y...y quiere que yo le acompañe.

—¿Y tú qué le has dicho?

—Que sí. Que con él me iría a donde fuese necesario.

—¿Dejarías Hawkins, así sin más? —le costaba asimilar el bombazo informativo que le había comunicado.

𝑭𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒀𝒐𝒖𝒏𝒈 // Eᴅᴅɪᴇ Mᴜɴsᴏɴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora