ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ → o2o

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➴ 𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬, 𝟏𝟗𝟖𝟔.

—La roca del Cráneo. Toma corte, enano, en esa cara de chulo engreído.

—No es posible.

—Ya, ya. Ni teniéndola delante de las narices lo admites. Acepta que te has equivocado, cara de culo.

Una vez más, y para no variar, Harrigton adoptaba la postura de un adolescente de quince años; inmaduro y con ganas de hallar discusiones en cada error de sus amigos. Blake negó y llegó a la conclusión de que, el día que su mejor amigo madurase, el fin del mundo se encontraría próximo.

—Estoy de acuerdo —al tiempo que abandonaba su escondrijo y desencadenaba un sobresalto colectivo en sus amigos, Eddie se pronunció con seriedad—. Tú, Dustin Henderson, eres un...caraculo total.

—¡Creía que te habíamos perdido! —sin ser capaz de contener la euforia, sonrió y lo abrazó con ímpetu. Una oleada de alivio había recorrido de manera brusca todo su cuerpo; el suyo y el de...

—Yo sí creía que te había perdido.

En el momento en el que visualizó como el cuerpo de Dustin se desprendía de Eddie, se aproximó al mayor a pasos veloces. E, ignorando los siete pares de miradas que seguían atentos cada uno de sus movimientos, lo abrazó. Un gesto que logró reconfortar a Eddie, y que Blake percibió cuando el muchacho aumentó la fuerza que ejercía sobre ella; no deseaba soltarla, ni en aquel instante ni nunca.

—¿Estás bien? —formuló la adolescente en un farfullo que solo logró percibir Munson.

Sin disminuir el agarre que ejercía sobre ella, respondió un simple. No estaba bien; o al menos no lo estaba hasta la llegada de Blake.

—Tengo...unas cuantas preguntas —expuso Robin en un susurro ahogado, contemplando desconcertada la muestra de afecto entre Hopper y Munson.

—Créeme, yo también las tengo —aseguró Steve. Se hallaba confundido y lleno de incógnitas; su mejor amiga detestaba las muestras de afecto, y dos días atrás había asegurado que no iba a lanzarse a una piscina vacía. Sin embargo, la Blake Hopper que tenía ante él...

—¿Están...juntos? —cuestionó Nance dudosa. La histeria de Blake comenzaría a cobrar sentido si la respuesta a aquella duda era sí.

—No. No están juntos —Harriet, tratando de sonar segura y convencida de su negativa, se pronunció—. Solo...son amigos. Y estaba preocupada por él.

Dudaba de la veracidad de su propia declaración. Ella misma reconocía que la Blake que se encontraba demostrándole su preocupación a Eddie a través de un abrazo, en nada se parecía a su mejor amiga. Pero había asegurado que las dos noches compartidas con Munson, no había sucedido nada.

—Se le da bien mentir y sonar convincente cuando se lo propone, ya la conoces —aseguró Harrington en un susurro, captando únicamente la atención de Harriet. Había comprendido de manera instantánea el significado de la mueca que había adoptado.

—¿Crees qué...?

—Te diría que no, porque sé cómo es; pero...en una situación de caos, todo es posible —sentenció, exponiendo su parecer. Desconocía qué había entre Eddie y Blake; pero un "nada" ya no le servía como respuesta—. Vale, se acabaron las muestras de afecto.

Decidido, se aproximó a la pareja y los obligó a separarse. No era el momento —mucho menos el lugar— para demostrar amor y cariño.

—¿Qué ha pasado en el lago, Munson?

La pregunta que deseaba evitar a toda costa, había sido formulada por Steve. Recuperando sus nervios y su angustia, comenzó a desplazarse de un extremo a otro del descampado; no sabía por dónde comenzar a narrar lo sucedido.

𝑭𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒀𝒐𝒖𝒏𝒈 // Eᴅᴅɪᴇ Mᴜɴsᴏɴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora