ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ → o15

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➴ 𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬, 𝟏𝟗𝟖𝟔.

—Blake, ¡espera! ¿A dónde se supone que vas?

El silencio la sacudió de golpe. Su mejor amiga se hallaba tan inmersa en su mundo que no fue capaz de otorgarle ninguna respuesta. Desesperada, Harriet sprinto hacia ella.

—Oye, Blake, ¡para! —de un tirón en el brazo, obligó a la más joven a detener sus pasos.

—¿Qué quieres, Walsh? —estaba agotada, tanto física como mentalmente; el cansancio asolaba cada facción de su faz, y eso Harriet lo notó al instante.

—¿A dónde vas? —volvió a cuestionar, dejando que la preocupación hablase por ella.

—Al embarcadero. Necesito saber si Eddie está bien.

—Está bien. Te llevo.

Decidida, la mayor comenzó a caminar hacia su Cadillac —el cual permanecía aparcado frente a la casa de los Wheeler desde la noche anterior—, pero no logró llegar muy lejos. El cuerpo de Blake se interpuso en su camino, cortándole de forma abrupta el paso.

—No —sentenció, bruscamente—. Voy sola.

—Estás bromeando, ¿no? —ante la mueca impasible de Blake, la joven percibió que no era una broma—. ¡No, Hopper! No pienso dejar que cojas y te vayas tú sola por ahí.

—Harriet... —pronunció en un suspiro cansado. Lo último que deseaba era iniciar una discusión.

—Con todo lo que está pasando y con lo que le sucedió a Max, ¿de verdad te parece una buena idea irte?

—Harriet, por favor —volvió a repetir, aumentando la dureza de su voz.

—¡No!

Su sentencia era firme. Permitir que su mejor amiga se adentrase sola en Coal Mill Road, con Vecna acechando en las sombras, le parecía un completo disparate.

—Harriet, necesito ir sola. Por favor —suplicó, suavizando la hostilidad que había adquirido—. Me estáis ahogando con tanta sobreprotección y con vuestras miradas de preocupación. Necesito alejarme un par de horas.

—Blake, no, por favor...

—Déjala ir —con voz firme, y sorprendiendo a sus receptoras, Steve se pronunció al tiempo que acortó la distancia que lo separaba de las muchachas.

—¿Te estás escuchando, Harrington? —interrogó, alarmada—. ¿En serio estás de acuerdo en que se vaya sola?

—No. La verdad es que no. Pero entiendo el por qué necesita ir sola —con complicidad, observó a su mejor amiga. Harriet, confundida, contempló aquel gesto—. Quiero el coche de vuelta mañana por la mañana y sin ningún rasguño, ¿queda claro, Hopper?

Sorprendida, Blake capturó las llaves que Steve le lanzó. Sin tener carnet de conducir, y casi habiendo puesto en riesgo sus vidas al mando de un coche un año atrás, le estaba dando la libertad de conducir.

—¡Y la dejas conducir! ¿Pero a ti qué te pasa, Harrington? —chilló exaltada, no comprendiendo aquel repentino cambio de comportamiento por parte del mayor.

—Pero prometeme que pasarás por el parking de caravanas y cogerás tu walkman —agregó, como condición.

—Lo prometo.

—¡Estoy empezando a perder la calma! —aseguró Harriet, ante la situación que estaba presenciando—. ¿Cómo puedes...?

—Harriet, cállate —ordenó Steve—. Ella necesita ver a Eddie; sola. Y me guste más o menos, no voy a impedírselo. Y tú y yo, necesitamos quedarnos aquí y ayudar a los demás a planear la siguiente jugada, ¿vale?

𝑭𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒀𝒐𝒖𝒏𝒈 // Eᴅᴅɪᴇ Mᴜɴsᴏɴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora