ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ → o23

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➴ 𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬, 𝟏𝟗𝟖𝟔.

—¿Cuánto tiempo lleva sumergido, Munson?

Había tratado de sonar calmada, pero el temblor que acompañó a sus palabras la delató. También el movimiento continuo de sus pies señalaba su ataque de nervios.

—Casi un minuto —formuló con sosiego, tratando de no agobiar más a Harriet.

—¡Eh! Va a estar bien, ¿vale?

—¿Cuánto tiempo puede aguantar una persona la respiración bajo el agua? —trató de indagar, obviando el comentario de su mejor amiga.

—¡Harriet! Trata de no perder la calma, ¿vale? Va a estar bien. Es Steve Harrington, sabe lo que se hace —insistió Blake.

Los nervios también recorrían con cólera su cuerpo; pero trataba de disimularlo. Si exponía en voz alta su ansiedad, Harriet entraría en pánico; y no era el momento adecuado para dejar que el caos reemplazara la calma.

—Oye, Blake —suavizando el tono de voz hasta lograr pasar prácticamente inadvertido, Eddie se dirigió a la muchacha—. Lo de antes...

—Ahora no, ¿vale? —apartando la mirada de su mejor amiga, e ignorando por un momento su aflicción, miró al mayor—. Pero sí te merezco, Eddie. Porque eres suficiente; eres mucho más que suficiente.

Le costaba creerlo, aún así esbozó una sonrisa genuina a modo de respuesta. Estaba convencido de que Blake merecía mucho más que un friki drogadicto; aunque ella asegurase lo contrario.

—¡Steve! —con un grito ahogado y exaltado, Harriet anunció la aparición de Harrington.

—Lo he encontrado —avisó, comenzando a nadar hacia el bote.

Cuando aquella declaración opacó el silencio de la noche, Blake se deshizo por completo de los auriculares. Durante la espera, Eddie la había obligado a escuchar a Alphaville; una obligación que había acatado a medias, puesto que su oído izquierdo había estado pendiente de sus amigos.

—¿Lo has encontrado? —"la luz al final del túnel", pensó.

—Está ahí —aseguró, apoyando el peso de su cuerpo en el borde de la barca.

—Henderson, eres un puñetero Einstein —declaró Blake apoderándose del walkie-talkie y estableciendo conexión con los miembros restantes del grupo—. Steve, dile lo que...

De repente, la comunicación se cortó. No había percibido ningún tipo de respuesta al otro lado del walkie, y aunque era desconcertante y preocupante, había prioridades en aquel instante.

—Es más pequeño que el portal madre, pero es...bastante grande —comenzó a explicar, cargando de esperanzas a sus amigos.

—¿Crees que podremos cruzarlo? —trató de indagar su mejor amiga.

Por parte de Harrington, no hubo respuesta. Inesperadamente, y durante una fracción de segundos, el cuerpo del mayor volvió a sumergirse al completo en las frías aguas del lago, desconcertando a los allí presentes.

—¿Qué ha...? —Harriet no tuvo tiempo de formular al completo su duda, cuando algo atrapó a Steve y lo impulsó al fondo del lago Lovers.

La calma había llegado de improvisto a su final, y el caos había atizado con furia a trío que se hallaba en la barca.

—¡No, no, no, no! —comenzó a chillar Harriet al borde de un ataque de desesperación.

—¡Steve! Mierda, no.

𝑭𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒀𝒐𝒖𝒏𝒈 // Eᴅᴅɪᴇ Mᴜɴsᴏɴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora