Extra 2 :Domenico

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Nunca en mi vida tenía que andar detrás de una mujer. Lucía no sólo me trataba con respeto y cierta indiferencia por lo que éramos.

Ella parte del servicio de la casa de mi primo mientras yo era el consejero del capo de casi todo el país.

Hasta en el pequeño uniforme de trabajo se ve más que sexy, tiene buenos senos y un culo respingón.

Desde cuando me empecé a fijar en Lucía? Se ve jodidamente sexy mientras se reclina a limpiar una de las mesitas de la biblioteca, me la podría tirar una y otra vez mientras le beso ese hermoso cuello.

--Lucía! - Le susurro al oído mientras se inclina y pega su trasero en mi pierna.

--Señor.. - dice asustada pues no me escucho.

--Domenico, que demonios Lucía no me escuchas o te gusta hacerlo para provocarme?...

--No..

--Que harás mañana?.

--Trabajar, esta semana no tengo día libre por que una de las chicas enfermo.

--Mmm. - Le digo mientras ella se voltea a recoger los utensilios de limpieza y le detallo el culo.

--Es una pena, quería llevarte a comer.

--Gracias pero creo que no es necesario Domenico. Estoy bien acá. Además no es correcto.

--Que no es correcto Lucía? - la aprisiono entre mis brazos mientras le huelo el cabello. Mierda esta chica me va a volver loco.

--Lo que estamos haciendo. Si el Señor Giulio..

La cayo con un beso. Joder ahorita lo que quiero es poseerla. Pero Lucía parece que le estorba mi presencia por que me empuja.

--Esto no es correcto como me le dije...

--Vamos Lucía sé que te gustó y tu a mí.

En ese momento Samantha entra a la biblioteca y retomo mi papel.

Maldición esto de andar detrás de una mujer no es lo mío. Durante la semana me evitó al máximo y eso no me gusta. Nunca me ha gustado que me ignoren.

Espero a Lucía el domingo. Quiero llevarla al mirador. Pero como siempre  los  malditos escoltas le andan rondando como malditos perros detrás de ella.

--Ninguno tiene permiso de salir el día de hoy. Quiero un inventario de las armas, sus series y registros, cantidad de balas y armamento en la propiedad. Además necesito que ajusten las cámaras de vigilancia y revisen las camionetas. - Les digo mientras observo mi reloj.

Estoy ansioso por besar esa boca que tanto me gusta.

Lucía sale luciendo un hermoso vestido veraniego color blanco.
Mierda se ve como un maldito ángel.

Pero con las intenciones que le tengo este día ese ángel volverá a casa corrompido.

--Hola Lucía, vas de salida.

--Buenos días señor Domenico. Si voy a la ciudad a comprar unas cosas, estoy esperando a Alejandro le pedí el favor que me llevara.

Quien demonios es Alejandro. Debo saber quien es el imbécil.

--Si gustas puedo llevarte. Voy a la ciudad yo también.

--No creo..

La tomo de la muñeca y la subo a mi auto, me vale una mierda ser tan evidente pero no quiero a nadie cerca de ella.

--Domenico no puede seguir tratándome así delante de los demás.

--Lo sé y no me importa.

--Que vas a comprar a la ciudad?

Yo soy Giulio ManciniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora