Yo soy Giulio Mancini

Extra SOLECITO

Giulia Mancini

Había estado 17 años de mi vida bajo las leyes de la organización Mancini. Hoy desfilaba con mi birrete junto a mi madre, al fin me había graduado.

Sabía que mi papá había movido sus fichas y posiblemente me aceptarían en la compañía de ballet más prestigiosa de New York.

—¡Estoy tan feliz mamá! - Abrazo a mi madre que hoy Luce mas que hermosa.

—Yo también cariño, eres mi orgullo. - Me dice mientras detrás de nosotras Luciano nos abraza por los hombros  a las dos.

—Eso me dijiste en el maldito recital de invierno al que me hiciste ir en el preescolar, así que Solecito no te hagas ilusiones. - Dice mientras le da un beso a mi madre en la mejilla.

—Toma. - Me extiende a mi una cajita que tiene un charm de bailarina con diamantes incrustados.

—Esto es hermoso Luciano. - Le agradezco su regalo.

—Nada es gratis Solecito. Tu y yo tenemos algo pendiente. - Me susurra al oído mientras me indica con su mirada que vea a Nadia quien está con sus padres recibiendo unas flores que le entregan.

Uff. Nos fuimos a su fiesta hace algunas semanas pero nos descubrió tomando licor y nos hecho de la fiesta, aunque no se que pasó con Nadia que se me perdió como veinte minutos.

Después de eso pude ver que Luciano la sigue en Instagram y en Tiktok.

—¡No hagamos esperar a tu padre vamos cariño! - Mi madre me lleva a la camioneta en donde espera mi padre junto a su séquito de hombres.

—Princesa, me enorgulleces. - La voz de mi padre denotaba el orgullo que tenía por mí.

Sus ojos azules se iluminaron aún más cuando le sonreí y me lance a sus brazos. Si había algo que hacía débil al poderoso Giulio Mancini éramos las mujeres de su vida. Mi madre y yo.

Pero pude ver que frunció el ceño bastante molesto al ver detrás de mi.

—Buenas tardes. - La voz de Alexander Cavalli hizo que me sonrojará de inmediato.

—Buenas tardes Alexander, ¿que haces aquí? - Contestó mi madre.

—Sí esa es la pregunta, ¿Alguien te invito a la graduación de mi hija?

—Vine a la graduación, como saben Hope también se graduó. Vine por ella. - Sus ojos nunca dejaron los míos.

—Tu prima es una gran persona, Alex. - Respondí.

A lo que mi padre sólo alzó sus cejas observando a Alexander de pies a cabeza.

—Solo vine a saludar, mi madre se encuentra aún de viaje con mi padre y como parte de la familia la acompañe con mi hermano.

Era obvio, los gemelos Cavalli, no sólo eran unos de los hombres más guapos que había visto en mi vida, sino que las chicas que estaban a mi alrededor no les quitaban el ojo de encima.

Me sentía estúpida, había estado mensajeando con él, incluso hasta pensé que nos estabamos conociendo, pero me gostheo de un día a otro.

—Felicidades señorita Mancini. - Me dijo de la forma más respetuosa y cordial que podía haber.

Señorita tus nalgas. No me decías así hace algunas semanas y cuando nos besamos en la fiesta de mi hermano, se fue minutos después dejándome como una estúpida.

—Gracias Cavalli, respondí a secas.

Su mirada nunca se separó de la mía, mientras saludaba a mí hermano y hablan en secreto.