--La mirada del Señor Yavuz me intimida, sus ojos azules penetrantes me recuerdan a cierto individuo el cual detesto.
--Podemos pasar a cenar. - Menciona el dueño del Bufete para el que trabajo.
Camino al lado de mi jefe quien me sonríe como para animarme después del percance que tuve con el mesero.
Me voy a sentar pero el mismo señor Yavuz me corre la silla para que yo pueda tomar asiento.
El gesto es de caballerosidad, todos son sentamos mientras nos reparten el vino y para mis desgracias el vino es de los viñetos Mancini.
--Gracias, pero tienen otra opción, no deseo vino gracias. -Le digo al mesero quien me menciona que puedo tomar champagne, vodka, ron, whisky y demás.
Pero prefiero tomarme una coca cola y así evitar comentarios por parte de los demas.
--Es un placer señor Yavuz, agradecemos la invitación a la cena-Menciona el señor Ferguson rompiendo el silencio incómodo de la mesa.
--Al contrario es un placer para mí, poder estar rodeado de personas interesantes. - Levanto mi vista y el señor Yavuz está mirándome fijamente.
Me está viendo a mi?
Nerviosa quito la mirada y me concentro en el menú, no entiendo nada por que es comida turca, pero prefiero eso a tener que verle a la cara.
--Verdad, Elena, este ha sido un momento de transición en el cual hemos traído más clientes debido a nuestros métodos a la hora de cerrar un caso. Ganamos uno importante gracias a Elena. - Dice el señor Ferguson.
--Elena? Nos estas escuchando. - La voz de mi jefe me trae a la realidad.
--Disculpen estaba concentrada en el menú. - Me excuso mientras mi jefe presume del caso que ganamos en Chipre.
--Es usted muy eficiente, señora Porter. - Dice el señor Yavuz mientras veo posa su mirada en los anillos de matrimonio.
Demonios por qué me ve así.
La cena continua normal mientras hablamos de los casos más importantes, a mi jefe se le asigna la demanda de una naviera en contra de gobierno de Chipre y anotó los detalles más importantes.
Amaba ser asistente en Illinois, quería ser una gran abogada pero no me sentía preparada. Preferia ser asistente y así poder adquirir experiencia.
La cena terminó y nos despedimos de todos, quería irme a duchar y tal vez bajar al bar por una copa. No vi apropiado beber algo de inmediato, quería que el señor Yavuz y sus socios ya se hubiesen ido cuando bajará al bar por una copa.
En estos tres meses me había privado de salir algún lugar, a pesar de haber cambiado mi nombre y apariencia, sabía que posiblemente Guilio en su orgullo me mandaría a buscar.
Llegué a mi habitación y me duché, sentir el agua tibia en mi piel fue más que magnífico. Me cambié el vestido por uno mas informal y me retoque el maquillaje.
No sabía lo que me estaba pasando pero la abstinencia me estaba matando. Había intentado aplacar mi calor no solo con mis dedos, sino que jamás creí que yo Samantha iba a necesitar uno de dos pequeños juguetes vibradores.
No estaba lista para iniciar una relación con nadie, emocionalmente aún no estaba lista para involucrarme con alguien más después de lo vivido con Giulio.
Me vine el espejo y me dije por qué no, el se estaba tirando a la zorra madre de su hijo por que iba yo a privarme de darle a mi cuerpo lo que necesitaba.
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Yo soy Giulio Mancini
RomantikElla fue mi gran amor, marco mi vida para siempre, hasta que la perdí. Me volví frío, siniestro, calculador y egocéntrico. Mi vida estaba entregada a mi organización, ese era Yo Giulio Mancini. Hasta que ella llegó a mi vida de la manera más pecul...