Giulio....
Entro a mi bañera, tratando de controlarme, Sammy no lleva ni unas horas en Italia y ya tengo problemas, sé que Simonetta es muy temperamental, y que desde niños ha tenido sentimientos por mí, cuando se decidió formalizar mi compromiso con Karlota, mi padre tuvo que prohibirle la entrada a la cena, pues sabiendo como es su carácter, la hubiese matado ahí mismo. Lucha por su amor enfermizo a mi persona, que ya ronda lo que es obsesión.
No puede ver alguna mujer cerca de mí, ya sea socia, o alguna mujer con la que pasó la noche por qué las saca a rastras con la excusa de que no debo distraerme pues ser el nuevo rey de la mafia italiana no le cayó bien a muchos. Y se ha tomado muy a pecho su nuevo cargo como jefa de mi seguridad.
Cuando salgo de la ducha, puedo ver a la rubia que descansa sobre uno de mis sofá, me cambio y me vuelvo a contemplarla como esa obra de arte invaluable que admiras al punto de desearla llevarla a casa.
Recordar la forma en que saboreaba la comida de mis dedos, hace que me empalme de nuevo, me controlo y la llevo a mi cama, cubriéndola con las mantas. Lleva puestos uno de mis boxers y una playera que le llega a los muslos.
Su cuerpo fue hecho para contemplarlo, desearlo y tenerlo entre mis manos. Solo una vez en mi vida he deseado a una mujer con tanto fervor, Fiorella.
Pero luego la vi a ella, caminaba rumbo a su auto junto a la modelo de las campañas de la fundación, abrí la puerta de mi vehículo y baje al tenerla frente a mí, ni siquiera volteo a mirar, solo siguió su camino, sonriendo con la morena que iba a su lado.
La noche llega y necesito dejar la habitación, no vaya hacer algo de lo cual después me arrepienta, así que me traslado a una de las habitaciones de invitados, dejando a la rubia en la cama.
Al día siguiente comienzo mi día como todos los días, entreno con mis hombres, reviso los correos importantes, y mis administradores me dan las cuentas de mis bodegas vinateras.
Salgo del despacho por los gritos que suenan en la segunda planta, específicamente en mi habitación, corro apresuradamente abrir la puerta.
--Eres una perra, maldita--Corro a quitarle a Simonetta de encima a Sammy que tiene sus brazos cubriendo su rostro.
--Trajiste a la desgracia a esta casa, estaba con un móvil llamando a su amada amiga. Así que esta es la perra que se ofreció servirte por la vida del hombre que mato a tu prometida. Que bajo has caído primo.
--Cuida tus palabras y ahora retírate. Ya!!
--A la que deberías de reprender es a esta zorra que estaba confabulado en tu contra. Anda díselo.
--Samantha. --Se quita los brazos del rostro y puedo ver los dos golpes que tiene en su mandíbula y su ojo.
--Ellos vendrán por mí.. solo les decía que no vinieran.... Que no vinieran a Sicilia sería un suicidio tanto para ellos como para mí.
--Maldita basura americana. Estabas confabulando para matar a Giulio.
--No! Eso no es cierto. Yo sería incapaz de hacer las barbaries que ustedes hacen. Yo no soy como ustedes.
Agarró del brazo a Simonetta y la saco a rastras de mi habitación. Estoy cabreado , furioso y sobre todo en este momento solo deseo retorcerle el cuello a la rubia que se arrincona contra la pared mientras avanzo hacia ella.
--Habla!....habla!!!!!- Le digo sacudiendola de los hombros fuertemente.
--Ya lo dije, les dije que no vinieran a Sicilia...-En sus ojos veo la desesperación.
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Yo soy Giulio Mancini
Roman d'amourElla fue mi gran amor, marco mi vida para siempre, hasta que la perdí. Me volví frío, siniestro, calculador y egocéntrico. Mi vida estaba entregada a mi organización, ese era Yo Giulio Mancini. Hasta que ella llegó a mi vida de la manera más pecul...