ENAMORANDOME DE ELLA

MUERO DE HAMBRE

Estaba viendo las camisas, opte por escoger camisas a juego, para mi papa y Gustus eran de color azul y para mi mama y Becca eran color rosa. En las tres decía al frente que eran los mejores abuelos y por la parte de atrás decía ¿niño o niña?

Primero les daríamos la noticia de que serian abuelos y después les diríamos que son gemelos. Compramos algunos globos rosas y azules, envolvimos los regalos y sacamos copias a la ecografía y las puse al final de la caja. Lo primero que verán será la camisa y al final la imagen.

Al llegar a casa escondo todo en nuestro cuarto. Comencé a sentirme somnolienta, Lexa me había dicho que debía ocuparse de algo. Así que aproveche que no estaría en casa y me di una siesta. Eran las 9:00 de la noche cuando me desperté por el hambre.

Camine hasta la cocina, me sorprendí al ver a mi familia ahí, sentados en la mesa con Gustus y Becca.

-Mama, papa, ¿Que hacen aquí?.- pregunte.

-Vinimos a visitarte!.- dice papa.

-Por que no me avisaron que vendrían?

-Era sorpresa!.- dice mi mama.

-Ven a comer mi amor, de seguro tienes hambre!.- dice Lexa.

-La verdad es que si, muero de hambre.- dije.

-Te serviré, siéntate!.- dice Becca.

-Gracias.- Le digo cuando coloca un plato de comida frente a mi.

-Como te sientes cariño?.- pregunta mi mama.

-Bien, aunque tengo mucho sueño.- dije evitando bostezar.

Termino de comer todo lo que me sirvieron y comienzo a sentirme otra vez muy somnolienta, esta visto que mis pequeños, me harán querer dormir todo el tiempo, estoy cabeceando cuando siento la mano de Lexa quien con una sonrisa me anima a seguirla a nuestra habitación, me despido solo con un hasta mañana de la familia.

-Descansa cariño.- me dice besando mis labios.

-Debemos decirles!.- dije en un susurro.

-Lo haremos mañana, duerme un poco.- dice.

-Esta bien!

Realmente me sentía super agitada, que no me di cuenta en que momento me quede dormida. Al día siguiente me despierto por la alarma. Mando mi mano hacia Lexa y me doy cuenta de que no estaba, me levanto y voy al baño para iniciar mi rutina.

Una vez que estoy lista, salgo en busca de comida. Desde que estaba en la regadera mi estomago no ha dejado de sonar.

Estaba viendo que había en el refrigerador, hasta que escucho a mi madre hablar de tras de mi espalda.

-Buenos días tesoro.- dice saludándome.

-Buenos días mama, descansaste?.- pregunto.

-Si, cariño y tu?

-Si, ayer fue un día muy pesado.- dije.

-Eso note, te estabas quedando dormida mientras comías, lo cual es raro en ti.- me dice.

-Si, bueno... estaba muy agitada.- dije.

-Ven déjame prepararte el desayuno.- dice mi madre retirándome del refrigerador.

Observo como prepara el desayuno, todo olía delicioso, lo cual hace mi estomago ruja de nuevo. Todo iba bien, hasta que la veo sacar el jamón.

-Jamón no!

-Por que no?.- pregunta sorprendida por mi grito.- siempre te ha gustado.

-Yo... bueno no me apetece.- digo aguantando las ganas de vomitar.