VEN SOLA

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Mis padres viajaron esa misma tarde, todos fuimos al aeropuerto a despedirlos, volví a llorar y Lexa no me soltó en ningún momento, se que ella los traerá cuando ellos lo deseen o yo los necesite.

Al volver a casa, Becca toma su maleta y se va, para que tengamos nuestro propio espacio. La casa se sentía vacía por el silencio en el que estábamos. Lexa pidió comida a domicilio y nos encerramos en la habitación para ver una película, mientras comíamos. Esta vez no llore en la película, ya que era de acción y no había escenas de animalitos muriendo.

Cuando ya estábamos listas para dormir, no pude resistirme mas y le pregunte por su relaciona con Anya.

-Hace cuanto tu y Anya son amigas?.- pregunte evitando su mirada.

-Desde que éramos niñas, desde la infancia, pero solo eso. Lo juro.- dice.

-Te creo, es solo que quiero saber como es ella.- hablo bajito y ella se ríe.

-Ella es una mujer alocada y risueña, pero es muy seria cuando se trata de trabajo y muy responsable con su vida en general.- dice.

-Entiendo.

-Te gustaría conocerla mejor?.- pregunta levantando mi mirada.- creo que ustedes podrían ser mejores amigas.

-Tal vez, no me pareció que fuera mal persona, sino todo lo contrario. Admito que sentí celos y me deje llevar, pero me dolió que no cumplieras tu promesa.- confesé.

-Se que hice mal, reconozco mi error, pero no volveré a hacerlo.- dice.

-Lo se!

Lexa me da un suave beso, haciendo que sienta una corriente eléctrica en todo mi cuerpo. Su tacto siempre hace que sienta no mariposas no... fuegos artificiales en todo mi cuerpo. Me acerco a ella y comienzo a besarla, ella me corresponde. Esa noche nos entregamos por completo. Al día siguiente, apenas abrí los ojos corrí al baño a vomitar, al salir me di cuenta que llovía muy fuerte, me quede observando por la ventana. La lluvia siempre me ha tranquilizado, realmente era relajante.

-Un beso por tus pensamientos.- escucho a Lexa y sonrió al sentir sus labios en mi cuello.

-Solo me relaje viendo la lluvia.- dije y ella me abraza por la cintura.

-Que crees que sean?.- pregunta acariciando mi vientre.

-No lo se.- dije.- pero pronto lo sabremos.

-Espero que pase rápido el tiempo.- dice.

-También yo, ya quiero tenerlos en mis brazos, pero también quiero que pase el tiempo lento, no podremos dormir bien un un buen tiempo cuando nazcan.- me rio.

-Contratare a alguien para que nos ayude a cuidarles.- ofrece.

-Noo, prefiero hacerlo yo misma.- dije.

-Lo harás, pero créeme que necesitaras ayuda.

-Ya vemos.

Nos quedamos viendo por la ventana unos minutos, hasta que comencé a tener frio y volví a la cama, encendí el televisor y busque algo para ver, mientras Lexa iba a la cocina por algo para desayunar. Durante el día pedimos comida y no salimos de la cama. Vimos películas e hicimos el amor.

Al otro día, debíamos volver al trabajo, llegue a mi oficina y encuentro una nota extraña sobre mi escritorio.

Ven a verme al terminar tu trabajo, estaré en la cafetería que hay a cinco cuadras del hospital. Ven o despídete de tu amada esposa. Ven sola.

Senti un escalosfrio correr por todo mi cuerpo, al leer la nota. En todo el dia no pude concentrarme en mi trabajo, debido a mis nervios. Debia asistir en una hora a la dichosa cita o podrian herir a Lexa, voy a la habitacion de Gustus y me tranquiliza verlo tomar una siesta.

ENAMORANDOME DE ELLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora