CRETINO

1.4K 149 2
                                    

Cuando estaba a punto de salir de la habitación de Gutus, entraron varias personas. Solo recuerdo al hijo de Gustus, gracias al insulto que me dio hace ya un tiempo cuando se entero de la enfermedad de su padre. El al verme en la habitación me observa con desagrado, puedo notar que su mirada no es nada discreta, ya que me miraba de pies a cabeza.

-Que hace usted aquí?.- dice el muy patán.

-Soy su Dra.- conteste en el mismo tono que el uso.

-No me importa, váyase.- dice groseramente.

-Por que no avisaste del estado de mi abuelo?.- Pregunta de repente Lexa, quien se encontraba observando por la ventana, dándonos la espalda.

-De que hablas? No fui notificado en ningún momento hasta que tu madre me informo.- Pero que descarado...

-Se equivoca señor, fue a usted a quien se le notifico primero sobre el estado del señor Gustus Woods hace horas, asi que tuve que llamar a su hija o de lo contrario, nos enfrentaríamos legalmente.- le solté enojada.

-No se meta donde no la han llamado, jamás fui notificado, no mienta.- dice rojo de ira.

-Suficiente!.- su tono de voz me ha asustado, jamás creí que esa voz pudiera salir de ella, si bien imponía por su personalidad su cuerpo era fino y elegante... delicado aunque fuerte.

-Si me disculpan yo me retiro debo continuar con mis pacientes.- y salí de la habitación, no me interesan los problemas de esa familia.

Mi instinto me pedía que saliera, no me daba confianza el hombre calvo hijo de Gustus. Siento como si estuviera ocultando algo, no se que es, pero siento que hay algo raro.

-Por que esperar horas para venir? Por que no notificar al resto de la familia?.. es extraño, me da curiosidad saber la verdad, pero no puedo hacer nada, no pertenezco a la familia y  por lo tanto no tengo derecho a meterme en sus problemas, solo espero que Gustus despierte pronto.

La mañana ha pasado muy rápido, no me he parado por la habitación de Gustus para ver como sigue, pero me mis residentes me mantienen al tanto de su evolución. Asi que he aprovechado para hacer mis rondas.

Era la una de la tarde y me dirigía a la cafetería para almorzar algo, a las cinco tenia cirugía programada, y era larga, asi que debía alimentarme y tomar los últimos líquidos de la tarde, luego tomaría una siesta.

De camino a la cafetería observo que el hijo de Gustus esta hablando por teléfono y caminando de un lado a otro, pensaba acercarme para preguntarle directamente el por que no habia avisado, pero al hacerlo y escuchar lo que dijo me quede aterrada, no podía creer lo que mis oídos escuchaban, es un cretino, un completo y maldito cretino.

Ahora entiendo su actitud, ahora puedo entender por que no notifico a su propia hija a su esposa y demás familiares sobre el estado de su padre. Debo hablarlo con Lexa, no puedo permitir que lastimen a mi amigo, quien a la vez es mi paciente, pero estoy segura que por el carácter que Lexa se maneja, no me creerá sin pruebas.

Me escondí en uno de los armarios de limpieza del pasillo que estaba a unos pasos de mi, para que no me descubriera, sin duda alguna, pienso demostrarle a Gustus la clase de hijo que tiene, de paso también veré si es buena idea contarle a Lexa.

Faltaban solo unos minutos para dar inicio a mi cirugía, debía concentrarle, una vida dependerá de mi en unos minutos y no podía estar distraída, de lo contrario cometería errores que podrían provocar la muerte de una persona, por tanto elimino de mi mente cualquier otro pensamiento que no sea sobre mi paciente en la plancha.

-Tendré que buscar a Gustus después.

-Dra. Griffin estamos listos.- me dice el residente en turno y quien me asistirá en la cirugía, honestamente no recuerdo su nombre ya que soy pésima para eso.

ENAMORANDOME DE ELLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora