HALLEY:
Ocho años después del capítulo final
La voz de Hache sonaba en su teléfono mientras Halle, Xander y yo tamborileábamos con nuestros dedos en nuestros muslos y balanceábamos las cabezas al ritmo de la música. Hacía un rato que yo había relajado la velocidad con la que lo hacía porque las náuseas volvieron a mi cuerpo y quería disfrutar de la canción que el guitarrista había grabado hacía unos días en la discográfica.
Nos había pedido que lo mantuviéramos en secreto, ya que el single no saldría hasta dentro de dos meses, pero, tal y como siempre sucedía él no podía contenerse las ganas de enseñárnosla y terminó haciéndolo cuando le juramos por activa y por pasiva que mantendríamos la boca cerrada.
"Corazón sano, corazón fuerte
Piezas inquebrantables de un mecanismo que fluye.
Magia divina. Divino tormento.
Tortura efímera. Eterno firmamento.
Acompasas mis latidos, los lanzas a la montaña rusa.
Contigo todo es vaivén.
Pequeña muerte, deseo, amor, felicidad.
Sentirte cerca es mi mayor necesidad".
Los últimos acordes sonaron y aquellas guitarras que había acompañado la voz de mi prometido dejaron de escucharse en los altavoces del móvil del guitarrista.
Habían cambiado tantas cosas en los últimos años... Algo de esperar, ¿no?
Los tres aplaudimos cuando nos cercioramos de que nada más iba a escucharse y nos fundimos en un abrazo con el chico de cabello rubio, que nos acogió con los ojos abiertos. Entre tantas felicitaciones, besó la mejilla de Halle, le dio un abrazo de oso a Xander y besó mi anillo de compromiso sin despegar su mirada de la mía, provocando así que mi estúpido corazón diera un vuelco.
No me había acostumbrado a sus miradas seis años después. Algunas cosas nunca cambiaban.
Aún recuerdo cómo se arrodilló a en Sky al finalizar una de las actuaciones en las que bailaba y me pidió que me casase con él delante de aquel vasto público, que quedó conmovido ante la propuesta.
Fue el año pasado. Él ni siquiera debería de haber estado ahí, tenía compromisos a los que atender con la discográfica, ya que habían abierto una nueva sede en Venice Beach y debía trasladar sus cosas, tarea para la que era necesario que viajase a Nueva York para recogerlas. Se suponía que aquel fin de semana estaría a kilómetros y kilómetros de distancia, sin embargo, decidió posponerlo y apareció al finalizar el espectáculo, mientras Xander, White y yo nos abrazábamos repletos de sudor y Halle y el resto de la compañía saltaban emocionados por el éxito de otra de nuestras actuaciones.
Recuerdo la escena como su todo hubiese sucedido ayer, Hans bajó las luces y, cuando levanté la mirada hacia la sala de luces temerosa de que algo hubiese salido mal, un foco iluminó la figura de Hache, que caminó hacia mí dando un discurso que me dejó boquiabierta.
Siempre había tenido mucha labia, pero aquella noche se superó a sí mismo por muy imposible que aquello pudiera parecer.
Luego se arrodilló y sacó el anillo de plata, fino y con pequeños diamantes alrededor de él, y yo ni siquiera tuve que pensármelo para decirle que sí. Enseguida se levantó, temeroso de que la flaqueza de mis piernas me hiciera caer y todos los espectadores nos aplaudieron. El compinche de Hache, Hans, dejó el micrófono de su sala abierto y nos tronó los oídos a todos con sus aplausos, pero el momento no fue menos hermoso por eso.
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Al compás de las estrellas ✔ [#HR2]
RomanceSegunda parte de "La mecánica de los corazones rotos" Han pasado meses desde aquel accidente que lo cambió todo. Hache ha desaparecido y Halley ya no sonríe como antes. La oscuridad de su pasado la ha consumido eliminando cualquier estrella que ilum...